El PRE recupera poco a poco el terreno perdido durante la crisis, en buena medida por la creciente atracción que despierta fuera de nuestras fronteras su belleza, espectacularidad y docilidad.
La cría del PRE avanza fuera de nuestras fronteras. Una tercera parte de los 2.850 nuevos ganaderos que se inscribieron el pasado año en el Libro Genealógico que gestiona la Asociación Nacional de Criadores de Caballos de Pura Raza Española (ANCCE) eran extranjeros. El dato apuntala una tendencia que se ha repetido durante los últimos tres años: mientras en España, el número de ganaderías se mantiene estable, en torno a los 22.000, en el exterior no ha parado de crecer y ha pasado de 5.463 criadores en 2014 a los 8.083 del pasado ejercicio.
La cría del pura raza se extiende ya por 65 países, convertida en auténtica pasión en Estados Unidos y México, mayores productores después de nuestro país. De las 31.050 ganaderías existentes en la actualidad, 8.083 están en el exterior, donde la cabaña asciende a 43.588 ejemplares, frente a los 231.000 animales dispersos a lo ancho del territorio nacional.
En ese avance en el exterior ha tenido un papel fundamental la labor de promoción que ha realizado la Asociación de Criadores de las virtudes de un animal que, según el presidente de Ancce, Juan Tirado, "suma a su belleza, la docilidad, su buen carácter, su facilidad para aprender y la espectacularidad de sus movimientos, lo que le convierten en el más idóneo para el aficionado que quiere un caballo útil y que no le dé problemas a la hora de montarlo".
El avance fuera de nuestras fronteras de un animal convertido en uno de los símbolos de la Marca España no permite al sector dar por cerrada la crisis de caballo que se vivió a partir de 2008. "Es cierto que desde hace dos años se nota un repunte, pero aún estamos lejos de alcanzar los resultados del período previo al desastre económico que hemos vivido en nuestro país. El mercado interior se empieza a recuperar pero no está tan activo como hace unos años, si bien es verdad que ahora las ventas se dirigen más a usuarios de caballos que a nuevos criadores, tendencia que a mi juicio va a consagrarse en los próximos años", asegura Tirado.
El pasado año, Ancce contabilizó 9.129 traspasos de titularidad de caballos PRE. La venta de caballos supone una facturación de alrededor de 92 millones de euros al año, aunque el mundo del pura raza español genera una economía inducida difícil de contabilizar y que incluye fincas para la estabulación y cría, instalaciones hípicas, veterinarios, guarnicioneros, sastrería, transporte, automoción? Actualmente, el sector agrupa a más de 10.000 personas vinculadas de forma directa a la cría del caballo, mayoritariamente en zonas rurales.
La crisis, sin embargo, ha tenido también un efecto positivo. "La consecuencia inmediata ha sido un descenso bastante considerable de la cabaña, acompañada de un sustancial incremento en la calidad. Durante estos años de crisis se ha hecho una selección natural dentro al desaparecer muchas ganaderías que carecían de estructuras profesionalizadas por la caída de las ventas. Al final, esta crisis ha cribado y ha exigido un mayor énfasis en la mejora racial", afirma Juan Tirado.
El crecimiento del sector del PRE se enfrenta a dos lastres. Uno de ellos es el IVA en las transacciones, mucho más elevado que el de otras especies de animales. "Tenemos la consideración de especie ganadera pero no todos los derechos que ello conlleva", afirma Tirado. El otro "hándicap importante" es que desde que Iberia dejó el transporte de ejemplares equinos, cualquier exportación que no pueda hacerse por medios terrestres porque su destino no es Europa, ha de hacerse desde Alemania, Holanda o Portugal. "Esto encarece de forma significativa los transportes y además redunda en el beneficio de empresas extranjeras sobre lo que debiera ser un mercado copado por y desde España".
Los PRE fueron los primeros équidos en llegar a América y origen de decenas de razas en el mundo. Hoy es la única especie animal de nuestro país que se exporta en vivo, lo que supone que, "de alguna manera, esta raza es un activo en nuestra balanza de pagos".
Cuestionado durante muchos años por su escasa funcionalidad para determinadas disciplinas hípicas, la irrupción de caballos españoles en el equipo olímpico que acudió a los Juegos de Atlanta acabó con el mito, explica Tirado. "Desde esa fecha, las únicas medallas que ha conseguido un equipo español en Juegos Olímpicos y Campeonatos del Mundo -Jerez 2002 y Atenas 2004-, lo ha sido con la participación activa de ejemplares de Pura Raza Española". Otro mito que se derrumba, su alto precio. Aunque los ejemplares de alta competición pueden valer un millón de euros, hoy en día se puede adquirir un potro español desde 5.000 euros.