El Banco de España apunta a las socimi como una de las posibles soluciones a los problemas del alquiler en España, en un momento en el que el Gobierno se plantea regular los precios en las zonas tensionadas -una medida que no ha funcionado en Europa- al tiempo que se prepara para incrementar la presión fiscal sobre este tipo de sociedades en los Presupuestos con una tributación mínima de un 15% sobre los dividendos no repartidos.
Según el estudio sobre la "Evolución reciente de las socimi en España", en los últimos años se ha observado un aumento del peso del negocio residencial, especialmente en las grandes áreas metropolitanas. En caso de consolidarse, asegura el informe, "esta evolución podría favorecer un aumento de la oferta de vivienda en alquiler en los próximos años, lo que podría contribuir a atenuar la dinámica de crecimiento de los precios observada recientemente en este mercado, asociada al fuerte aumento de la demanda".
A finales de 2019, un 82% de la cartera de las socimi estaba invertida en hoteles, oficinas, locales, centros comerciales y centros logísticos y la vivienda sólo representaba el 11,2%. No obstante, en los últimos años esta situación está cambiando y se ha producido un incremento del peso de la vivienda en un momento de fiuerte demanda de viviendas en alquiler.
Oferta de inversión
Por otra parte, para el Banco de España, el desarrollo de las socimi ha contribuido a ampliar la oferta de instrumentos de inversión para los ahorradores. En particular, indican, estos vehículos presentan ventajas para los minoristas frente a la inversión directa en inmuebles, en términos de diversificación de riesgos (por la posibilidad de invertir en carteras con distintos inmuebles), profesionalización de la gestión y escalabilidad. Para el organismo supervisor, los riesgos para la estabilidad financiera asociados a la actividad de las socimi serían, en principio, limitados.
La exposición directa de los bancos españoles (a través de participaciones en el capital y de la concesión de préstamos) a las socimi es reducida, tanto en valores absolutos como en términos de su peso en los balances bancarios.
Por otro lado, la estructura es, en principio, más sólida frente a crisis bursátiles e inmobiliarias, en comparación con las sociedades y fondos de inversión inmobiliaria, ya que las socimi no están obligadas a reembolsar a sus partícipes sus aportaciones cuando estos las reclaman, con lo que se reduce el riesgo de que se produzcan episodios de ventas aceleradas de carteras de activos poco líquidos en períodos de crisis, que suelen amplificar las caídas de los precios inmobiliarios.