
El cronómetro juega en contra del futuro de Dentix. Las negociaciones entre la banca acreedora y los fundadores de la cadena de clínicas dentales se encuentran en un complicado punto, según han explicado fuentes financieras a elEconomista, lo que podría provocar que la compañía estuviera al borde del concurso de acreedores. Excluyendo los 150 millones de KKR, el pasivo de Dentix se situaría en torno a los 250 millones (100 con la banca acreedora y 150 millones de sistemas productivos), según las mismas fuentes.
Con la ruptura de las conversaciones con la banca acreedora –liderada por BBVA–, se pondrían en standby las conversaciones con Advent, el dueño de Vitaldent, que presentó una oferta para hacerse con la red de clínicas dentales. Para el rescate por parte de esta gestora, era necesario que Dentix obtuviera un crédito avalado por el ICO que garantizara su viabilidad, algo que parece que las entidades financieras no están dispuestas a asumir.
Cabe recordar que los préstamos avalados por el Estado son concedidos por los bancos después de analizar que la necesidad de financiación surge derivada de la crisis del coronavirus y no atravesaban problemas anteriormente. elEconomista contactó con Dentix, Advent y BBVA, que declinaron hacer comentarios sobre esta información. El concurso de acreedores de Dentix afectaría a su plantilla de más de 3.200 trabajadores –muchos de ellos, todavía en situación de Erte– y a sus 10.000 clientes.
La última bala
No obstante, las fuentes consultadas no descartan que Advent pueda pujar por Dentix aunque la compañía se encuentre en concurso de acreedores, ya que podría resultar una buena oportunidad para engordar Vitaldent. Como última opción, también cabría la posibilidad de que la cadena solicitase dinero procedente del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas del Gobierno, algo que las fuentes consultadas señalan como "muy complicado" porque la cadena de clínicas dentales arrastra una difícil situación desde antes de la pandemia del coronavirus.
A principios de año, los directivos de Dentix habían negociado con el gigante de la inversión estadounidense KKR –que inyectó en torno a 200 millones de euros en 2016 para impulsar la internacionalización de la compañía– para que ejecutara un canje de deuda por acciones y se quedara con el grupo. De hecho, llegó a anunciar el nombramiento de Enrique Francia (exconsejero delegado del Grupo Vips) como primer ejecutivo de Dentix, pero en el último momento KKR se retiró al encontrar "información financiera y/o incompleta durante la fase inicial de la due diligence" referida a la valoración de ciertos proyectos futuros.
Después, Sherpa Capital, gestora especializada en situaciones especiales, analizó su rescate a la firma, pero se retiró el pasado mes de julio. En agosto, Advent aceleró las negociaciones para quedarse con esta compañía, que pasaría a integrarse dentro de la red de clínicas Vitaldent. Ahora, con las negociaciones con la banca en un aparente punto de no retorno, el futuro de Dentix se complica.
La diferencia fundamental entre el preconcurso y el concurso reside en los plazos que maneja la compañía, ya que en el primero gana tiempo paralizando las ejecuciones contra los bienes y activos de la sociedad, a excepción de los requerimientos solicitados por los acreedores públicos (Hacienda o Seguridad Social). Además, durante el preconcurso, la compañía sigue siendo dirigida por su órgano de administración, mientras que en el caso del concurso sería intervenida y se nombraría un administrador concursal.