Las ciudades se enfrentan actualmente al reto de crecer de forma sostenible. La tecnología y la digitalización se presentan como dos piezas clave en el desarrollo de las Smart Cities, si bien, en este vertiginoso proceso de cambio, los expertos echan en falta un marco regulatorio que permita la pronta implantación de nuevas tecnologías que impactan de lleno con factores como la seguridad y la privacidad de las personas.
Así lo expusieron durante el Observatorio Edificios Inteligentes, organizado por elEconomista en colaboración con Siemens, en el que se puso de relieve los pasos de gigante que ha dado la tecnología en los últimos años.
"Hoy en día todo es posible", asegura Fernando Silva, director general de Smart Infraestructures de Siemens España y Portugal, que destaca "el desarrollo de tecnologías como el 5G o el machine learning (sistemas que aprenden automáticamente )", que se suman a "la banda ancha, a una computación cada vez más potente y a un almacenamiento de datos que evoluciona hacia un precio más accesible". Si bien el directivo considera que estos avances "deben complementarse con decisiones políticas en términos de fiscalidad y de regulación para que puedan implementarse, ya que muchas tecnologías chocan de lleno con políticas como la protección de datos".
"Existen tecnologías de reconocimiento facial que podrían adaptar la climatización de una habitación cuando entras en ella, si bien es posible que la regulación te impida implantarlas", explica Silva.
Luis Cabrera, director de Energía y Sostenibilidad de CBRE, coincide en que "la tecnología ya ha resuelto todos los retos que nos podíamos plantear para modernizar nuestros edificios. De hecho, tenemos más tecnología y datos de los que podemos analizar. Por eso, ahora estamos en un momento muy interesante en el que tenemos que ver como implantamos todas las herramientas disponibles, y eso supone un reto".
El directivo de CBRE reconoce que "el sector inmobiliario todavía va unos pasos por detrás de la tecnología existente" y apunta que "muchas veces, el concepto de Smart City se asocia mucho a la tecnología, pero para nosotros va mas allá. Smart City también es la forma de hacer las cosas y el impacto social que tienen".
En este sentido, Silva considera que "la sostenibilidad es la religión del siglo XXI y nuestros jóvenes la tienen muy en cuenta". Por eso "aunque una solución sea económicamente muy viable o tecnológicamente posible, hay una tendencia que no se va a poder parar, nos van a exigir que todo sea sostenible".
Para Silva, "los edificios, junto a las redes y la movilidad, son las tres patas para el futuro de las ciudades". "La población está creciendo muchísimo y en 2050 se espera que el 60 por ciento de las personas se concentre en entornos urbanos, por eso será muy importante manejar la sostenibilidad en los inmuebles".
En esta línea, Siemens cuenta con tecnología y soluciones específicas, como Desigo CC o Total Room Au-tomation. Con estas herramientas, la compañía ha hecho eficientes alrededor de 6.500 edificios y ha ahorrado a sus clientes un total de 2.000 millones de euros en costes de energía a nivel global.
Edificios conectados
"Pasamos más del 60 por ciento de nuestro tiempo en los edificios, por lo que son una parte central de nuestra actividad, al contrario que los coches, que se usan dos horas al día", apunta Silva, que considera que "en los edificios, el reto es añadir a la generación de energía el componente de almacenamiento". Así, el directivo señala que "durante el día tienes generación y en algunos edificios no tienes consumo, por lo que hay que equilibrar estos dos factores con el almacenamiento de energía mediante baterías de litio o utilizar el propio coche como un activo que te permite hacer un balance entre consumo y generación".
"Tratamos a los edificios de manera aislada, con su propia central de frio, de calor y con su propia demanda de agua. Si bien, creo que debe introducirse el concepto del pago por uso. Esto ya ha llegado a la movilidad y ahora tenemos que hacer lo mismo en el campo de la energía y en el campo del agua", explica Ca-brera, que apunta que "en el campo de la energía ya estamos diseñando algunos desarrollos donde la energía no es algo que produces y consumes en un mismo edificio".
Según Francisco Domouso de Alba, vocal del COAM y profesor de la Universidad Europea de Madrid, "con el 5G ya se está hablando de cómo el coche se comunica con otros coches. Esto debería llegar a las viviendas y a todas las redes. La vivienda ya no puede ser algo solamente confortable en sí misma, tienen que tener la capacidad de poder conectarse a la red de la ciudad. Por eso no puede haber muchos sistemas operativos distintos, se debe trabajar para confluir hacia un punto en el que todo se pueda conectar".
En esta línea, Silva coincide en que para que este nuevo ecosistema sea posible "los equipos de Siemens se tienen que poder conectar con los de otras compañías. Para ello tenemos que tener una clarificación regulatoria y legal, ya que hay que definir, por ejemplo, lo que es tener un edificio aislado de la red. Nosotros ya estamos trabajando para que en el futuro haya fábricas que se puedan aislar de la red".
Más allá de la domótica
"La tecnología va a pasos agigantados, pero su aplicación tiene que servir para mejorar la vida de los ciudadanos", explica Domouso de Alba. Para ello, cree que es "importante tener un plan que sea más ambicioso que la domótica que se está aplicando en los edificios. Tenemos que ser capaces de ampliar hacia la Smart City, no podemos separar el edificio del espacio publico e infraestructuras de la ciudad", apunta el arquitecto, que ve imprescindible "usar la capacidad de gestión de los datos para fomentar la igualdad, la optimización y la accesibilidad universal. Tenemos la oportunidad de mejorar estos aspectos y al mismo tiempo poner sobre la mesa la seguridad y la privacidad en la gestión de los datos". Por otro lado, el experto ve en la tecnología aplicada a las ciudades una oportunidad para reducir el problema de la despoblación de las zonas rurales. "El país se está envejeciendo y la tecnología aplicada al territorio será fundamentales para gestionar esta realidad. Los territorios rurales necesitan edificios inteligentes, este tipo de inmuebles podrán reconducir la España vaciada".
"Estamos envueltos en esta situación de transformación digital y trabajamos para ver cómo usar la tecnología digital para mejorar la eficiencia de nuestros procesos y óomo dar más servicios por menos coste", explica Ignacio Fernández, arquitecto y Associate Director de ARUP, que señala que uno de sus retos reside en "como dar valor a nuestros clientes cuando ellos todavía no son conscientes de lo que nos pueden pedir". "Como ingenieros, otra cosa que vemos es que lo que antes era una actividad de proyecto y obra, que se desarrollaba en unos dos o tres años, ahora se extiende mucho más en el tiempo. Una vez entregamos la obra o el producto hacemos el análisis post ocupación y ahí aprendemos de nuestros errores y del uso que le da nuestro cliente. Eso nos da información muy valiosa para los próximos proyectos".
Industrialización
"Un edificio residencial hasta ahora ha sido visto como un 99 por ciento hardware y 1 por ciento software. Nosotros trabajamos para que esa ecuación se equilibre en los próximos años y sea el 50 por ciento", explica Javier Sánchez, director de Innovación y Marketing de AEDAS Ho-mes, que apunta que "el hardware no va a dejar de ser importante, tal y como ha pasado en los smartphone".
Según señala Sánchez, actualmente el 1 por ciento de software está concentrado ahora mismo en la climatización. "Eso está evolucionando mucho, por que podemos manejarla a través de una app y dentro de nada se podrá manejar con la voz. Además, pronto habrá mu-chos actuadores en las casas, que cada cliente podrá manejar a su gusto".
Señala que lo importante es que la casa "esté equipada con elementos que no se queden obsoletos". "Nuestro periodo de construcción es muy grande, de unos dos años. En la domótica tradicional, el coste era muy grande y cuando el cliente empezaba a usarla los equipos estaban ya obsoletos y la empresa que nos la había vendido había quebrado. Sin embargo, ahora quienes se están metiendo en esta capa de software son grandes plataformas tecnológicas como Amazon, Google, Apple", apunta el directivo de AEDAS Homes.
"Quedarán una o dos plataformas como ha ocurrido en el mundo del móvil, pero por otro lado sabes que los equipos que ofreces a tus clientes no se van a quedar obsoletos, ya que estas empresas están para quedarse", indica Sánchez, que cree que "la perspectiva es muy halagüeña en los próximos años".
Por su parte, Fernández pone de relieve una problemática a la que se enfrenta la industria de la construcción a la hora de ampliar las ciudades.
"El mundo está creciendo de una forma brutal, cada mes se construyen viviendas en el mundo que equivalen al tamaño de Nueva York. La mayoría de estas viviendas se levantan con hormigón y nos vamos a encontrar con un problema de falta de agua y de arena. De hecho, hay una demanda no resuelta de materias primas, que van a terminarse en unos 25 años".
El experto de ARUP apunta que es necesario "crear formas de diseñar y construcción que sean eficaces y que no utilicen las mismas materias primas". En este punto, la industrialización jugará un papel importante.
"Esta tecnología, además de por los nuevos materiales que permite aplicar en la construcción, también nos gusta por que somos capaces de hacer las viviendas en la mitad de tiempo y además se hacen en un ambiente más controlado y de forma más eficiente", apunta Sánchez.
El directivo señala que "además de pedirnos plazos más cortos, nuestros clientes quieren sentirse cómodos en su casa y también con el planeta. No solo por lo que esto suponga ahorros en su bolsillo al ser casas más eficientes, también por como se ha construido su vivienda".
Sánchez destaca la importancia de implantar la tecnología en las viviendas desde el inicio del proyecto, "es algo fundamental".
"Si se hace en otro momento, el coste es demasiado elevado", explica el directivo, que por otro lado asegura que los jóvenes están dispuestos a pagar ese extra por una casa conectada. "La capacidad de entretenimiento que les ofrece su hogar les compensa", concluye el directivo.