El Gobierno aprobó ayer en un consejo de ministros extraordinario la bajada del IVA de la luz del 21% al 10% hasta final de año para consumidores vulnerables o con una potencia contratada de hasta 10 kw, así como la suspensión del impuesto a la generación eléctrica del 7% durante el tercer trimestre con el objetivo de abaratar la factura eléctrica, que sigue en cifras récord.
En total, mediante estas medidas, el Ejecutivo dejará de recaudar 1.500 millones de euros: 650 millones por la reducción del IVA y 850 millones por el segundo impuesto. Una cifra en línea con la anunciada hace tres días por la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, que no reveló que detrás de esta rebaja de impuestos, lo que se escondía era un recorte en la recaudación de 1.150 millones más que en el pasado ejercicio, frente a los 2.650 millones más que podía haber ingresado sin la rebaja fiscal.
En concreto, se estima que los ingresos del Impuesto Eléctrico subirán hasta los 1.450 millones este año, 200 millones más que en 2020. Además, los impuestos sobre la nuclear y la hidroeléctrica supondrán otro aumento de 200 millones respecto al pasado ejercicio -este año se situarán en 950 millones-, a lo que se añade que los derechos de emisión del CO2 se incrementarán en 1.200 millones respecto a 2020.
La rebaja del IVA supondrá una pérdida de 150 millones este año (hasta 1.850 millones), pues sin suspensión del tributo hubiera recaudado 2.500 millones (500 millones más que hace un año). Mientras qie los ingresos por el Impuesto sobre la Producción Eléctrica supondrán una pérdida de 300 millones (bajará de 1.150 a 850 millones), lo que supone una recaudación de 500 millones más que en 2020.
Los expertos adelantan, además, que esta medida no servirá para paliar la elevada factura de la luz, pues los futuros precios de la electricidad seguirán en máximos. En cualquier caso, el Gobierno no destaca prorrogar la medida en 2022.