
Airbus avanza a velocidad de crucero en su plan de reestructuración, lo que le ha permitido adaptar con éxito el ritmo de producción al de entregas, que ha caído un 40%, y anunciar que espera alcanzar el punto de equilibrio en el flujo de caja libre en el cuarto trimestre, después de detener la hemorragia de efectivo en el tercero, en el que ha perdido 767 millones (en el acumulado del año los números rojos superan los 2.600 millones).
"El flujo de caja libre antes de fusiones y adquisiciones y financiación a clientes ascendió a -11.798 millones de los cuales +600 millones correspondieron al tercer trimestre", explica el fabricante en la presentación de resultados antes de señalar que la buena evolución se debe "a un nivel mayor de entregas comparadas con el trimestre anterior y a las iniciativas de contención de efectivo". "Ya podemos observar el avance en la adaptación de nuestro negocio al nuevo entorno de mercado originado por el covid-19", aseguró Gillaume Faury, consejero delegado de Airbus.
La reducción de los ritmos de producción, el ajuste de personal y la renegociación con los proveedores están detrás de este logro. Una reestructuración que va a suponer la pérdida de unos 15.000 empleos en todo el mundo y que ya ha pasado una factura de 1.200 millones de euros al fabricante europeo en forma de provisión, de los cuales 981 millones de euros fueron para Airbus (Comercial), y 219 millones para Defence and Space. "Esta cantidad tiene en cuenta las medidas gubernamentales de apoyo y refleja el estado más actual de las negociaciones con los sindicatos, por lo que puede ser revisado", explica la compañía que ya ha reducido su plantilla mundial en 860 personas hasta los 134.071 trabajadores y ha llegado a un acuerdo en España para lanzar un plan de prejubilaciones y bajas voluntarias incentivadas.
Abre la puerta a acelerar el ritmo de producción de la familia A320 a finales de 2021
Aunque de momento el consejero delegado de Airbus no ha querido hablar de nuevos ajustes y ha abierto la puerta a estar preparado para acelerar el ritmo de producción de la familia A320 hasta las 47 unidades a finales de 2021 (la cadencia de producción está en 40) "si el mercado y la demanda lo permite", sí que ha reconocido que hay una gran falta de visibilidad y que la situación es más difícil de lo esperado ya que la evolución del tráfico va peor y sus clientes (las aerolíneas) no se recuperan tan rápido cómo estaba previsto hace tres meses. La reactivación de los aviones más grandes (A330 y A350) se retrasaría mucho más puesto que el largo radio sigue parado y hay mucha incertidumbre.
Vincula sus previsiones a que no se produzcan "más interrupciones en la economía mundial"
Aunque Faury se ha mostrado mucho más optimista que Boeing, que ha anunciado 7.000 despidos más tras apenas entregar 27 aviones, y ha asegurado que seguirá adelante con el plan de ajuste previsto para adaptarse a la crisis del Covid-19, evitando hablar de nuevos recortes, la compañía reconoce en las cuentas su pronóstico del cuarto trimestre depende de que "no se produzcan más interrupciones en la economía mundial", el tráfico aéreo y las operaciones internas. Algo que parece difícil en Europa puesto que Alemania y Francia ya han anunciado nuevos cierres al tráfico. En este punto, Faury señala que el tráfico doméstico de China se ha recuperado con fuerza y que hay ahí un buen nicho de mercado. "Hemos aprendido a adaptarnos a las medidas que imponen los gobiernos para contener el virus. Seguiremos adelante con la reestructuración, ni más ni menos", señaló Faury.
Pérdidas milmillonarias
La caída de los ingresos y los mayores costes de reestructuración (provisiones) se han traducido en unas pérdidas acumuladas de 2.686 millones de euros, cifra que choca con las ganancias de 2.186 millones registrada en el mismo periodo de 2019. La facturación de la división comercial se han desplomado un 43% a los 20.271 millones por el descenso del 40% de las entregas de aviones. Por su parte, el negocio de Helicópteros apenas ha registrado un retroceso del 2% por su buen comportamiento en el tercer trimestre estanco y Space and Defensa acumula una caída del 10% a los 6.936 millones.
El resultado bruto (ebit), que se ha visto impactado por las provisiones para la reestructuración o los costes relacionados con el programa A380 (-358 millones), ha sido de -2.185 millones de euros. El año pasado arrojó un saldo positivo de 3.431 millones. Aunque la estructura de costes de ajustado con fuerza, los gastos en inversión y desarrollo sólo se han recortado un 5% a los 2.186 millones.
En el tercer trimestre estanco (julio-septiembre), los ingresos totales de Airbus han alcanzado los 11.212 millones, lo que supone un descenso del 27% respecto a los mismos meses de 2019. Como en el segundo trimestre, la mayor caída se ha notado en la división comercial (-27% a los 7.738 millones), seguido de Space & Defense, que ha perdido un 11% de sus ventas. Ambos negocios han registrado ebits negativos mientras que la división de helicópteros apenas ha registrado un descenso del 4% en sus ingresos y su ebit ha crecido un 9% a los 86 millones de euros.
En cuanto a la evolución de la cartera, el fabricante ha cerrado septiembre con 300 nuevos pedidos de aviones comerciales, lo que supone casi el doble que hace un año y está en línea con la cifra publicada en junio. Le han comprado 143 helicópteros, un 17% menos que el año pasado y la cartera de pedidos de Space & Defense ha crecido un 35% a los 8.214 millones.