Empresas y finanzas

La aerolínea de capital italiano AlbaStar sigue a Plus Ultra y pide 25 millones a la Sepi

  • La firma de capital transalpino y bandera española tiene su base en Palma
  • Tras recibir el crédito debe demostrar ahora que es una empresa estratégica

La aerolínea chárter AlbaStar ha recurrido al Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas que gestiona la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) para poder salvar el golpe del Covid-19. Siguiendo los pasos de Plus Ultra, la compañía habría solicitado 25 millones de euros a través de un préstamo participativo y otro ordinario.

AlbaStar tiene su sede en Palma de Mallorca, pero la mayor parte de su capital está en manos de accionistas de origen italiano, empresarios del sector turístico que tras la crisis de 2008 optaron por entrar en el mercado español cubriendo el hueco que habían dejado empresas quebradas como Spanair.

La crisis del Covid-19 impactó como un jarro de agua fría en el balance de la aerolínea tras mantener sus aviones en tierra durante gran parte del año. En concreto, de acuerdo con los datos de Aena, AlbaStar movió durante 2019 un total de 158.000 pasajeros desde o hasta aeropuertos españoles. Este dato se redujo hasta apenas 3.000 pasajeros durante el año 2020. Si se tiene en cuenta el número de operaciones, la compañía pasó de 1.323 en 2019 a solo 65 durante el peor año del impacto del virus.

Estas cifras obligaron a la aerolínea a reforzar su balance a través de la solicitud y posterior concesión de un crédito bancario avalado por el ICO, confirman fuentes financieras, tras tirar de la tesorería durante meses. Pero no fue suficiente y ante la extensión de la pandemia durante 2021, AlbaStar decidió recurrir al fondo Sepi para salvarse mediante la petición del rescate de 25 millones que ahora está en estudio.

De acuerdo con la información del Registro Mercantil consultada por este diario, la compañía cumple los parámetros económicos que exige Sepi para conceder la ayuda, pues hasta la irrupción del virus que ha paralizado el sector turístico había cerrado casi la totalidad de ejercicios en positivo y la deuda estaba contenida. En los hechos posteriores al cierre de las cuentas del ejercicio 2019, últimas disponibles, AlbaStar reconoce que como consecuencia de los cierres derivados de la pandemia, la compañía decidió reducir los costes fijos, entre los que se incluían los contratos de arrendamiento operativo, es decir, de aeronaves, y aprovechando los programas de Erte que se pusieron en marcha tanto en España como en Italia, países en los que tiene trabajadores. Además, renegoció acuerdos comerciales con clientes para conseguir extender su aplicación hasta, al menos, el siguiente ejercicio financiero. Con este contexto, la compañía que encabezan Daniela Rosalía Caruso, Michael David Hugo Harrington y Antonio Corrado Spadaccini decidió reformular estas cuentas en mayo de 2020 para modificar la propuesta de aplicación de resultado, traspasando a reservas los 3,37 millones de euros de beneficio que habían obtenido.

Los directivos

El capital de AlbaStar está, principalmente, en manos de empresas italianas. En concreto, está participada por Kenobi Club Tour Operator SRL (27%), Italy Aviation Service (25%), Antonio Corrado Spadaccini (11%), la empresa italiana Femar y el empresario Nasreddin Ibrahim (21,5%), tal y como consta en el Registro Mercantil.

Este último, que también es consejero de la compañía, estaría vinculado, según la información disponible, con Nasair, una aerolínea con bandera de Erítrea que pertenece al grupo Nasair Holding FZE, radicada en Emiratos Árabes y que aparece en la documentación registral como "empresa vinculada". Un grupo de transporte aéreo del mismo nombre y capitaneado por Nasreaddin Ibrahim Johar, Nasair Group, apareció en los offshore leaks de 2013.

Nasreddin Ibrahim fue cesado como consejero de AlbaStar en agosto de 2020, pero le restituyeron en el cargo, de acuerdo con los datos del Borme, el pasado 12 de mayo.

Compañía estratégica

Una de las máximas que exige cumplir el fondo de rescate dotado con 10.000 millones que gestiona Sepi es que las compañías que resulten beneficiarias de esta financiación deben ser consideradas estratégicas para la economía de España. Las últimas polémicas adjudicaciones han llevado a que este punto sea examinado con lupa en cada nueva solicitud.

Una de las más polémicas, que está siendo incluso investigada por la Justicia, fue la de Plus Ultra, una aerolínea cuyas cifras pusieron en jaque la consideración de estratégica a la hora de aprobar su rescate. Entonces, María Jesús Montero, ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, justificó públicamente esta ayuda diciendo que cumplía con los requisitos económicos y que se consideraba estratégica al operar en un sector como el turístico, que lo es para España.

En el caso de AlbaStar, además de las cifras de tráfico y operaciones que suponen menos del 1% del total nacional, su flota está compuesta por seis aviones, cinco Boeing 737-800 y un Boeing 737-400, todos ellos en régimen de alquiler. La compañía aérea, según reza en su propia página web, contaba a cierre del mes de febrero, últimos datos disponibles, con 203 empleados, la mayoría hoy en Erte.

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