París, 16 nov (EFECOM).- Como cada tercer jueves de noviembre desde hace 55 años, el "Beaujolais nouveau", vino de la región de Lyon (este de Francia), llena hoy los primeros vasos en países de los cinco continentes donde su llegada se celebra de forma festiva.
Los primeros expertos que han catado el Beaujolais de la vendimia de este año destacan que la producción de 430.000 hectolitros (47.000 menos que en 2005) tiene el cuerpo, aroma y sabor afrutado tradicional, a diferencia del pasado año.
"Es un vino realmente nuevo, muy poco ácido", señaló el presidente de la sociedad de amigos del Beaujolais Village, Daniel Buillat.
Para promocionar el consumo de estos caldos que no tienen reputación de una alta calidad, desde 1951 se adelanta la fecha de comercialización del Beaujolais del año, lo que le permite estar en la calle en noviembre mientras el resto de los vinos franceses deben esperar casi un mes más.
Los japoneses, por el cambio horario, fueron los primeros en degustarlo, mientras que en Francia los habitantes de su cuna, en el pueblo de Beaujeau, celebraron solemnemente su llegada con la tradicional Fiesta de Sarmentelles.
Esta tradición, convertida ya en hito festivo en Francia, es un fenómeno comercial de éxito menguante, y así este año serán menos los que probarán el Beaujolais de 2006, según las previsiones de los productores.
La crisis general del sector vinícola francés también afecta a una denominación de origen en la que un tercio de su producción acaba convertida en vinagre y difícilmente puede competir, en términos de calidad-precio, con los vinos del denominado "nuevo mundo" (Chile, Estados Unidos, Argentina o Australia).
Un reflejo de esa situación es que el hectolitro del Beaujolais Village se negocia a 158 euros, seis euros menos que el pasado año.
Los productores esperan salir de la crisis por medio de las exportaciones a unos 150 países, principalmente a China, un mercado de futuro donde las ventas aumentaron el pasado año un 67%, aunque en volumen no representaron más que 207 hectolitros.
Japón (que recibe la mitad de las exportaciones), Alemania y Estados Unidos serán un año más los principales mercados de salida de este caldo, cuya vendimia ha de hacerse obligatoriamente a mano, por lo que sus cerca de 4.000 viticultores emplean a principios de septiembre a unos 40.000 temporeros.
Su uva procede en su totalidad de un tipo particular de cepa, la gamay negra de mosto blanco, variedad propia de la región.
Los racimos son introducidos enteros en las cubas, lo que constituye la principal particularidad del "Beaujolais nouveau", y tiene un proceso de maceración extraordinariamente corto: un máximo de cinco días.
Un mes más tarde, terminada la fermentación, el vino se saca de la cuba, se filtra y queda listo para ser embotellado. EFECOM
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