Hay agricultores cada vez más interesado en no poner "todos los huevos en la misma cesta". Productores que exploran cultivos menos tradicionales en busca de nichos de mercado que ofrezcan una mayor demanda a sus producciones. Es el caso de las plantas aromáticas y medicinales, que tienen una necesidad creciente debido a una mayor preocupación por la salud y la belleza. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Agro
Una de las que mejor está funcionado es el lavandín. La ventaja de esta planta que una vez superada la fase más delicada, que es la implantación, tiene un manejo sencillo y que no requiere excesivos cuidados. "Una vez implantada ya no tienes más que aricar, es un cultivo fácil de manejar que se planta por estas fechas hasta marzo e incluso abril y se recoge en verano, desde julio a septiembre", comenta Javier de Fuentes, agricultor con más de 20 hectáreas en ecológico dedicadas a este cultivo en Bercero (Valladolid) y nueve años de experiencia en esta planta.
Manuel Fradejas también ha apostado por este cultivo con el que lleva ya ocho años. Este agricultor de Villalbarba (Valladolid) tras empezar con tres hectáreas en secano, ahora tiene nueve. Tras conocer a unos agricultores de Guadalajara se decidió a plantar lavandín porque la rentabilidad de los cultivos tradicionales era escasa. "Lo más complicado es la inversión inicial y que hay que asegurarse hacer una buena implantación que es muy importante. Lo principal es que la tierra no este húmeda y que después llueva, incluso, hay que estar preparado para proporciónala agua si fuera necesario", explica Fradejas. Actualmente, la mitad de la superficie cultivada de aromáticas, cerca de 6.000 hectáreas, se concentra en Castilla-La Mancha, la principal productora del país.
En la actualidad, esta planta, presenta una alta demanda ya que su aceite, es un producto muy utilizado como base para fijar otras esencias utilizadas en cosmética, jabones, ambientadores, detergentes, etc. También se utiliza en la industria farmacéutica debido a sus propiedades (aromaterapia, fitoterapia, homeopatía). "El principal hándicap es que el primer año hay que hacer una inversión alta en comprar la planta. Tienes que poner aproximadamente unas 10.000 plantas por hectárea y cada una cuesta sobre 18 céntimos", explica De Fuentes. La parte positiva es que esta inversión dura entre 12 y 14 años y en todo ese tiempo no hay que volver a comprar planta de nuevo. El primer año, no da nada, se siega para que coja más fuerza, el segundo año ya podemos comercializar la mitad de lo que viene siendo una producción estándar y el tercero ya está en plena producción. Para Manuel Fradejas, hay que ser "cuidadoso a la hora de adquirir la planta ya que en Francia ha habido algunos problemas de hongos".
A pesar de la fuerte inversión es un cultivo rentable, los números salen. Los precios una vez extraído y destilado el aceite son de 30 euros por litro para variedad Super y 22,50 euros por litro para la variedad Grosso, unas de las más habituales. Las producciones medias que se sacan son de unos 80 litros por hectárea para la Super y 100 litros por hectárea para la Grosso. Las posibilidades que ofrecen este tipo de cultivos como son el lavandín o la adormidera ha llevado a INEA, la escuela universitaria de Ingeniería Agrícola de Valladolid, a incluir a estos cultivos en un estudio, realizado en colaboración con la Diputación, sobre los 16 cultivos alternativos que pueden suponer una mejora de la rentabilidad para las explotaciones de los agricultores de la zona. Los costes de producción rondan para el lavandín en ecológico entre 400-500 euros hectárea y en convencional entre 500 y 600 euros. A esto hay que añadir 6 euros por litro de coste de destilación. Estos gastos incluyen la amortización de plantación inicial en un plan de 14 años.
La maquinaria que requiere este cultivo es la habitual a excepción de la que se necesita para la recolección. Se utiliza una picadora de maíz normalmente adaptada para una recolección óptima. Normalmente las empresas que se encargan de la destilación ofrecen este servicio de recolección, aunque hay agricultores que también la realizan ellos mismos adaptado su maquinaria.
Segundos en adormidera
Pocas personas lo saben pero España el segundo productor de opio legal del mundo tras Australia. En la campaña 2015/16 se sembraron unas 12 mil hectáreas autorizadas en toda la península. Castilla-La Mancha, Castilla y León, La Rioja y País Vasco son las principales productoras.
El mundo que rodea a este cultivo es muy opaco, se necesita un permiso especial del Ministerio de Agricultura para cultivar adormidera y está prohibido divulgar la localización exacta de las plantaciones.
La parte del bulbo o cápsula de la flor que contiene los alcaloides, se utilizan en la industria farmacéutica para la obtención del opio del que posteriormente mediante procesos industriales se extraerá morfina, codeína, papaverina y noscapina, todas estas sustancias activas se utilizan en tratamientos para paliar los diferentes grados de enfermedades con dolencias de varios niveles. La demanda es creciente debido, sobre todo, a que en la actualidad hay un mayor número de personas que presentan enfermedades crónicas con fuertes dolencias. "Es un cultivo que se implanta solo bajo contrato, por lo tanto, la empresa autorizada es quién se dedica a la recolección y venta del producto", explica Laura Cobos, ingeniera agrónoma y responsable técnica de Cultivos Alternativos de INEA. Esta empresa proporciona al agricultor un técnico de campo que "te ayuda y colabora contigo durante el ciclo. Te compran toda la producción que saques y la renta está asegurada", asegura Cobos.
Las semillas de adormidera, que no contienen alcaloides, se usan en la industria panificadora y pastelera para la fabricación de dulces y pan.
Es una planta que soporta bien las bajas temperaturas primaverales, es resistente a la sequía y presentan problemas en suelos con capacidad de encharcamientos. Le gustan los terrenos con alto contenido en materia orgánica.
Las labores principales de este tipo de cultivo, siembra y cosecha, las lleva a cabo la empresa autorizada en España para la producción de adormidera. La maquinaria de siembra y cosecha está adaptada para este tipo de cultivo, es maquinaria específica. "En cambio, las demás labores como la preparación del terreno y las labores culturales las lleva a cabo el agricultor de la parcela con su propia maquinaria convencional", señala la responsable de la elaboración del estudio sobre Cultivos Alternativos realizado por INEA y la Diputación de Valladolid. Los costes de producción son muy similares a otro cultivo de regadío y otra ventaja que presenta es que generalmente no suelen existir plagas que constituyan un problema.
Excelente alternativa de rotación
La adormidera se presenta como una alternativa para introducirla en rotación con un cereal, debido a su raíz pivotante, explora las capas más profundas del terreno reciclando aquellos nutrientes que el cultivo anterior no ha utilizado. Mejora la estructura del suelo al realizar un laboreo natural.
Las labores preparatorias del terreno dependen en gran medida del cultivo que preceda a la adormidera, pero como norma general buscaremos una óptima cama de siembra, tierra muy fina y allanada, lo que lograremos con un pase de vertedera, posteriormente pasaremos el cultivador y para terminar la rotativa. Una de las características de la semilla adormidera es su pequeño tamaño, por ello, la profundidad de siembra no debe superar los 2 centímetros, ya que si esto ocurriera la nacencia se vería dificultada. Aunque es una planta que resiste bien la sequía, se cultiva en regadío, siendo sus mayores necesidades de agua antes de la floración.