
Iberdrola ha contratado servicios de flexibilidad para la distribución de electricidad de Reino Unido por 140 MW. Retribuirá a los ganadores -empresas generadoras, agregadoras de demanda y gestores de sistemas de almacenamiento- para que operen sus instalaciones de un modo beneficioso para las redes, facilitando su gestión y reduciendo sus costes.
Scottish Power, filial de la empresa presidida por Ignacio Sánchez Galán, lanzó la subasta el pasado mes de noviembre, con el objetivo de dotarse de 900 MW flexibles para el período comprendido entre 2023 y 2028, de acuerdo con el incremento previsto de vehículos eléctricos y puntos de recarga, y de bombas de calor para calefacción y refrigeración.
El resultado de la puja se conoció la semana pasada: la compañía ha aceptado ofertas en redes de muy alta tensión, alta tensión y, por primera vez, baja tensión, por un total de 140 MW en 55 emplazamientos: 10 del centro y el sur de Escocia (24 MW), 12 de Gales e Inglaterra (113 MW) y otras 33 ubicaciones (3 MW) en el resto de las redes del país.
Iberdrola ya había celebrado una primera subasta de flexibilidad en octubre de 2019, pero con una respuesta muy inferior, ya que sólo cerró tres contratos. Ante el éxito obtenido, la compañía ha anunciado un nuevo concurso el próximo mes de abril, para avanzar en la consecución de sus objetivos.
La gestión de las redes es cada vez más compleja y las eléctricas tienen que reforzarlas y calcular bien las inversiones de los años venideros. Con esta perspectiva, les resulta rentable contratar servicios de flexibilidad, porque puede ser más barato pagar por la desconexión puntual de una pequeña industria que reforzar un tendido.
En España el Gobierno está preparando la regulación de los servicios de flexibilidad.