Mejorar la formación y adaptarla al futuro, de modo que el sistema educativo sea reformado para responder a las necesidades reales de las empresas y los retos tecnológicos. Ese es el objetivo de los empresarios familiares, reunidos en Murcia con ocasión de la celebración de su Congreso anual, consolidado como el foro empresarial más importante de España.
De hecho, ayer los presidentes del Instituto de la Empresa Familiar (IEF) y de las 18 asociaciones territoriales vinculadas firmaron en la capital levantina una declaración institucional en la que se comprometen a impulsar una reforma del modelo educativo para adaptarlo a la realidad y a las necesidades de las personas y las empresas.
El acto tuvo lugar en el Salón de Municipios del Palacio de San Esteban, y supone el preámbulo del XXII Congreso Nacional de la Empresa Familiar, que arranca mañana en el Auditorio y Centro de Congresos de Murcia y cuya inauguración oficiará el rey Felipe VI.
Bajo el epígrafe Un paso adelante en Educación, el manifiesto evidencia la voluntad de la empresa familiar española de implicarse a fondo en la construcción del modelo económico que necesita España para afrontar la transformación que está sufriendo el mundo, con la educación como eje. El cambio climático, la transferencia de tecnología, el big data, la internacionalización y la guerra comercial, entre otros, son factores que han de enfrentar las compañías para sobrevivir en esta nueva etapa y ello demanda la implicación empresarial que ayer han rubricado en Murcia los principales representantes del tejido productivo en orden a lograr un modelo educativo de futuro más sólido y transversal.
La declaración incide en que "existe un evidente desfase entre nuestro sistema de formación y el mercado de trabajo", que se ha convertido en uno de los principales obstáculos para el avance empresarial. Por ello, considera el papel de actor principal que deben desempeñar los gestores del tejido productivo. "Es imprescindible actuar ya. Hay que reformar el modelo educativo y de formación para hacerlo más flexible y orientarlo a la realidad, a las nuevas tecnologías y al futuro", concluye el manifiesto.
Además, los empresarios quieren implicar a los principales actores en una acción coordinada para confeccionar esa reforma. "Ha de ser un debate sin planteamientos ideológicos y en el que se impliquen activamente las empresas, los agentes sociales, el Gobierno y las Administraciones, los partidos políticos, los expertos y la sociedad en su conjunto", indican.
El documento ha sido firmado por Francisco J. Riberas (Instituto de la Empresa Familiar), José Luis Martínez Lázaro (Asociación Andaluza de la Empresa Familiar), Jorge Suárez Díaz (Asociación Asturiana), Paloma Fernández (Asociación Cántabra), José Piñeiro Cortés (Asociación Extremeña), Víctor Nogueira (Asociación Gallega), José María Tortosa (Asociación Murciana), Daniel Marín Bueno (Asociación Riojana), Vicente Boluda (Asociación Valenciana de Empresarios), Maite Antón (Asociación de Alicante), Alfonso Sesé (Asociación de Aragón), Alicia Martinón (Asociación de Canarias), Juan Ignacio de Mesa (Asociación de Castilla-La Mancha), Andrés Sendagorta (Asociación de Euskadi), Alberto Zoilo Álvarez (Asociación de Madrid), Francisco Esparza (Asociación para el Desarrollo de la Empresa Familiar Navarra), Esther Vidal (Associació Balear), Amadeu Jori (Associació Catalana de l'Empresa Familiar) y César Pontvianne (Empresa Familiar de Castilla y León).
Prácticamente el 90% de las empresas españolas son familiares. Generan 6,58 millones de empleos, más del 67% del total del sector privado, y son responsables del 57,1% del Valor Añadido Bruto (VAB). En conjunto, el Instituto de la Empresa Familiar (IEF) y sus asociaciones representa el 28% del PIB español.