El Ministerio de Trabajo de Perú ha concluido este semana que McDonald's cometió seis infracciones "muy graves" en materia de seguridad y salud, lo que ocasionó la muerte de dos de sus trabajadores hace diez días. Carlos Campos y Alexandra Porras, de 18 y 19 años, murieron electrocutados mientras limpiaban el local de Lima en el que trabajaban. El informe denuncia que la cadena de comida rápida no realizó evaluaciones de riesgo ni supervisión de los equipos, como tampoco formó a los empleados en materia de seguridad y prevención de riesgos.
La Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (Sunafil), un organismo dependiente del Ministerio de Trabajo que vela por el cumplimiento de los derechos laborales y la seguridad de los trabajadores en sus puestos de trabajo, ha presentado un informe en vísperas del día de Navidad en el que propone aplicar una multa de 230.000 euros a la empresa Arcos Dorados, la operadora de McDonald's en Perú.
De acuerdo con las conclusiones presentadas, la empresa no realizó las evaluaciones de riesgo, ni los controles periódicos acerca de las condiciones de trabajo del personal, al cual tampoco se le formó o brindó información sobre materia de seguridad y prevención de riesgos.
La operadora de McDonald's en Perú tampoco disponía de un reglamento interno que estableciese los estándares de seguridad a la hora de limpiar las distintas áreas del local. En ese orden, tampoco supervisó el uso de los equipos de protección, ni brindó las condiciones adecuadas de seguridad en la manipulación de maquinaria.
El informe presentado ha denunciado, asimismo, que la empresa no cumplió con los plazos legales al no comunicar a tiempo la muerte de sus dos trabajadores, tal y como ha apuntado el diario peruano El Comercio.
Malestar e indignación en Perú
Carlos Campos y Alexandra Porras, de 18 y 19 años, respectivamente, fallecieron hace casi dos semanas al recibir una descarga eléctrica mientras limpiaban la cocina del local situado en el distrito de Pueblo Libre, en Lima. Su muerte ha provocado un gran malestar en medio del debate público sobre las condiciones laborales en el país andino.
Carlos Andrade, el director general de Arcos Dorados, explicó la semana pasada que "se sabía" que la máquina que causó la muerte de dos trabajadores en uno de sus locales en Lima daba problemas "por lo menos 24 horas antes", pero que los encargados de la tienda no avisaron a mantenimiento. "Por lo menos 24 horas antes ya se sabía que la máquina estaba presentando problemas".
El informe de conclusiones del Ministerio de Trabajo, por el contrario, no traslada responsabilidad alguna sobre los encargados de la tienda.

Por su parte, la defensa de la familia de una de las dos víctimas mortales ha solicitado a la Fiscalía que amplíe la denuncia contra Arcos Dorados, la operadora de esa multinacional de comida rápida en Perú por "asesinato y atentado contra los trabajadores".
"Inicialmente la 35 Fiscalía les inició investigación fiscal por homicidio culposo, pero nosotros vamos a denunciar que se amplíe por asesinato y atentado contra los trabajadores por someterlos a trabajar en condiciones infrahumanas", señaló la abogada de la familia de Alexandra Porras, Elizabeth Carmona, durante una marcha de protesta realizada el pasado sábado en Lima por familiares y amigos, quienes exigen justicia.