
¿Tú fumas? "No, yo vapeo". Esta respuesta era impensable hace solo cinco años. Pero ahora ha dejado de sorprender. Cada vez son más las personas que cambian el tabaco por estos cigarros electrónicos. Las cifras así lo demuestran. El mercado del vapeo está experimentando un imparable crecimiento y sus previsiones de ventas demuestran que esta nueva moda ha llegado para quedarse. De hecho, el número de consumidores ha pasado de seis millones en todo el mundo en 2011 a 38 millones en 2018. Y las estimaciones apuntan a que la cifra alcanzará los 55 millones en 2021, lo que generará un volumen de negocio de más de 30.000 millones.
A pesar de este crecimiento, se trata todavía de un negocio muy concentrado. Tanto es así que el 71% del mercado del vapeo se reparte entre EEUU (el 10,93% de la población ya vapea), Reino Unido (4%), Francia (2,4) e Italia (1,6). En cuanto a España, fue a partir de 2016 cuando el sector despegó realmente animado por la irrupción de dispositivos mejorados que ofrecían una sensación similar a la de fumar. Al crecimiento también contribuyó que se establecieran garantías legales sobre la seguridad del producto y la llegada de turistas extranjeros "armados" con sus dispositivos electrónicos. No obstante, en España solo vapean 562.000 personas, generando una facturación de más de 88 millones.
Lejos de lo que pueda parecer, las modestas cifras que aún mueve el sector en nuestro país no deben llevar al error de pensar que el vapeo no triunfa en España. De hecho, el cigarrillo electrónico ha duplicado su negocio en solo cuatro años.
El desembarco de las grandes tabaqueras, que han visto en el vapeo su tabla de salvación ante la caída del negocio de las cajetillas, ha influido en la tendencia al alza que el también conocido como e-cigar experimenta. Sin duda, el mayor número de dispositivos y de sabores en los compuestos que se vapean ha servido para popularizar el sector. Aunque la razón principal que hace que las personas que se esconden tras una nube blanca vaya en aumento está en que el vapeo se está utilizando como sustituto del cigarro. De hecho, un estudio de Sigma Dos indica que el 96,3% de los consumidores utiliza este producto como un sistema de reducción del tabaco. Pero más allá del dato debe destacarse que un estudio realizado por UK National Health Service indica que el 18,1% de los usuarios ha dejado de fumar gracias al uso de vapeadores, frente al 9,9% que lo hizo utilizando otros productos de reemplazo de la nicotina.
El desembarco de las grandes tabaqueras ha dado el impulso necesario al cigarrillo electrónico
Esta realidad, además, la puede corroborar quien en estos momentos está escribiendo estas líneas. La gran ventaja de vapear es precisamente la de cambiar el tabaco por un producto menos dañino para la salud. Además funciona, ya que al contar con nicotina (aunque en dosis mucho más pequeñas que las cajetillas) se elimina el ansia del fumador por encender un cigarrillo.
Resulta evidente que la confirmación de que la terapia del vapeo parece funcionar elevará aún más la popularidad de este producto que está siendo apoyado hasta por gobiernos como el británico o el canadiense.
Las tabaqueras son conscientes de que ahora es el momento en el que todo se une para favorecer el crecimiento del vapeo. Máxime si se tiene en cuenta que, al contrario que ocurre con el tabaco, cuando uno fuma un cigarrillo electrónico no arrastra la mala imagen que sí sufre el fumador. Sin duda, esta diferencia se produce por el hecho de que el vapor de estos dispositivos es inocuo para el vapeador pasivo.
No obstante, y aunque en menor medida, la polémica con el vapeo también existe tras la investigación abierta en EEUU por las más de 150 hospitalizaciones y las primeras muertes relacionadas con la utilización de estos dispositivos electrónicos. Es cierto que las investigaciones apuntan a que ha sido el uso del cannabis sintético en los vapeadores lo que ha generado los graves problemas pulmonares de los pacientes. Pero también es verdad que esta noticia supone el primer obstáculo serio que el sector debe superar.
Con este objetivo, se está recomendando el uso del formato cerrado (o de cápsulas) en los vapeadores, ya que, al contrario que los abiertos, no permiten manipulación alguna, y garantiza el vapeo de un líquido aprobado por Sanidad.
Dicho líquido es precisamente otro de los factores que ayuda a multiplicar el número de vapeadores. Una gama con múltiples sabores (cereza, manzana, limón, tabaco, etc.) y con más, menos o nada de nicotina, colma las aspiraciones de los consumidores actuales que ven en el vapeo un método útil para dejar de fumar y que, además, les permite socializar con el resto, ya que el vapeo tiene menos restricciones que el tabaco, tanto en cuanto al consumo como a la publicidad. Se trata, por tanto, de la mejor opción que el negocio del tabaco tiene para crecer, lo que hará que la apuesta por innovar en este ámbito no deje de ascender.