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OCDE reduce previsión PIB 2006 y 2007 en EEUU y sube en zona euro

París, 28 nov (EFECOM).-La OCDE revisó hoy a la baja sus previsiones de crecimiento económico para este año y el próximo, en Estados Unidos, por la súbita inflexión del tirón inmobiliario y elevó sus proyecciones para la zona euro, lo que ilustra un reequilibrio entre las diferentes regiones del mundo desarrollado.

Estas son las principales conclusiones del informe semestral de coyuntura de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que augura un aumento del 3,2% del Producto Interior Bruto (PIB) este año en el conjunto de los 30 países miembros, una décima menos que lo que avanzaba en mayo.

La progresión del PIB de la zona OCDE se ralentizará sensiblemente en 2007, con un alza del 2,5% (cuatro décimas menos que lo estimado hace seis meses), y será del 2,7% en 2008.

Esa evolución de conjunto en lo que se conoce como el "Club de los países desarrollados" de hecho resume un comportamiento dispar entre Estados Unidos y la zona euro, donde según el economista jefe de la OCDE, Jean-Philippe Cotis, las estadísticas recientes "permiten augurar una sólida recuperación".

En concreto, después del decepcionante 1,4% en 2005, la economía de los Estados de la moneda única progresará un 2,6% este año (cuatro décimas más de lo estimado en mayo), un 2,2% en 2007 (una décima más de lo previsto hace seis meses) y un 2,3% en 2008, según los autores del informe.

Estados Unidos seguirá teniendo un crecimiento superior, pero el ritmo se desacelerará: tras el espectacular 3,5% de 2005, el inicio de ralentización de 2006 (3,3%, tres décimas menos de lo avanzado hace seis meses) se agudizará en 2007 (2,4%, una corrección a la baja de 0,7 puntos), antes de remontar a un 2,7% en 2008.

La OCDE no ha modificado las cifras para este año de aumento del PIB para Japón (2,8%), que sí se resentirá más de lo esperado en 2007 (2% en lugar del 2,2%) y se mantendrá en ese ritmo en 2008.

Cotis comentó que "más que a una gran ralentización, la economía mundial se ve confrontada a un reequilibrio del crecimiento entre diferentes zonas geográficas", con tres factores protagonistas en Estados Unidos desde el pasado verano: la inflación por la subida del petróleo, las tensiones en el mercado de trabajo y, sobre todo, la inversión en vivienda "caída brutalmente tras un largo tirón".

En todo caso, consideró que el recalentamiento en Estados Unidos "parece todavía modesto" y si el barril de crudo se mantiene a su nivel actual "una ralentización económica de amplitud moderada debería ser suficiente para restablecer progresivamente la estabilidad de los precios".

El economista jefe matizó que no debería ser "fuente de inquietud" en Estados Unidos el enfriamiento del sector inmobiliario, que ha alcanzado precios "insostenibles" también en otros países, sobre todo Dinamarca, Francia o España.

Advirtió de que cuando "esos excesos de precios" se reabsorben, los mercados inmobiliarios pueden pesar sobre la economía de los países concernidos, cuyas economías no están sin embargo en situación de recalentamiento global.

En cualquier caso, Cotis consideró que las correcciones por dichos excesos "no deberían inquietar" en economías en equilibrio financiero, como lo han mostrado Australia o el Reino Unido.

A su juicio, sería bueno que para tomar el relevo de Estados Unidos como carro que tira de la economía mundial, despegara el consumo interno en países como Alemania y Japón, donde estos últimos años no ha acabado de despegar y que seguirán aumentando su superávit externo, que superará el 5% de su PIB en 2008.

El economista jefe de la OCDE señaló que la Reserva Federal estadounidense podría tener que aumentar sus tipos de interés para que la inflación no sobrepasara el umbral del 2%, mientras en la zona euro "podría justificarse" un nuevo aumento del precio del dinero para prevenir presiones inflacionistas ulteriores.

Cotis criticó por "insuficientes" los esfuerzos de los grandes países de la organización en las reformas estructurales y el control de los números rojos de las cuentas públicas.

"No aprovechan generalmente las buenas perspectivas de crecimiento para reducir de forma duradera sus déficit estructurales, con la notable excepción de Alemania", argumentó. EFECOM

ac/al/cg

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