El aumento de la deuda en números absolutos así como el cada vez mayor retraso en el pago de las facturas es una situación que preocupa a las empresas que dotan de tecnología sanitaria a los hospitales.
Vista la evolución, ¿esperan que la situación empeore este año?
Hay una tendencia negativa y es preocupante. El Plan de Pago a Proveedores minimizó el problema, pero ahora hay un empeoramiento. Nos estamos reuniendo con las comunidades autónomas para ver la situación. Ya hemos estado con Baleares, Valencia, Extremadura, Castilla y León, Andalucía y Madrid, y en las siguientes semanas nos reuniremos con el resto. Además, también le hemos pedido una cita al nuevo Gobierno, porque también es necesario que nos veamos.
¿En qué han avanzado?
Cada comunidad autónoma te da su previsión. Nos reunimos con ella para hablar tanto de la deuda como de la obsolescencia y ellos nos dan las previsiones presupuestarias que tienen. Aunque la situación es diferente entre autonomías, todas son conscientes del problema y quieren solucionarlo. Ahora, hay que esperar certezas.
¿Cómo se puede acometer la inversión que necesita el sistema para frenar la obsolescencia con el pago atrasado de las facturas?
Queremos que tenga un tratamiento diferencial. El cobro de las facturas es una obligación y la obsolescencia se debe acometer porque afecta a los diagnósticos y a la seguridad de los tratamientos. Con esto lo que se debe elaborar es un plan entre el Miniseterio y las comunidades y conseguir que haya consenso en el Consejo Interterritorial.
Los datos dicen que el mayor volumen de deuda se concentra en el último trimestre. ¿Por qué?
Es algo que pasa todos los años. En los últimos meses se acumula deuda porque los presupuestos están muy tensionados.
