
Las obras de la que será una de las infraestructuras energéticas más importantes que se están construyendo actualmente en Europa, el Trans Adriatic Pipeline (TAP), marchan según el calendario previsto. Tres años después del inicio de su construcción ya se ha completado el 89,3 por ciento del gasoducto, incluyendo ingeniería, adquisiciones y construcción. Si todo sigue su curso, las primeras entregas de gas a Europa a través de esta infraestructura comenzarán el año que viene. Suscríbete gratis a la revista elEconomista Energía
Desde finales de julio, alrededor del 99 por ciento de los tubos entre Grecia, Albania e Italia ya han sido colocados (enterrados) y se ha restablecido la ruta en más de un 96 por ciento. También han finalizado las obras del microtúnel de Melendugno (Italia) sin ningún tipo de impacto medioambiental o de interferencia con las actividades turísticas a lo largo de la costa. Las obras para la finalización del tramo italiano del gasoducto y de la terminal de recepción siguen avanzando.
La novedad más importante ha sido el lanzamiento, por parte del consorcio, de una prueba de mercado diseñada para conocer si los usuarios de TAP estarían interesados en reservar mayores capacidades para, en una fase posterior, asegurar el acceso a la nueva capacidad a largo plazo en TAP, permitiendo así la futura expansión de la capacidad de la tubería, desde los 10.000 millones de metros cúbicos iniciales (10 bcm) -equivalentes al consumo de energía de unos siete millones de hogares en Europa- hasta los 20.000 millones de metros cúbicos (20 bcm). La prueba de mercado se realizará en dos fases: una primera no vinculante, que se puso en marcha el pasado 1 de julio, y una segunda vinculante, que se espera tenga lugar en el segundo trimestre de 2020.
Casi tres meses después del lanzamiento de la prueba, los resultados no pueden ser más optimistas. La directora de Comunicación de TAP, Lisa Givert, en declaraciones a elEconomista Energía, ha señalado "estar satisfechos con el interés expresado en la fase no vinculante de la prueba de mercado". En palabras de Givert, "después de la publicación de un Informe de evaluación de la demanda el próximo 21 de octubre, TAP tiene la intención de continuar con las fases posteriores del test de mercado, en línea con las Directrices para la Prueba de Mercado 2019 del gasoducto, aprobadas por las autoridades regulatorias nacionales de Grecia, Italia y Albania".
Según Marija Savova, directora comercial de TAP, "a medida que se entregan segmentos completos de la tubería para la fase de puesta en marcha del proyecto, nos enfocamos en los preparativos para las operaciones comerciales como operador de sistemas de transmisión independiente y proveedor de servicios confiable. Ofreceremos productos de capacidad en línea con el Código de Red del mecanismo de asignación de capacidad".
Seguridad de suministro y financiación
De 878 kilómetros de longitud y 4.500 millones de euros de inversión, TAP fué catalogado como Proyecto de Interés Común por la Unión Europea (UE), Unirá Turquía con Italia a través de Grecia y Albania y suministrará gas a los mercados europeos a partir de 2020 procedente del yacimiento de Shah Deniz II, descubierto por la británica BP, y ubicado en Azerbaiyán. La elevación más alta del gasoducto será de 2.100 metros en las montañas de Albania, mientras que su profundidad más baja en alta mar será de 820 metros bajo el mar Adriático.
La instalación de dos estaciones de compresores adicionales podría duplicar su rendimiento inicial a más de 20 bcm a medida que los suministros de energía adicionales entren en funcionamiento en la región más amplia del Caspio. La tubería también tiene la característica denominada de 'flujo físico inverso', lo que permitirá que el gas de Italia se pueda desviar hacia el sudeste de Europa para alimentar hogares e industrias a medida que la región haga la transición hacia un futuro con bajas emisiones de carbono.
El director gerente de TAP, Luca Schieppati, ha señalado que "nuestro objetivo es garantizar que el gasoducto pueda expandirse en línea con la demanda futura para transportar gas a Europa". "Este proyecto -añade- supone una gran oportunidad para que los recursos de gas adicionales lleguen a los mercados europeos, apoyando la transición a una combinación energética más limpia".
TAP será capaz de proporcionar alrededor del 33 por ciento de las necesidades de gas de Bulgaria, el 20 por ciento de las de Grecia y, aproximadamente, el 10,5 por ciento de las de Italia. También aumentará la seguridad energética al diversificar los suministros de energía de la UE.
En diciembre del pasado año, TAP completó con éxito el cierre financiero de este ambicioso y complejo proyecto, asegurando 3.900 millones de euros, la mayor financiación acordada para un proyecto de infraestructura europea en 2018. Los prestamistas del proyecto son el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD), el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y un grupo de 17 bancos comerciales. Parte del financiamiento también está cubierto por las Agencias de Crédito a la Exportación (ACE, sus siglas en inglés) bpifrance, Euler Hermes y Sace.
De la cifra total, el BERD ha concedido un total de 500 millones de euros de préstamo directo y otros 500 millones de euros de préstamo sindicado al proyecto. La aportación del BEI ha sido de 700 millones de euros de préstamo directo, garantizado por la UE en el marco del Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas (FEIE). La aportación total por parte de ACE para el proyecto ha ascendido a 1.430 millones de euros, mientras que los bancos comerciales han aportado una línea de crédito a plazo comercial de 635 millones de euros.
El Trans-Adriatic Pipeline es el tramo final de los proyectos energéticos incluidos en el Corredor Sur del Gas (Southern Gas Corridor) -junto a Shah Deniz, el sistema de gasoductos del sur del Cáucaso y el gasoducto Trans-Anatoliano (TANAP)-, una de las cadenas de valor de gas más complejas del mundo, con una longitud de 3.500 kilómetros a lo largo de siete países y una inversión total de 40.000 millones de dólares, que suministrará gas natural procedente del Mar Caspio hasta Europa. A finales de mayo del año pasado Azerbaiyán celebró la inauguración de Shah Deniz y solo unos días después TANAP celebró la finalización de su proyecto en Eskisehir (Turquía).
El proyecto Trans-Adriatic está participado por diferentes empresas de gran relevancia en el sector energético como Enagás, que posee un 16 por ciento; la británica BP, la petrolera estatal azerbaiyana Socar y la italiana Snam con un 20 por ciento cada una; la belga Fluxys, con un 19 por ciento; y la suiza Axpo, con un 5 por ciento.