Se acaba el tiempo para los fabricantes de automóviles europeos, que han esperado hasta el último minuto para intentar cumplir los ambiciosos objetivos de emisiones de la UE y ahora se enfrentan a posibles multas por valor de miles de millones por incumplimiento.
Un ejecutivo de PSA reconoce que "la situación puede explotar en cualquier momento"
Los fabricantes del grupo PSA o Volkswagen utilizarán el Salón del Automóvil de Fráncfort de esta semana para desvelar los nuevos modelos y estrategias con los que esperan reducir las emisiones de dióxido de carbono en cuestión de meses.
"Tienes coches que cuesta fabricarlos 10.000 euros más, los objetivos de emisiones requieren cierto volumen de ventas y no sabes si los consumidores van a quererlos o no", explica un ejecutivo de PSA en declaraciones a Reuters.
Sin embargo, se trata de un reto lleno de obstáculos, ya que el precio de imponer una tecnología costosa a unos consumidores que no están del todo convencidos podría recortar los beneficios en una industria ya golpeada por un descenso de las ventas.
Un coste adicional de fabricación
Para el próximo año, las emisiones de CO2 deben reducirse a 95 gramos por kilómetro para el 95% de los automóviles con respecto a la media actual de 120,5 gramos, una cifra que ha ido aumentando a medida que los consumidores sustituían los motores diesel de bajo consumo por los SUV. Todos los vehículos nuevos en la UE deben ser compatibles en 2021.
Entre 2021 y 2030 se deberán reducir las emisiones de dióxido de carbono en un 37,5%, tras la reducción del 40% de las emisiones entre 2007 y 2021.
Si nada cambia, las multas podrían alcanzar los 25.000 millones de euros, pero lo cierto es que los fabricantes están trabajando para realizar una revisión importante de sus cadenas de montaje que reduzca este coste.
Las ventas de automóviles eléctricos deberán triplicarse hasta el 6% del mercado para 2021 y los híbridos recargables aumentarán cinco veces hasta una cuota de mercado del 5%, estima la firma alemana de ingeniería FEV Consulting.
Se requiere reducir un 15% adicional las emisiones de CO2 para 2025, que se extenderá a 37,5% para 2030. Las multas de 95 euros por automóvil, por cada gramo de exceso de CO2 suman rápidamente cientos de millones.
Por ejemplo, aunque bien Mercedes tiene "todos los vehículos correctos para alcanzar esos objetivos", el jefe de Daimler, Ola Kaellenius, ha asegurado el martes, que "no podemos exigir al cliente lo que tiene que comprar".
Algunos de los rivales de PSA tendrán dificultades para sobrevivir a la próxima década dominada por la nueva regulación del carbono, según aseguró este martes el CEO, Carlos Tavares. "Me sorprendería si no viéramos algunas bancarrotas, considerando la amplitud del próximo cambio".
El fin de muchos modelos y motores menos eficientes se está replicando en todo el sector, amenazando los trabajos de los fabricantes de coches que ya se ven afectados por el cambio hacia la electrificación.
Sin una mayor flexibilización de los límites, la amenaza se cierne sobre el empleo, lo que puede en cambio impulsar nuevos incentivos de los gobiernos para limitar las pérdidas y ayudar a canalizar la demanda hacia coches más ecológicos, según creen algunos ejecutivos.
El jefe del proveedor alemán de automóviles Continental solicitó el martes ayuda estatal para mantener intactos los puestos de trabajo, las inversiones y la innovación que, según él, están en peligro por las sanciones de CO2. "Ahora es el momento de aliviar la carga sobre la industria y los consumidores", aseguró el presidente ejecutivo Elmar Degenhardt a los periodistas.