
El Gobierno ha dado un primer paso para poner en marcha la ampliación de la estación de Chamartín por algo más de 1.000 millones de euros, una obra clave para la liberalización del transporte ferroviario de pasajeros y el impulso de una movilidad baja en emisiones de CO2. Así, a través de Adif, el Ejecutivo ha abierto un concurso con jurado para contratar los "servicios para la transformación de la estación de Madrid-Chamartín y su integración urbana".
El objetivo de la licitación es fichar a una sola consultora que, durante los seis años que durará el contrato, se encargue de la redacción de los anteproyectos, proyectos básicos y constructivos de la nueva infraestructura y de la elaboración del Plan Económico para "asegurar la sostenibilidad financiera de las actuaciones".
Entre las líneas de negocio a analizar destacan las actividades comerciales y de atención al viajero en las zonas públicas, el desarrollo de zonas de ocio independizadas de los flujos principales de la Estación, la apertura de aparcamientos de larga estancia para coches privados, de zonas de lavado, de hoteles y oficinas o de intercambiadores de transporte... En este punto, los pliegos recogen que los aparcamientos de la nueva Chamartín deben tener espacio para bicis, coches compartidos, motos y monopatines. Asimismo, se pide que el aparcamiento de las bicicletas tenga acceso directo a un carril bici.
Los trabajos que la consultora adjudicada debe desarrollar en una primera etapa tiene tres patas: el anteproyecto de transformación y ampliación de Chamartín, cuyo presupuesto de ejecución material de las obras no podrá exceder los 600 millones; el anteproyecto arquitectónico de los 180.000 m2 edificables de uso terciario, que cuenta con una presupuesto de 335 millones, y el anteproyecto de Urbanización, cuyo importe de ejecución no podrá exceder los 25,7 millones. El presupuesto no incluye los 45,2 millones previstos para cubrir las vías.
En este punto, Adif señala en los pliegos que el conjunto edificado, compuesto por la Estación y el terciario lucrativo, debe ser "un referente internacional de arquitectura" y "un elemento central del sistema ferroviario urbano y nacional" que potencie su carácter de "gran intercambiador metropolitano". Así, dentro de los planes, destaca la conexión vertical de Metro y Cercanías y se abre la puerta a desarrollar una nueva conexión ferroviaria con el aeropuerto de Barajas. Proyecto que Fomento estudia junto a Adif y Aena y que el adjudicatario tendrá que tener en cuenta a la hora de establecer la configuración de vías.
En cuanto a la alta velocidad, el objetivo es que Chamartín tenga 18 vías de AVE, el triple que ahora, y unos nueve andenes. Actualmente hay tres. El proyecto de la nueva Estación no incluye la construcción de la estación subterránea pasante que la integrará con Atocha.
Nueva Estación de Chamartín
La nueva Estación de Chamartín aspira a ser un centro de atracción para los ciudadanos que apueste por las energías renovables, la movilidad sostenible y la cultura. Así, entre los hitos que debe cumplir el proyecto de la nueva terminal se incluye asegurar un suministro de energía para autoconsumo proveniente de fuentes renovables, el diseño de espacios desde la perspectiva de género y la creación de espacios para actividades culturales, artísticas y sociales.
En este punto, se primará que los proyectos favorezcan actividades de ocio y consumo responsable, que desarrollen un modelo de comercio de proximidad, y que incluyan zonas verdes o ajardinadas dentro de la Estación, de manera que se maximice la cobertura vegetal, mediante jardines verticales, muros o fachadas verdes.
En una primera etapa, que tiene un plazo de ejecución de 18 meses, el contrato cuenta con un presupuesto de 4,6 millones para el desarrollo de los anteproyectos y estudios. Cifra que se eleva a los 24,6 millones al incluir una segunda etapa que se puede alargar hasta seis años desde la firma del contrato, en la que Adif irá contratando el desarrollo de proyectos constructivos.