
El mercado inmobiliario ha experimentado grandes cambios a raíz de la crisis sanitaria y económica del Covid-19. Uno de los más destacados es la nueva demanda de vivienda. Las nuevas necesidades habitacionales que surgieron durante el confinamiento han provocado que cada vez más personas se interesen por el binomio alquiler y obra nueva, impulsando así un mercado ya de por sí en auge, el build to rent.
Esta tendencia de edificar viviendas de nueva construcción y destinarlas únicamente al alquiler, que nació en Reino Unido, comenzó hace apenas unos años a captar en España el interés de todo tipo de actores del sector, desde promotoras y constructoras, hasta fondos de inversión o socimis. Inicialmente de forma tímida, pero creciendo poco a poco atraídos por la necesidad de satisfacer una creciente demanda y una falta de producto en alquiler para cubrirla, el build to rent captó en 2019 más de 1.500 millones de euros en inversión, presentando una tendencia similar durante 2020, a pesar de la crisis sanitaria. O también gracias a ella.
La incertidumbre provocada por la pandemia y los cambios en las necesidades del consumidor, han llevado a muchos a buscar una alternativa en el alquiler. Pero no una cualquiera. Una en la que asentarse, gestionada por profesionales y que ofrezca viviendas de calidad, con zonas y servicios comunes atractivos, ubicadas junto a redes de transporte público en ciudades de gran dinamismo económico y demográfico y, lo más importante, que satisfagan sus nuevas necesidades habitacionales: más espacio, más habitaciones, buena orientación, luminosidad, terrazas o espacios exteriores…
El contexto actual ofrece, en definitiva, razones más que suficientes para que aquellos actores que ya confiaban en esta modalidad, definida por muchos como el revulsivo principal en la reactivación del sector inmobiliario tras el Covid-19, ahora lo hagan todavía más.
También hay que tener en cuenta que este auge no solo responde al interés privado. El sector público ya está gestionando sus propios proyectos de build to rent. El último ejemplo lo vemos en la Comunidad de Madrid con el Plan Vive, que tiene por objetivo la construcción de hasta 25.000 viviendas públicas asequibles en régimen de alquiler en los próximos ocho años.
Hasta 2030 se construirán entre 80.000 mil y 90.000 viviendas destinadas para el alquiler
Las previsiones para el futuro también son favorables en este sentido, pues dentro del sector inmobiliario se calcula que de aquí a 2030 se construirán entre 80.000 y 90.000 viviendas destinadas para el alquiler. De momento, la obra nueva mantiene un buen ritmo si queremos alcanzar estas perspectivas, ya que los últimos datos del Ministerio de Agenda Urbana revelan que entre enero y septiembre de 2020 se finalizaron casi 55 mil viviendas en todo el territorio nacional, mientras que en este mismo tiempo se inició la construcción de más de 52 mil viviendas en España.
Habrá que ver, eso sí, cuántos de estos inmuebles se destinarán al alquiler, aunque la tendencia en la demanda de pisos arrendados hace pensar que serán una buena parte. Y es que, aunque todavía no es la opción preferida para los españoles frente a la compra en propiedad, cada vez son más los ciudadanos que deciden vivir en un inmueble alquilado. Así lo confirman los últimos datos del INE, donde se aprecia que el número de hogares en régimen de alquiler ha crecido un 15% entre 2013 y 2019. Sumando estas dos tendencias (interés creciente por el alquiler y más oferta de vivienda nueva), podemos pensar que el build to rent cosechará buenos números en el futuro.
Además, las características de esta nueva modalidad inmobiliaria la hacen muy atractiva para la población joven que está buscando una primera vivienda o para aquellas familias que buscan espacios más amplios. Principalmente por dos factores. El primero, la relación calidad precio de estos activos al encontrarse en zonas de expansión de la ciudad, pero que cuentan con todos los servicios y están muy bien comunicadas. Una circunstancia que cobra más relevancia cuando los salarios son más ajustados.
El segundo factor es la movilidad geográfica y la flexibilidad laboral. Eligiendo viviendas arrendadas y equipadas con las comodidades que garantiza la obra nueva, el teletrabajo puede ser una realidad de forma más cómoda, con la posibilidad de cambiar de residencia más fácilmente en caso de que fuera necesario.
Con todas estas cuestiones sobre la mesa, está claro que el build to rent está llamado a tener una gran importancia dentro del sector inmobiliario en España. Por ello, desde Solvia hemos reforzado esta línea de negocio dentro de nuestra área de gestión de alquileres, que cuenta con una consolidada experiencia en la gestión de carteras de alquiler y más de 22.000 activos de alquiler de todo tipo bajo gestión.
A través de esta unidad, cubrimos la gestión de todo el ciclo de vida de estos activos: proceso de onboarding y migración (preparación de la información y documentación necesarias, migración de datos al sistema, etcétera), asset management (planificación para optimizar el rendimiento de los activos, análisis documental, saneamiento registral y jurídico, definición de las políticas de mantenimiento y adecuación del activo, etcétera), comercialización (fijación del precio, publicación y difusión de los activos o atención comercial) y administración del alquiler (formalización, renovación y rescisión de contratos, actualización de rentas, emisión de recibos y facturas, atención y resolución de incidencias, o gestión y mantenimiento de los activos).
Somos una de las mayores plataformas de gestión de activos inmobiliarios y, desde Solvia, queremos liderar la transformación de nuestro sector. Para ello, la única vía es adelantarnos a las necesidades del mercado, ofrecer el mejor servicio, cubrir todas las necesidades operativas y reputacionales de nuestros clientes y atender correctamente la demanda del usuario final.