
Juan Diego Díaz está acostumbrado a la oratoria, se desenvuelve con soltura y coge de frente las preguntas incómodas..., o se las plantea él mismo. Presidente de la Asociación Empresarial Eólica (AEE) desde el pasado julio, llegó al cargo, que tiene carácter rotatorio, sustituyendo a José López-Tafall, quien lo dejó al ocupar la dirección general de Anfac. Repite, porque fue presidente de la Asociación entre 2015 y 2017, en ambos casos en representación de Siemens Gamesa.
¿Qué espera del Plan de Recuperación de la crisis del Covid-19?
La recuperación tiene que basarse en las renovables, porque proporcionarán energía barata, empleo, y porque tenemos proyectos estratégicos muy relevantes: España lo tiene todo para ser el centro europeo y mundial en I+D eólica. En parques experimentales, en eólica marina flotante, en repotenciación...
El sector eólico global atraviesa una etapa difícil. ¿Le preocupa la situación de la industria nacional?
Lógicamente; nos preocupa mucho. La Asociación ya alertó hace 10 o 15 años de que la proliferación de planes industriales en las autonomías podría derivar en falta de eficiencia. Estamos en un mundo global y nos preocupa que, tras haber reconvertido la industria a partir de 2010, las plantas aún no puedan competir a escala global.
"Las subastas neutrales son inherentemente perversas y pueden llevar a problemas muy graves de la gestión del sistema"
Pero es un sector exportador...
Aunque durante tres o cuatro años hemos exportado con unos esfuerzos muy grandes, hemos avanzado muy poco en la competitividad; algunos temas claves no han avanzado: en logística hay reglamentos de antes de la transición, lo cual es increíble: transportar cualquier elemento pesado, o con longitudes superiores a las estándar, es un dolor... Los puertos, menos Ferrol y Bilbao, no están preparados... Y los fabricantes licitan los componentes entre todos sus centros productivos del mundo, e incluso de terceros.
¿Y el problema de que los precios eólicos se han hundido por las subastas y la competencia fotovoltaica?
La clave no está en el precio del equipo, sino de la energía. Con los niveles actuales, los fabricantes no generan caja para invertir en los medios productivos y la I+D para desarrollar nuevos productos competitivos. Respecto a la competencia con la solar... Los gobiernos empiezan a darse cuenta de que las subastas neutrales son inherentemente perversas y pueden llevar a problemas muy graves de la gestión del sistema. Eólica y solar tienen atributos diferentes y los gobiernos empiezan a entender que no tienen sentido las subastas neutrales.
¿No le gustan las subastas?
En el último trimestre las subastas se han reducido a la mitad respecto al anterior. Influye el coronavirus, pero los promotores están huyendo de las subastas y van a PPA [contratos a largo plazo] con grandes consumidores, agregadores o consigo mismo, como hacen las utilities... Una vez alcanzado un umbral de competitividad tan elevado, las subastas van a desaparecer en un mercado todavía más liberalizado.
¿Le gustan las subastas que prepara el Gobierno?
No todo el mercado puede basarse en PPA, y el que haya un suelo de precio para financiar los proyectos, como los contratos por diferencia que plantea el Gobierno, será necesario durante un tiempo, pero el futuro es que una parte muy relevante del mercado vaya con PPA... Dicho esto, yo no sé qué subastas prepara el Gobierno; tiene buena pinta y la ministra Ribera se ha mostrado receptiva con nuestras propuestas: planificación a largo plazo, separación de las tecnologías y un suelo o un contrato por diferencias.
¿Y qué opina de la burbuja en los derechos de acceso a la red?
No nos gusta. El número de proyectos eólicos está totalmente alineado con los objetivos del Gobierno, pero en otras tecnologías no. Eso me da a entender que muchos de los proyectos tienen alto riesgo de ser especulativos. No puede ser que pasen cinco años, ocupes espacio en la cola, y no hayas hecho nada, excepto esperar a que haya alguien queriendo conectarse para venderle tus derechos.
¿Tiene alguna solución?
Hemos trabajado con la CNMC y con REE en un procedimiento claro de adjudicación de los accesos a la red, y les hemos propuesto algo muy parecido a lo que ya existe en otros países, como EEUU: deposite usted un aval, a los seis meses la autorización administrativa, a los 12 meses un proyecto eléctrico completo, a los 18 meses el proyecto completo, y si a los dos años no ha presentado todo esto, usted sale de la cola y entra el siguiente.
"Sí, podemos instalar los 2.300 MW anuales previstos para 2030"
¿Habrá eólica marina en España?
O será flotante o no será. Salvo algunas zonas muy reducidas del Estrecho, hay demasiada profundidad. En Canarias será flotante, más allá de pequeños proyectos. Por eso creo que el Gobierno debe apostar por ella para la reconstrucción; genera muchas oportunidades y empleo.
...Pero no tenemos industria de eólica marina; solo las cimentaciones.
Los aerogeneradores marinos son tremendos; la cimentación, el jacket, tiene un coste salvaje, y es casi el mismo si tienes 5 MW que si tienes 10 MW, lo que lleva a apostar por mayores tamaños. Pero en flotante el paradigma cambia totalmente: el coste del mecanismo flotante no tiene nada que ver con un jacket, y el aerogenerador debe ser más pequeño, de 6 o 7 MW, para los que sí tenemos cadena de fabricación.
¿Podrá la eólica cumplir los objetivos del Gobierno para 2030?
Sí, podemos instalar los 2.300 MW anuales previstos, y lo haremos mejor con planificación y sin cuellos de botella administrativos.