Empresas y finanzas

España, el nuevo paraíso de inversión de los fondos de deuda

  • Este negocio está creciendo a un ritmo vertiginoso en el país, en el radar de un centenar de gestoras
  • Mecalux o Fertiberia son algunas de las que han apostado por esta financiación

La evolución de la cultura financiera en España ha hecho que hasta las compañías más tradicionales abran sus puertas a un tipo de financiación antes limitada casi exclusivamente al capital riesgo: los fondos de deuda. En los últimos meses, un gran número de jugadores como Ares, Taconic, Kartesia, Cheyne, Tikehau o Metric están analizando -y protagonizando- importantes transacciones en el país, en muchos casos, fuera del radar.

Pero, ¿a qué se debe este boom? ¿Vamos a ver nuevas transacciones de estos fondos en los próximos meses? ¿Por qué son una buena alternativa para empresas españolas? Todos los expertos consultados por elEconomista Capital Privado coinciden que este negocio ha crecido a un ritmo vertiginoso en nuestro país en los últimos tiempos, especialmente en los últimos tres o cuatro años, cuando España se ha consolidado como un paraíso para la inversión de este tipo de gestoras.

A diferencia de los fondos de capital riesgo al uso, estos inversores no entran directamente en el capital de las compañías, sino que se limitan a desembolsar dinero sin la intermediación de la banca para financiar determinadas situaciones. Por ello, es una herramienta útil tanto para las propias compañías como para los fondos de capital privado en sus adquisiciones.

Según Javier García-Palencia, managing partner de Debt Advisory de Alantra, "los private equity cada vez utilizan más los fondos de deuda como socios. Esta alternativa hace unos años no estaba y las compañías acudían a los bancos tradicionales a buscar financiación. Hace unos años, los fondos de deuda comenzaron a llegar a España, pero en los últimos tiempos su interés se ha disparado. Ahora hay en torno a 150 gestoras especializadas en deuda queriendo invertir en España, que se ha convertido en un destino muy importante para ellos y hay miles de millones disponibles para invertir en compañías nacionales".

Por ejemplo, indica que "nosotros contamos con un pipeline de 1.500 millones de euros en operaciones este año". Jose Christian Bertram, socio de Derecho Financiero en Ashurst, explica a esta publicación cómo este tipo de inversores van ganando peso entre las compañías más tradicionales. "En los últimos años, ha aumentado la percepción que tiene el mercado acerca de las diferencias entre financiación bancaria y no bancaria, y eso ha permitido que distintas empresas no participadas por inversores financieros se acerquen a fondos de deuda, lo que demuestra el recorrido que tiene. El interés de estas gestoras por España ha crecido con el cambio de ciclo y también por el aumento de las operaciones de capital riesgo, pero este boom no se limita a las financiaciones que cuentan con un sponsor financiero".

Resolver casos específicos

Este tipo de financiación está ganando peso no solo en las adquisiciones de los fondos de capital riesgo, sino también entre las empresas españolas a la hora de lanzarse a un nuevo mercado, cuando quieren ampliar determinadas instalaciones productivas, cuando necesitan refinanciar su deuda o cuando quieren resolver conflictos accionariales que implican compra de títulos de un accionista saliente, entre otras.

En los últimos meses hemos visto un gran número de operaciones en las que han participado estos inversores fuera del paragüas de los fondos de capital riesgo. Este ha sido el caso de Mecalux, cuyos fundadores (la familia Carrillo) recurrieron a Tikehau para recuperar el 46% que estaba fuera de su control por 230 millones; Fertiberia, por su parte, también recurrió a Kartesia para su refinanciación de 150 millones -en la que el fondo participó junto a entidades financieras tradicionales-; Tyrus lideró un consorcio con otros inversores para inyectar más de 300 millones en Grupo Villar Mir cancelando así un préstamo sindicado anterior.

Operaciones de menor tamaño

También, con un tamaño menor, Cheyne Capital compró la deuda de la banca de la heladera Farggi; Alantra Private Debt ha financiado hace unos meses al fabricante vasco Grupo Arteche; y Ares con Institutos Odontológicos -que acabó capitalizando el préstamo de 50 millones realizado años atrás a esta compañía-, entre otras.

Respecto a este fondo estadounidense, cabe recordar que ha sido uno de los últimos en abrir oficina en España -que está liderada por el exdirectivo de ING, Alonso Torre de Silva- al detectar un gran número de oportunidades en las que invertir en el país.

Alguna de las operaciones anteriormente citadas muestra también que las entidades financieras tradicionales no quieren ser ajenas a esta nueva tendencia, por lo que cada vez es más frecuente que quieran colaborar con estos inversores o flexibilicen sus condiciones para poder realizar determinadas operaciones. "Al final, este tipo de jugadores genera una competencia sana en la banca y hay muchas entidades tradicionales que nos piden seguir participando en este tipo de financiaciones", argumenta García-Palencia.

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