Empresas y finanzas

Aqualia se lanza a instalarse sistemas de autoconsumo

  • Firma con Alpiq el primer contrato de compraventa de energía renovable a largo plazo del sector del agua urbana
  • Cubrirá un 15% de su demanda anual con electricidad 'verde' durante un plazo de 10 años
Félix Parra, consejero delegado de Aqualia. Foto: Archivo.

Aqualia está refundiendo el modo en que gestiona su consumo de energía: acaba de firmar con la suiza Alpiq el primer contrato de compraventa de electricidad a largo plazo (PPA, por sus siglas en inglés) del sector del agua urbana en España, y ha decidido instalar sistemas solares de autoconsumo. También estudia implantar otras medidas de ahorro y eficiencia energética.

La empresa especializada en la gestión del ciclo integral del agua ha contratado un PPA de 76 GWh al año de energía renovable certificada, con 10 años de duración -entre 2020 y 2030-, equivalente a un 15% de su consumo energético anual, o a las necesidades de 20.000 hogares.

Aqualia -que recibirá la electricidad verde de parques solares ubicados en Córdoba, Sevilla, Toledo, Palencia y Zaragoza- ha contado en el proceso con el asesoramiento técnico de Magnus Commodities.

Lista para las licitaciones

Gracias a la firma del contrato, Aqualia reduce sus emisiones de CO2, rebaja su factura eléctrica, aporta visibilidad a sus costes futuros y, sobre todo, cumple los requistos de las licitaciones públicas, que ya suelen exigir que la energía consumida a la hora de prestar servicios de agua sea 100% renovable.

La filial de FCC e IFM también se ha lanzado a montar sistemas de autoconsumo fotovoltaico. En una primera fase está desplegando 26 instalaciones, con una potencia conjunta de 3,4 MW. Repartidas por todo el territorio, no verterán excedentes a la red y dedicarán su producción, de unos 44 GWh al año, exclusivamente a cubrir necesidades del ciclo del agua.

Aqualia señala a elEconomista que tiene planes para superar el centenar de sistemas de autoconsumo a medio plazo, pero que ha empezado allí donde tiene contratos con una duración superior a los ocho años, para garantizarse la amortización de los equipos solares.

A fin de cuentas, los inmuebles donde se están levantando son propiedad de unos ayuntamientos que también verán mejorada su huella de carbono.

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