Agua y medioambiente

El cultivo inteligente busca cómo ahorrar más agua para no depender de trasvases

  • La FAO urge a aumentar un 40% el regadío antes de 2030
Los cultivos sin tierra necesitan poca agua, pero con un flujo constante. Imagen de J. López

Organismos internacionales como la FAO insisten en la necesidad de aumentar la producción de regadío en más de un 40% antes de 2030 y en más de un 70% antes de 2050 para poder abastecer a una población mundial que alcanzará los 9.700 millones en poco menos de 40 años, afirma Andrés del Campo, presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes, Fenacore. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Agua y Medio Ambiente

"Por lo tanto, si realmente se quiere conseguir un mejor empleo de los recursos para abastecer a los mercados a precios competitivos, hay que conseguir una doble eficiencia: energética e hidráulica".

Si bien la transformación de los antiguos mecanismos de riego por gravedad a los sistemas de presión han permitido el ahorro de más de un 20% de agua al año, también ha disparado los costes energéticos que se diseñaron de acuerdo a unas tarifas que se han modificado posteriormente para compensar el llamado déficit de tarifa.

Escasez de agua

Automatizar y telecontrolar el regadío, adoptar sistemas de eficiencia energética, ingeniería y drenajes con las herramientas actuales ha logrado muchas mejoras, pero sigue siendo insuficiente para solventar los problemas de escasez de agua que sufren los agricultores de diversas zonas de la España seca. Paradójicamente, en lo que se refiere al ahorro de agua, las zonas cultivadas que tienen más opciones para avanzar en esa dirección son precisamente las que disponen de mayores recursos hídricos.

En los campos regados por el trasvase Tajo-Segura -Murcia, Alicante y Almería-, por el contrario, donde llevan muchos años invirtiendo en sistemas de ahorro de agua y mejoras en la gestión del regadío, es donde necesitan de herramientas innovadoras que contribuyan a paliar la escasez, ya que ni el trasvase Tajo-Segura, ni las desalinizadoras -pese a las periódicas ayudas del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medioambiente para abaratar su coste- garantizan el futuro de sus cultivos.

Esa situación pone la vista en la investigación, cuyo reto es combinar ahorros de agua con menores consumos energéticos. Como apuntan los analistas de Global Water Intelligence, "estamos en un momento en que la reducción de costes en el emergente mercado de la desalinización es de suma importancia y constituye una oportunidad para los proveedores de tecnología, que pueden capitalizar la necesidad de soluciones de ahorro de costes y eficiencia energética, y para los contratistas, desarrolladores e ingenieros consultores de cara a reducir los costes de operación".

Smart Agriculture IoT Lab

En los últimos días de este mes de enero, diseñadores, estrategas y desarrolladores procedentes de diferentes startups tecnológicas han acudido al laboratorio de ideas Smart Agriculture IoT Lab, organizado por Suez Water Spain en Barcelona, con el objetivo de idear productos o servicios basados en el internet de las cosas que aporten soluciones a los retos actuales de la agricultura.

El campo se enfrenta a múltiples transformaciones derivadas de los efectos perniciosos del cambio climático y la fragilidad de los recursos naturales, empezando por el agua. Por medio de la agricultura inteligente empresas como Suez pretenden realizar avances significativos que mejoren la eficiencia y la sostenibilidad del sector.

También en las zonas húmedas el cambio al riego por presión ha generado unos costes energéticos que ahogan los márgenes de beneficio. Volver al riego tradicional sería un atraso, máxime cuando España se sitúa a la cabeza en capacidad de producir más con menos agua, al tener casi la mitad de su extensión regable (49%) dotada con sistemas de riego localizado, considerado el más eficiente por su bajo consumo.

Por eso en el Canal de Aragón y Cataluña, así como en la Acequia Real del Júcar (Valencia) han desarrollado pruebas piloto para aprovechar la orografía y generar electricidad y han comprobado que el desarrollo de sistemas de riego por goteo con energía hidráulica en sus 15.000 hectáreas de arbolado permitirá rebajar cerca de 1,8 millones de euros anuales el gasto eléctrico.

En estas comunidades se estima, según Fenacore, que el ahorro se moverá en el entorno de los 120 euros al año por hectárea, o lo que es lo mismo, el equivalente al consumo de luz de una ciudad de unos tres millones de habitantes durante unos once días y medio.

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