
La crisis del covid-19 puede dejar dos marcas a largo plazo en el mundo laboral. Una es una fuerza laboral necesitada de cuidados tras un año de aislamiento: según un estudio de Microsoft publicado este lunes, más de un 50% de los empleados dice estar "sufriendo" este año, y un 41% está pensando cambiar de empresa este año. El otro, sin embargo, apunta a ser igual de disruptivo pero en un lado positivo: la normalización del teletrabajo. Un 73% de los empleados mundiales que se han visto obligados a trabajar a distancia querría mantener esta posibilidad a largo plazo, de una forma puntual que les ayude a conciliar mejor sin dejar de lado las relaciones personales en la oficina.
La encuesta de Tendencias Mundiales del Trabajo, realizada por Microsoft, apunta a que el futuro va a ser híbrido: prácticamente el mismo porcentaje de personas, en torno al 70%, quiere trabajar con compañeros en persona y mantener la posibilidad de teletrabajar al menos algunos días a la semana o en algunos momentos del mes. Un dato que revela que la gran mayoría de los trabajadores echan de menos el contacto humano, pero que también han descubierto que no es necesaria la presencialidad constante para seguir en activo.
Precisamente, uno de los problemas del teletrabajo es que las reuniones se han multiplicado, ante la dificultad de los jefes de hablar con sus equipos y de seguir de cerca su productividad. Los encuentros por Zoom y sistemas similares han aumentado un 150% respecto a las reuniones presenciales antes de la pandemia, los encuentros duran de media 10 minutos más que antes y los correos electrónicos enviados el pasado mes de febrero han aumentado en 40.000 millones respecto al mismo mes de 2020. Unas tendencias que aumentan el tiempo que los trabajadores pasan conectados y que empeoran la situación de cansancio que sufre un porcentaje cada vez mayor.
En concreto, las cifras indican que más del 50% de los encuestados consideran que están "sufriendo" en el trabajo durante la crisis. Por grupos, los que peor lo están pasando son las mujeres trabajadoras (56%), los jóvenes de 18 a 25 años (60%), los trabajadores esenciales (61%), los trabajadores con menos de un año de experiencia (64%) o los solteros (67%). Enfrente, los directivos, de los que una mayoría siente que está saliendo más fuerte: solo un 39% de ellos asegura estar sufriendo.
A eso se suma la tensión inherente a la crisis social y sanitaria que lo permea todo. Un 17% de los trabajadores reconoce haber llorado con algún compañero este año, una cifra que aumenta en los sectores más afectados por la pandemia: han llorado un 23% de los sanitarios, un 21% del sector del turismo y un 20% de los profesores, según el estudio.
El resultado es que la cifra de empleados que está dispuesto a buscar una nueva empresa ya supone el 41%, entre los que se sitúan hasta un 54% de los jóvenes de 18 a 25 años, que han empezado sus carreras en uno de los peores momentos de la historia reciente. La necesidad de motivarlos y darles una nueva bienvenida al mundo laboral una vez la situación vuelva a la normalidad puede ser fundamental a la hora de conseguir que las nuevas generaciones den su máximo en el futuro próximo.
Según Jared Spataro, vicepresidente corporativo de Microsoft 365, "junto con los espacios físicos, las organizaciones deben invertir en tecnología que permita a las personas participar plenamente desde el hogar, la oficina o mientras se desplazan. Es necesario analizar dónde se puede añadir más personal o recursos adicionales para ayudar a los empleados a gestionar la intensidad del día a día actual". La crisis supone una oportunidad, y las empresas tienen que saber cómo aprovecharla y evitar que los empleados salgan de la pandemia achicharrados mental y anímicamente.