
El intento de los titanes tecnológicos por transformar el enrevesado sistema sanitario estadounidense no es ninguna novedad. Sin embargo, los esfuerzos de las compañías más valiosas a este lado del Atlántico se demuestra complicado.
Si no que se lo digan a Amazon y su proyecto Haven, la frustrada asociación de alto perfil de la de Seattle (Washington) con otras empresas, entre ellas JPMorgan y Berkshire Hathaway, que pretendía reducir los costes sanitarios.
Un traspiés que ha forzado a la compañía de Jeff Bezos a virar su estrategia y centrarse en la gestión de recetas así como su intención de lanzar un servicio de atención de salud virtual en los 50 estados del país.
Pero a 1.358 kilómetros, en Cupertino (California), Tim Cook también enfrenta escollos para cumplir su promesa más importante. Según ha insistido su consejero delegado en múltiples ocasiones, el mayor legado de Apple para la humanidad no serán gadgets como el iPhone sino su contribución en materia de salud. Aún así, como ya adelantaba la semana pasada el Wall Street Journal, algunas iniciativas de la compañía destinadas a provocar una disrupción en el sector sanitario están teniendo problemas.
Entre ellas su intención de ofrecer su propio servicio médico de atención primaria con médicos empleados por Apple. Para probar este proyecto, apodado Casper, la compañía se hizo con una clínica y comenzó a facilitar estos servicios a sus empleados. Dicho esto, los planes comenzaron a tambalearse cuando los trabajadores del fabricante del iPhone cuestionaron la integridad de los datos recogidos a través de estos servicios.
Con este tipo de iniciativas, Cook y su equipo quieren demostrar que la combinación de dispositivos de monitorización, véase su Apple Watch, y los servicios de atención médica pueden mejorar la salud de los estadounidenses. Un modelo que si se demostrase efectivo podría ofrecerse a otras organizaciones.
Es importante tener en cuenta que el negocio de servicios de la empresa ingresó en 2020 un total de 53.768 millones de dólares mientras que el de wearables y accesorios, donde se incluye el Apple Watch otros 30.620 millones de dólares. Tanto Apple como Amazon o Google han pasado los últimos años buscando dar el salto en el sector de la salud a través de dispositivos y servicios con la intención de abrirse paso en una industria que mueve más de 4 billones de dólares en EEUU.
A día de hoy Casper sigue funcionando pero Apple no ha tenido mucha suerte a la hora de llevarlo más allá de la fase inicial debido a múltiples factores. El WSJ menciona algunas dudas sobre la exactitud de los datos recogidos (algo que la compañía niega) y añade que los empleados participantes no se han comprometido especialmente con el programa.
Hasta la fecha, Apple se ha centrado más en los aspectos de salud del Apple Watch, algo que los analistas han visto con buenos ojos. Antes de la pandemia, Morgan Stanley estimaba que la compañía podría convertirse en líder en salud de los consumidores, con posibles ingresos adicionales que alcanzarían los 313.000 millones de dólares.
En su última Conferencia Mundial de Desarrolladores de Apple (WWDC, por sus siglas en inglés), Apple introdujo mejoras en su aplicación Health (salud en inglés), como una fórmula que controlará el riesgo de caídas y permitirá compartir los datos de salud diarios directamente con médicos y familiares.
El Apple Watch ya facilita ayuda en caso de una caída pero Apple Health pretende prevenir dichas caídas antes de que se produzcan prestando atención a la estabilidad del usuario al caminar. La de la manzana también anunció Trends, que recopilará diferentes datos de salud y avisará a los usuarios cuando se produzcan cambios.
Google reduce su equipo
Pero las dificultades en el negocio de salud también llegan a Google. Según el portal Business Insider, la compañía ha trasladado a más de 130 empleados de su negocio Google Health a otras áreas como Fitbit y Búsquedas. Aquellos trabajadores que seguirán en el área de salud se han dividido en tres equipos, pero ninguno de ellos se concentrará en productos de consumo.
Google Health contaba con alrededor de 700 trabajadores el pasado mes de marzo. Sin embargo, la semana pasada dicha cifra se había reducido hasta casi 570, casi un 20% menos.
Un correo electrónico interno del jefe de Google Health, el doctor David Feinberg, al que tuvo acceso Business Insider, estima que que esta unidad de negocio "seguirá creando productos para los médicos, realizando investigaciones para mejorar la atención médica garantizando que todos los proyectos relacionados con la salud en Google cumplan con los más altos estándares".