Empresas y finanzas

Boeing confirma que frenará en enero la producción de su 737 Max

  • Las aerolíneas asiáticas serían las más afectadas si la compañía toma la decisión

La compañía frenará en enero la producción de su aeronave. Ya en abril recortó el número de aviones de 52 a 42 unidades.

La incertidumbre que pesa sobre el regreso a los cielos del 737 Max de Boeing ha obligado al fabricante aeronáutico a frenar la producción del aparato. En un comunicado, la compañía anunció haber decidido "priorizar la entrega de aviones almacenados y suspender temporalmente la producción en el programa 737 a partir del próximo mes".

Esta decisión está impulsada por una serie de factores, incluida la extensión de la recertificación de la aeronave hasta 2020, la incertidumbre sobre cuándo y bajo qué condiciones regresará el 737 Max a su servicio así como la importancia de garantizar que la compañía da prioridad a la entrega de las cerca de 400 aeronaves almacenadas hasta ahora.

Un parón de la producción del 737 Max, que ya sufrió una reducción el pasado mes de abril, amenaza con elevar los costes de Boeing y generar cargos contra sus resultados financieros, ya que los gastos fijos se distribuirían entre menos aviones. La empresa dijo que informará sobre el impacto financieor de esta decisión cuando de a conocer los resultados correspondientes al cuarto trimestre fiscal de 2019 a finales de enero. Cabe recordar que Boeing ya recortó la producción del 737 Max de 52 a 42 unidades.

La decisión de frenar la producción del 737 Max no se traducirá en despidos o bajas temporales entre los trabajadores de su planta de Renton, Washington, donde se fabrica la aeronave y que emplea a 12.000 personas. Los empleados afectados continuarán con el trabajo relacionado con el 737 o serán asignados temporalmente a otros equipos.

Al mismo tiempo, esta decisión tendrá un efecto colateral tanto para sus proveedores como para las aerolíneas. Boeing se comprometió a tener en mente a sus clientes, empleados y la cadena de suministro mientras continúa evaluando las acciones apropiadas.

Según Bloomberg, cualquier retraso prolongado de las entregas del 737 Max podrían elevar los costes operativos de las compañías aéreas. El avión más vendido de Boeing lleva sin volar desde marzo después de dos accidentes mortales que se cobraron la vida de 346 víctimas, lo que obligó a la compañía a suspender las entregas y moderar la producción.

La consultora del sector de la aviación Endau Analytics señala que las aerolíneas asiáticas serían las más afectadas ante un freno en la producción de la aeronave de Boeing ya que tienen el mayor número de pedidos de aviones 737 Max, lo que representaba al menos el 26% del total de entregas sin completar a finales de noviembre, según el fabricante aeronáutico.

Una interrupción de la producción del Max amenaza además con aumentar la presión financiera a los proveedores de Boeing, como Spirit AeroSystems Holdings Inc, que recibe el 80% de sus ingresos del fabricante aeronáutico, y Korea Aerospace Industries Ltd. CFM International, una empresa conjunta de General Electric Co. y Safran SA, dijo en junio que tendría que reducir la producción en al menos un 5% si continúa la cuarentena del avión mientras que Safran dijo que podría reducir su pronóstico de beneficios.

Boeing ya adelantó en octubre que podría ser necesario congelar la producción o un nuevo recorte si la aprobación federal de los arreglos del software de control de vuelo de MAX y los cambios de capacitación se extendían hasta 2020. La Administración Federal de Aviación de EEUU indicó que no aprobaría el regreso del avión antes del año que viene.

El consejo de dirección de Boeing comenzó una reunión de dos días el domingo en Chicago para determinar una decisión sobre este asunto, de ahí que se esperaba que podría realizase un anuncio sobre sus planes de producción para el 737 MAX el lunes por la noche.

Boeing ha construido ya casi 400 aviones Max que aún no ha entregado. El proceso de entrega de todos esos aviones podría llevar al menos un año por lo que frenar la producción simplificaría ese proceso una vez se permita al aparato reanudar su servicio. También reduciría el tiempo que los aviones recién construidos permanecen inactivos.

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