
El ministro de Fomento, José Luis Ábalos, echa balones fuera sobre la posibilidad de poner un peaje blando a la red de autovías de España para asegurar su conservación, tal y como se publicó este verano.
"Es un cuento de agosto. Lo único que ha hecho es plantear de buena fe un debate sobre financiación y la conservación de carreteras de este país, solamente para las de alta capacidad", aseguró el ministro socialista en una entrevista en la cadena Ser ayer por la mañana.
"Visto el resultado de descalificación lo que inquieta más allá de la cuestión es si en este país hay posibilidades de abrir un debate sobre política pública"
En esta línea, además de negar que el Ejecutivo de Pedro Sánchez ya tenga sobre la mesa un plan concreto que consensuar con la Cámara Baja si consigue formar Gobierno, el también secretario de Organización del PSOE criticó la mala actitud de sus interlocutores y rivales políticos ante la mera posibilidad de abrir un debate. "Visto el resultado de descalificación lo que inquieta más allá de la cuestión es si en este país hay posibilidades de abrir un debate sobre política pública o la respuesta inmediata es la descalificación", apuntó.
Pese a este mensaje, no es la primera vez que Ábalos pone sobre la mesa la necesidad de elaborar, con un consenso amplío, un nuevo sistema de financiación para asegurar la conservación de las carreteras y, aunque ha levantado los peajes de muchas autovías conforme finalizaba su concesión, lo cierto es que siempre ha hablado de imponer algún tipo de peaje para que las paguen quién más la use.
Una postura que también se defiende desde el sector. Por ejemplo, tal y como publicó este diario en agosto, la patronal Seopan presentó una propuesta al ministerio para implantar peajes blandos en toda la red, lo que generaría, según sus cálculos, un superávit público de más de 173.212 millones en 40 años.
Implantar peajes blandos en toda la red generaría un superávit público de 73.212 millones en 40 años
La tarificación de toda la red de alta capacidad supondría alinearse con lo que ocurre en Europa. España tiene en la actualidad el 18% de sus vías interurbanas de pago, frente al 100 por cien de hasta 23 países europeos como Finlandia, Alemania o Austria. Italia alcanza el 86 por ciento, Francia el 79% e Irlanda el 38%. Chipre, Estonia, Islandia, Liechtenstein, Malta y Montenegro son los únicos Estados con todas sus carreteras gratuitas.
Así, España cuenta con más de 13.000 kilómetros de alta capacidad gratuitos, lo que representa el 73% del total de Europa. Más allá de la tendencia europea, el debate sobre el modelo de financiación de la red de autopistas y autovías españolas deriva precisamente de las dificultades económicas para mantenerlas en condiciones óptimas. El coste de conservación de las carreteras sin peaje se financia a través de la vía presupuestaria.
Una fórmula que se ha revelado inviable en los últimos años. No en vano, el déficit acumulado en el conjunto de la red supera los 7.054 millones de euros, de acuerdo con el último informe elaborado por la Asociación Española de la Carretera (AEC), presentado hace un año. De este importe 6.574 millones de euros corresponden a carencias en el firme de las infraestructuras y 480 millones de euros en equipamiento. De este modo, de media, las necesidades de inversión por kilómetro se elevan hasta los 69.353 euros.