Jean Louis Chaussade, consejero delegado de Suez, ha logrado incluir el agua como uno de los asuntos clave de la Cumbre de Cambio climático de París que hoy finaliza. El dueño de Aguas de Barcelona no elude asuntos espinosos, como el traslado de la matriz de Agbar de Barcelona a Madrid y asegura que se siente satisfecho con el tamaño de la compañía en España donde es la empresa líder del sector del agua.
¿Cómo valora los resultados de la COP21 de París? Por fin se ha incluido el agua como uno de los asuntos principales.
Es un poco complicado. La valoración la haremos todos en frío la semana que viene. Sobre el tema que mencionas del agua, es verdad que por primera vez aparece como uno de los temas importantes y seguirá siéndolo en la COP 22 de Marruecos. Creo que el agua y el desarrollo sostenible van de la mano. Sabemos bien que como consecuencia de la variación de la climatología, del crecimiento de la población y de la la urbanización, en 2030 o 2035 habrá como un 40 por ciento de la población mundial viviendo en zonas de sequías fuertes y con estrés hídrico.
Se ve muy bien en distintos estudios que el Mediterráneo va a ser una zona de creciente sequía en los años que vienen. Cuando hablamos de agua pensamos sólo en la que necesitamos para beber, pero también hay que tener en cuenta el regadío o el agua industrial y las necesidades que requiere, por ejemplo, el sector eléctrico. Si utilizas el agua para producir energía no significa que lo vayas a hacer en el momento oportuno para el regadío. Ahí se ve muy bien que agua y cambio climático están muy ligados.
Hay que buscar soluciones que permitan dar agua a todos en un mundo en el que en lugar de 7.000 millones haya cerca de 9.000 millones de personas.
En un mundo más urbano una empresa como Suez tiene que desarrollar tecnologías para buscar soluciones. Hay que limitar o reducir las fugas de los sistemas de distribución de agua o conocer el gasto mediante unas medidas de consumo en tiempo real para ser capaces de producir aguas alternativas a través de desaladoras o de sistemas de reutilización de aguas residuales.
En este sentido, el hecho de que el agua sea una parte del todo climático de la COP 21 es un elemento muy importante y te hablo solo de lo que corresponde a la parte de agua dulce, no del agua de mar con toda la problemática que conocemos muy bien, como que hay plásticos en todos lados o que hay zonas del globo, especialmente en el Pacífico, donde sabemos muy bien que si seguimos como estamos van a desaparecer islas y generar un gran movimiento humano.
Hablamos mucho de refugiados hoy en día, pero mañana vamos a hablar de refugiados climáticos si seguimos por este camino. Los problemas ligados a la situación climática tendrán un impacto en la vida. Por todo eso es muy importante -y por eso en Suez hemos luchado mucho- para que el tema del agua sea uno de los asuntos emergentes de esta reunión.
-¿Qué retos se imponen en Suez? ¿Se han puesto ya algún objetivo?
-Desde 2008 cada cuatro años nos hemos fijado objetivos de mejora de la sostenibilidad de la empresa. En octubre, antes de la COP, hemos publicado doce nuevos indicadores que permiten ver si la empresa, de verdad, mejora o no su impacto ambiental. Hemos dicho que vamos a reducir un 30 por ciento las emisiones de gases de efecto invernaero internas antes de 2030, lo que es un reto, porque tenemos apenas 15 años para hacerlo y no es nada fácil. También vamos a evitar emisiones por 60 millones de toneladas de CO2 de nuestros clientes antes de 2020, lo que supone un esfuerzo. Estamos en cerca de 8 millones de toneladas por año y hay que pasar a 12 millones por año para llegar a los 60 millones antes de 2020.
-¿Hay que ponerle un precio al carbono?
Vamos a poner un precio interno al carbono para fijarnos y ver qué impacto podría tener sobre nuestro negocio. Somos de las empresas que defienden la necesidad de darle un precio al carbono si queremos de verdad reducir las emisiones y poner una presión positiva de forma que globalmente las empresas resduzcan sus emisiones y nos hemos puesto varios objetivos para el tema del agua: ahorrar el equivalente al consumo de una ciudad de dos millones de habitantes y triplicar las aguas de sustitución.
Nuestros compromisos para que el impacto ambiental de la empresa sea mucho menor a partir de 2020 y hasta 2030 son trasparentes y además se van a poder controlar con una auditoría que va a tener todos los elementos para certificar que lo que estamos diciendo es cierto.
¿La caída de los precios del petróleo ha frenado el impulso para la fijación del precio del CO2? ¿Hay menos interés?
No creo. Estuve el otro día en un encuentro con consejeros delegados de grandes petroleras, como Total o BP, y los dos estaban de acuerdo en que hay que poner un precio al carbono. La idea que hay es que lo peor es seguir utilizando el carbón para producir electricidad cuando se podría utilizar gas, que produce menos emisiones.
Hay muchas empresas europeas que están dispuestas a que se ponga un precio al carbono. Te recuerdo que los chinos van a hacer un tema de emisión con bonos a partir de 2017 lo que significa que también ellos entran en el proceso de poner precio al carbono.
Si tenemos a toda Europa que lo hace y China lo hace, en un futuro los americanos van a entender que es bueno para todos; pero entre tanto nos falta Estados Unidos.
Hay muchas cosas que se han discutido en la COP 21 y veo que la implicación es cada vez más fuerte no sólo por parte de los estados, los 195 más la Comunidad Europea que está negociando. Los que actúan con más rapidez, flexibilidad y eficiencia son las empresas, las ciudades -cada vez más- y las ONG que presionan al mundo para que ofrezcamos soluciones adecuadas a la situación. Soy bastante optimista en que se va a conseguir un acuerdo. Ya estamos en el camino. Hemos cogido velocidad y no veo que haya marcha atrás a pesar de, como dices muy bien, el precio del petróleo no ayuda. Se podría decir también al contrario que aprovechando que el precio del petróleo está muy bajo es el momento de colocar un precio al carbono, ya que son centavos que no se van a notar mucho en un momento en que el crudo ha bajado con fuerza. Hay mucha gente que lo dice: es el momento de ponerlo.
¿Habría que subir los impuestos ambientales pero hay reticencia a hacerlo?
Si, pero hay que buscar un balance entre colocar más impuestos y no impactar demasiado en el consumo de la gente. Estamos en una etapa de recuperación de la economía. Lo que se recoge en un lado tiene que distribuirse por otro para favorecer esta economía circular que al final es lo que necesitamos en Europa para reducir las importaciones y favorecer el empleo local.
El traslado de sede de Suez Environment, matriz de Agbar, desde Barcelona a Madrid ha generado cierta polémica en España. ¿Podría explicarnos los motivos de este traslado y si se plantean ampliarlo a otras compañías del grupo?
Somos el dueño del 100 por cien de Agbar que ahora se llama Suez Environment que es la empresa de cabecera. No hay casi nadie. Lo hemos puesto en Madrid porque es la capital administrativa de España. Nosotros no hemos trasladado ni una persona de Barcelona a Madrid. Puedo prometer que las tuberías y las plantas siguen en Barcelona. La sede de Agbar sigue en Barcelona, con toda su gente, pero también tenemos gente en Bilbao y no les vamos a trasladar ni a París, ni a Madrid... o tenemos gente en Andalucía.
Me parece lógico que una empresa del tamaño de Suez Environment en España tenga una representación mínima en Madrid. Esto no cambia en absoluto lo que estamos haciendo en España. No estamos trasladando a nadie de Barcelona a Madrid.
Teníamos una sede histórica en Madrid con personas empleadas, porque entre otras cosas trabajamos también en Madrid, toda esta polémica está ligada a la política, porque todo el mundo habla de independencia y yo no quiero entrar en política. Hemos planteado un traslado muy simple, por motivos administrativos, sin cambiar a nadie de sitio, insisto.
¿Tienen interés en comprar el Canal de Isabel II o Aguas de Valencia?
En Aguas de Valencia, como sabe, tenemos una participación y de momento no tengo ningún interés, ni capacidad para ampliarla. El Canal de Isabel II no está a la venta y es una empresa enorme. Estamos contentos con lo que ya tenemos, de momento, en España y diría que seguimos nuestro camino. Somos la primera empresa en el negocio de agua y eso ya está bien.
-¿Cómo valora la situación de Aigues del Ter del LLobreguat (ATLL) con todos los problemas judiciales existentes? ¿Hay posibilidad de un acuerdo?
No puedo comentar asuntos que están en manos de la justicia. No quiero contestar nada más, haremos lo que la justicia diga al final.