Agro

Lorenzo Ramos: "Estamos ante una oportunidad histórica para hacer el relevo generacional en el campo"

  • "Antes trabajábamos de sol a sol, pero el campo ya no es esclavitud"
  • "Nunca he visto tantas ganas en los jóvenes de incorporarse al campo"
Lorenzo Ramos, secretario general de UPA. Imagen de Elisa Senra

Lorenzo Ramos afronta otros cuatro años como máximo responsable de la organización agraria Unión de Pequeños Agricultores. Este agricultor extremeño del sector de las frutas y hortalizas pide aprovechar la "oportunidad histórica" que tiene nuestro país para incorporar jóvenes al campo e insiste en la necesidad de que haya transparencia en la cadena alimentaria para repartir los beneficios entre todos los eslabones. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Agro

En Andalucía han tenido que nombrar una gestora. ¿Cómo está la situación?

Afortunadamente está controlada. Los problemas han venido porque hay una serie de personas que no quieren acatar las resoluciones adoptadas por el Comité Federal, máximo órgano entre congresos, que ha dictaminado que no pueden seguir en sus cargos. La gestora de UPA Andalucía ya está montada y ahora estamos hablando con las provincias. En algunas no ha habido problemas y han hecho sus congresos y elegido a sus responsables. En Jaén acabamos de crear también una gestora como ya hicimos en Huelva y Sevilla. Pero la organización está trabajando tranquilamente y los afiliados deben saber que las oficinas y los trabajadores están prestando los servicios. Es más, estamos creciendo y estamos teniendo afiliaciones nuevas.

Pero el tema está en los tribunales...

Sí, aunque hasta ahora todas las resoluciones han dado la razón a la Ejecutiva Federal y a la propia gestora, a la que reconocen la representación de UPA Andalucía frente al anterior secretario general. Me gustaría que a la organización no se le haga daño y que cada uno sepa asumir sus responsabilidades. Si quieres tomar una decisión libre de irte la tomas, pero la organización no es patrimonio de nadie en particular y no puedes decir ahora me cojo a los afiliados y me los llevo. Espero que ninguna otra organización profesional, con la que tenemos acuerdos, incluso unidad de acción, se preste a negociar con alguien que no representa a la Unión de Pequeños Agricultores.

Uno de los objetivos que se marcaba tras su reelección era el rejuvenecimiento en el campo...

Estamos ante una oportunidad histórica de hacer un relevo generacional en el campo español. Nunca en los años que llevo en activo he visto tantas ganas de la gente joven de dedicarse al sector agrario en busca de una oportunidad. Es cierto que en parte es porque otros sectores que eran muy suculentos, como la construcción, han fracasado. Pero, por otro lado, el campo se ha modernizado mucho. Hace 25 años trabajábamos de sol a sol, y éramos unos esclavos de nuestro trabajo, pero hoy el campo no es una esclavitud, te permite compatibilizarlo con otras actividades. La gente joven ha visto una oportunidad y ha dicho "vamos a probar". Pero lo harán si ven que les salen las cuentas, si sacan unas rentas. Si siguen viendo las lamentaciones de sus padres con los precios de la leche, del porcino o de los cereales, igual se le quitan las ganas.

¿Y qué medidas serían necesarias para que más jóvenes se incorporen a la actividad agraria?

Hoy no podemos permitirnos que un solo joven en España que quiera incorporarse se encuentre con que le deniegan la ayuda y la realidad es que no hay fondos suficientes en las Comunidades Autónomas para atender todas las solicitudes. Hay además que facilitar el acceso a la tierra. No puede ser que los precios estén por las nubes. Nosotros estamos dispuestos a que una parte de las ayudas de la PAC se dedique a que las personas mayores, que ahora no se retiran cuando se jubilan, tengan un complemento y puedan tener una pensión digna. Facilitar la llegada a los que quieren incorporarse teniendo acceso a la tierra y la salida de los mayores. Evitaremos además que no tengamos que ver tantos accidentes de tractores, que afectan sobre todo a personas muy mayores y que llevan tractores que no reúnen las condiciones.

Se cumple el primer año de la aplicación de la PAC. ¿Qué valoración hace?

El primer año ha sido un desastre absoluto. Primero, no estamos de acuerdo con el acceso a las ayudas, que deberían ser para los sectores productivos y para los ganaderos y agricultores profesionales. Se han quedado fuera sectores que en otros países sí van a tener ayudas y además van a seguir cobrando ayudas gente con sólo presentar una pequeña factura. Tenemos más del doble de personas que en Francia o Alemania cobrando ayudas y la media que se percibe aquí es mucho menor. Luego, siempre que se vende una reforma de la PAC es supuestamente para simplificarla. Y es mentira porque se ha complicado más. Ha habido Comunidades donde la cosa no ha ido tan mal porque utilizaban sus propios programas informáticos, pero en las que estaban en conexión con el Ministerio ha habido que ampliar los plazos hasta límites que no se conocían y la gente ha tenido problemas para cobrar. Estamos ya en el segundo año y ya hace más de un mes que se abrió el plazo y en ninguna Comunidad han empezado a tramitarlas.

UPA apoyó la Ley de la Cadena Alimentaria pero siguen produciéndose crisis en los precios. ¿Qué es lo que no funciona?

Apoyamos la Ley porque creemos que era una buena herramienta para empezar a funcionar, pero tenemos que decir que después de dos años de aplicación no ha dado ningún resultado. Es verdad que ahora tenemos una Ley, pero los que operan en la cadena alimentaria siguen haciendo las mismas cosas o peores que antes. Ya dijimos que a la Ley le faltaban cosas para que diese resultados. Se hacen contratos en algunos sectores, pero en la mayoría no. Y donde se hacen hay una posición de dominio del que tiene la fuerza sobre el productor, al que obligan a vender por debajo de los costes. Es lo que está ocurriendo con la leche. Hoy he visto yo cómo una empresa de Galicia está ofreciendo para los próximos seis meses 19 céntimos el litro de leche y si no acepta no se la recogen. Dijimos que tenía que haber un mediador independiente y no se nos hizo caso. El régimen de sanciones es irrisorio y hay quien dice que me cuesta menos incumplir y pagar la multa. La AICA es una buena Agencia, con un personal con muchas ganas de hacer cosas, pero hay mucho secretismo. Nosotros presentamos denuncias y no sabemos qué ha sido de ellas. Y luego lo que está claro es que no se ha querido meter como prácticas abusiva la venta a pérdidas, que aunque está prohibida por otras leyes, ha sido en estos dos últimos años cuando hemos visto más campañas reclamo en las grandes superficies. Algunas, de auténtica vergüenza, en las que te regalaban caso seis litros de leche si echabas 10 euros de gasolina. ¡Como si la leche no valiera nada! La gente tiene que saber que detrás de un litro de leche hay una familia que se levanta a las seis de la mañana. Esto no se permite en otros países. A mí se me ponían los dientes largos cuando el otro día veía cómo la Gendarmería investigaba las oficinas de Carrefour porque el ministro creía que había una posición de dominio. Allí vemos cómo sale hasta el presidente de la República y aquí nos tenemos siempre que aguantar y si nos movilizamos parece que estamos siempre llorando. Es el tema más importante que tenemos ahora mismo, tener una cadena transparente donde se sepa realmente dónde se está yendo el beneficio, porque con lo que pagan los consumidores hay para todos. Pero algunos están dispuestos a no ganar o perder en algunos productos y aplicar unos márgenes superabusivos en otros.

¿Y en el tema lácteo, los profesionales tienen que hacer algo?

Yo creo que el sector está haciendo muchos esfuerzos. Se dice que hay que potenciar las organizaciones de productores para concentrar la oferta. ¡Pero si lo estamos haciendo! Primero hemos modernizado las explotaciones para que las producciones tengan unas calidades que nada tienen que ver con las de hace 15 ó 20 años. También ahorro en costes e inversiones que en la mayor parte ha cargado el ganadero a sus espaldas. Pero los que han hechos esa concentración también están teniendo problemas. He escuchado mucho que en Andalucía había menos problemas, es cierto, y soy partidario de las cooperativas, pero he visto también cooperativas que estaban muy bien organizada que han caído en esta crisis. Luego, no se pueden plantear que haya que entrar por aquí como si fuera un tubo. La gente tiene que entrar voluntariamente porque vea que les interesa. Nosotros siempre hemos sido partidarios de un problema de negociación colectiva entre las partes a través de la interprofesional frente al modelo que impuso la UE de que toda la negociación tenía que ser a través de las organizaciones de productores. No quiero decir que lo hayamos hecho todo, pero no es ese solamente el problema. Lo que pasa es que algunas industrias están actuando... no sé de qué manera calificarlo, porque no quiero utilizar palabras que a alguien le puedan ofender. Tiene que haber una sensibilidad. Los consumidores deben saber que cuando un litro de leche está por debajo de los 60 céntimos algo está pasando.

¿Hay demasiadas organizaciones agrarias?

Seguramente tengamos que hacer un esfuerzo en el futuro, sobre todo aquellas que representamos de verdad a la agricultura familiar y profesional de este país. Está claro que hay una organización que está situada en una posición y luego estamos otras dos, UPA y Coag, que compartimos muchísimo, aunque deberíamos ir avanzando más en unidad de acción, presentar alianzas como la de Castilla y León. Pero no es fácil, hay a veces personalismos que hacen que no se puedan producir. Estoy seguro de que a UPA y Coag el tiempo nos acercará más, aunque ya tenemos acuerdos y tratamos los temas cuando hay que abordar alguna negociación. A mí me gustaría que en la mayor parte de los temas pudiera haber unidad de acción de todo el sector agrario, porque la verdad es que tampoco hay tantas diferencias, pero aquí también ocurre que, en función de quién gobierna, es más fácil hacer acuerdos o no.

¿Por qué se oponen al Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos?

Es un tema que nos genera mucha preocupación porque nada tienen que ver los sistemas de producción que tenemos aquí con los de Estados Unidos. No está habiendo transparencia y ni siquiera los eurodiputados tienen acceso a la información. Aquí no se permite las prácticas de engorde con hormonas y allí sí. O que no podamos utilizar semillas transgénica y allí sí. ¿Cómo vamos a controlar eso? Creo que estamos en una situación de absoluta desventaja porque además la experiencia que tenemos es que en la mayor parte de los acuerdos que se están firmando se está utilizando la agricultura como moneda de cambio.

Vuelve dos años después a ser vicepresidente del Copa, ¿por qué?

En Bruselas si no estás no te tienen en cuenta. En España tenemos muchos sectores que tienen muchos problemas y en estos dos últimos años tengo la sensación de que no hemos estado en condiciones de defender nuestra posición igual, como ha ocurrido con el veto ruso o los problemas con los agricultores franceses. Pero además, el Copa, que representa a las organizaciones agrarias europeas, no puede ser sólo una especie de lobby, sino que tiene que ser reivindicativo, como ha sido siempre, porque están surgiendo movimientos sectoriales independientes, tipo 15-M, que nos están pasando por encima. A mí eso me preocupa y creo que tenemos que tener una actividad sindical permanente para movilizarnos frente a las instituciones europeas, que son las que toman las decisiones.

¿Tiene el sector el reconocimiento que se merece?

Yo creo que lo tiene desde el punto de vista social y ha habido encuestas que reflejan que la gente tiene muy buena valoración. Lo que pasa es que vemos que se vende poco nuestro trabajo. Tendríamos que estar más en el día a día y que no seamos noticia sólo cuando tenemos que estar tirando los tomates o cuando ha caído un pedrisco. Muchas veces sólo somos noticias en los programas del tiempo, pero deberíamos estar en los grandes informativos, que muestren el trabajo a los emprendedores. Lo tenemos complicado para ser noticia. Los movimientos ecologistas tienen mucho mayor tirón que nosotros.

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