Agua y medioambiente

El éxito del aluminio reciclado: aumenta el empleo de este metal ligero

  • El 75% del aluminio fabricado desde hace 100 años se encuentra en uso
Lingotes de aluminio reciclado, listos para volver a la caldera.

Hace ya un par de años, en Estados Unidos, la multinacional Ford anunció que utilizaría aluminio en lugar de acero para fabricar la carrocería de su camioneta pickup F-150 2015. No ha sido la primera marca que adopta este metal ligero, pero de gran resistencia, ductilidad, maleabilidad y durabilidad, en su proceso de fabricación. Jaguar Land Rover, Audi, BMW... incluyeron el aluminio entre las materias primas seleccionadas para fabricar sus nuevos vehículos ya en los años 90. La diferencia que marca Ford es emplearlo no en modelos de lujo, como se ha hecho hasta ahora, sino en un vehículo de uso masivo. Más noticias en la revista gratuita Agua y Medio Ambiente

La decisión no es caprichosa. Responde a los esfuerzos de los fabricantes de automóviles por acatar las exigencias de control del consumo medio de combustible que están vigentes tanto en Europa como en Estados Unidos; el aluminio pesa mucho menos que el acero y, a menor peso, menor consumo. A esta ventaja inicial, contrarrestada por el coste energético que entraña la extracción del mineral con el que se fabrica el aluminio original, la bauxita, se le han sumado su resistencia, durabilidad y flexibilidad. Y lo que aún es más, su larga vida útil y su capacidad de reutilización sin perder ninguna propiedad.

"El 75% de todo el aluminio que se ha fabricado desde hace 100 años se encuentra actualmente en uso, en forma de diversos productos, gracias al reciclado", explican en Arpal, la Asociación para el Reciclado de Productos de Aluminio. Es una buena muestra de que el aluminio recuperado y reciclado constituye una excelente materia prima para volver a fabricar productos de aluminio ya que en el proceso de reciclado no cambian las propiedades de este material.

Ahorro y proceso sencillo

Debido al considerable ahorro conseguido durante el reciclado y a la sencillez del proceso, el aluminio se empezó a reciclar muy pronto y hoy en día es una actividad normal, técnicamente resuelta y rentable, que aporta, además, importantes beneficios medioambientales, económicos y sociales. Con estas premisas, la industria del aluminio predice que la demanda de este metal por parte de los fabricantes de coches se duplicará de aquí a 2025. Los proveedores de aluminio y el sector del motor están trabajando en el desarrollo de nuevas aleaciones de aluminio e investigando para aumentar su resistencia y conseguir la maleabilidad necesaria en estas nuevas aplicaciones. En buena parte de esas aleaciones se trabaja con aluminio procedente de reciclado que, como afirma el presidente de Arpal, "es el material de envase de más valor en el mercado".

No es de extrañar que la Unión Europea esté impulsando la recogida y el reciclaje de envases de aluminio usados. Hay países como Finlandia, Alemania y Bélgica, cuya tasa de reciclado de estos residuos ronda el cien por cien. Sin llegar a tanto, España tiene una tasa de reciclado de latas del 66%. Concretamente en 2015, nuestro país recuperó 27.920 toneladas de envases de aluminio, según datos de Arpal.

Desde 2001, y patrocinado por Ecoembes, esta organiza ción realiza cada año un estudio sobre las cantidades de aluminio que se reciben en las plantas de selección, se procesan y se envían a fundición para su reciclaje.

Como explican en Arpal, "el reciclado es un proceso rentable porque el aluminio es un metal valioso: por ejemplo, las latas de bebidas usadas alcanzan un alto valor en el mercado. Una vez recogidas, seleccionadas y prensadas, se funden y con el material resultante se fabrican nuevos lingotes de aluminio que pueden utilizarse para cualquier aplicación". Producir aluminio a partir de chatarra consume un 5% de la energía que se utiliza para su producción a partir del mineral. El aluminio puede reciclarse indefinidamente y sin disminuir la calidad del mismo.

Un material muy demandado

Además de para fabricar coches, la industria del transporte utiliza aluminio construir aviones, vagones ferroviarios o motores de combustión interna. Su resistencia a la corrosión y al agua del mar lo hace indispensable a la hora de fabricar tanto cascos de barco y mecanismos acuáticos, como vehículos militares y tanques blindados. Una misma proporción de aluminio pesa un tercio menos que el acero, con lo que también es un material ideal para la fabricación de tubos, recipientes y aparatos necesarios en la industria química.

Por su ligereza de peso, es un material que resulta idóneo en las transmisiones de electricidad de alto voltaje a larga distancia, y su capacidad aislante es una cualidad aprovecha da tanto en la arquitectura como en el diseño industrial.

Al no perder ninguna propiedad ni envejecer, el aluminio procedente de reciclado es cada vez más demandado por todo tipo de industrias frente al aluminio primario. Este incesante incremento de la demanda, sea para fabricar envases, coches, aparatos eléctricos y electrónicos, etcétera, hace que, pese a las altas tasas de recogida de envases usados, el aluminio reciclado solo cubra alrededor del 30% de los requerimientos de este material en el mercado. El 70% restante sigue procediendo de la bauxita, extraída de manera primaria con todos los costes e impactos que conlleva.

Tratamientos de agua con aluminio

No sólo la industria productiva demanda aluminio. También se utiliza este metal en el campo de la medicina, tanto para los equipamientos médicos como en la composición de algunos medicamentos, por ejemplo, en los tratamientos de úlceras gástricas.

El sector hídrico no queda al margen de este material, cuya aplicación en el tratamiento de sus suministros de agua tiene diversas ventajas: se trata de un elemento no tóxico, que atrae las pequeñas partículas de materia inorgánica, bacterias, virus y otros organismos potencialmente peligrosos para los humanos, ayudando a su filtrado. De hecho, el aluminio es un componente natural de las aguas superficiales y subterráneas.

El interés medioambiental de la industria del aluminio queda patente no sólo en su esfuerzo por fomentar la recogida y el reciclado de los envases usados, sino en su propia producción. Las fuentes de energía que utilizan en sus procesos produc tivos proceden mayoritariamente del agua; el 52% del total de la energía empleada para los diversos procesos a los que se somete este material es de origen hidráulico.

Puede decirse que en el caso del aluminio la economía circular cierra el círculo completo. Su única debilidad la provoca la creciente demanda por los constantes nuevos usos que se están encontrando para este material. De no ser así, probablemente no se necesitaría extraer bauxita de las minas, con el aluminio reciclado sería suficiente.

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