El acuerdo para cerrar las investigaciones por corrupción en Reino Unido, EEUU y Francia y los problemas para vender el A400M, el avión militar más moderno y grande del mundo, han teñido de rojo el último ejercicio de Airbus.
El fabricante europeo ha reconocido unas pérdidas netas de 1.362 millones de euros en 2019 tras apuntarse una provisión de 3.600 millones para pagar las multas por corrupción y registrar una pérdida de 1.200 millones de euros por el A400M, cuya previsión de exportación se ha puesto en revisión por los problemas para encontrar comprador. La producción del modelo ya se ha rebajado a los ocho aviones al año hasta 2030 ante la falta de interés de en el mercado.
"Los resultados declarados reflejan los acuerdos definitivos alcanzados con las autoridades y que ponen fin a las investigaciones sobre cumplimiento, así como un cargo relativo a la revisión de los supuestos de exportación del A400M", explica Guillaume Faury, consejero delegado de Airbus. No en vano, el fabricante llegó hace poco a un acuerdo con el Parquet national financier (PNF), el Serious Fraud Office británico (SFO) y las autoridades de EEUU para que no la acusaran criminalmente por la presunta corrupción y pago de sobornos en la firma de unos 300 contratos con importes medios de 100 millones.
Así, la compañía que dirige Guillaume Faury ha entrado en pérdidas por primera vez desde 1990 (en 2018 ganó 3.054 millones) pese a que ha cerrado un año con récord de entregas de aviones comerciales (863 unidades) y ha liderado los pedidos de aviones en un momento en el que su principal y casi único competidor sigue lidiando con los problemas del 737 MAX. Boeing también ha registrado unas pérdidas récord por las provisiones para hacer frente al parón del avión de corto radio y el freno a las entregas y la producción.
En concreto, el fabricante europeo ha cerrado 2019 con unos ingresos de 70.500 millones de euros, un 11% más que en el ejercicio anterior y ha declarado un ebit ajustado de 6.900 millones de euros, un 19% más, por lo que explica, que pese a las pérdidas, ha registrado "un sólido rendimiento financiero" y ha cumplido "con las previsiones para el ejercicio 2019". Así, pese a las pérdidas la compañía ha propuesto subir un 9% la retribución al accionista hasta los 1,8 euros por título, lo que implica pagar un dividendo récord.
"El nivel de confianza en nuestra capacidad de seguir logrando un crecimiento sostenible en el futuro se ha traducido en una propuesta de dividendo de 1,80 euros por acción. En 2020 nos centraremos en reforzar nuestra cultura corporativa, en la mejora operativa y en el ajuste de nuestra estructura de costes para afianzar el rendimiento financiero y prepararnos para el futuro". asegura Faury en un comunicado.
En 2019, los pedidos recibidos consolidados se incrementaron hasta los 81.200 millones de euros (2018: 55.500 millones de euros) y el valor de la cartera de pedidos consolidada fue de 471.000 millones de euros a 31 de diciembre de 2019 (final de diciembre de 2018: 460.000 millones de euros)