
El futuro de la siembra directa ha encontrado en la agricultura de precisión su nuevo aliado. Los últimos avances que se vieron en una jornada técnica sobre agricultura de conservación, organizada por el Magrama en Palencia, caminan a la combinación entre la siembra directa y agricultura de presión. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Agro
Mayor sofisticación para sembrar y abonar en una sola operación, aprovechar la tecnología de precisión para reducir cada vez más la compactación y aplicar el herbicida únicamente cuando las máquinas detectan que hay malas hierbas son algunas de las ventajas.
La siembra directa está presente en España desde hace más de 20 años. Lejos de los países que lideran el ranking de hectáreas dedicadas a esta técnica como Argentina o Brasil, en nuestro país cada vez tiene más adeptos, aunque su crecimiento es lento pero muy constante. Desde 2009, la superficie en siembra directa ha aumentado un 115% pasando de las 274.528 hectáreas a las 590.473 hectáreas actuales.
Tierra cultivada
De la tierra que se cultiva en nuestro país, entre el 10 y 12% se realiza con esta técnica, una cifra no muy importante pero que sirve a España para ser el primer país de Europa en superficie dedicada a la siembra directa. A pesar de sus ventajas y su crecimiento, todavía tiene que hacer frente a varios hándicaps que frenan una mayor expansión por nuestro país. El primero es la mentalidad, "estamos acostumbrados a labrar, somos un país de labradores y cambiar ese concepto cuesta", comenta Jesús A. Gil Ribes, presidente de la Asociación Española de Agricultura de Conservación.
Otro freno importante es que para realizarla bien y de manera adecuada, se necesita una cierta formación. "Los agricultores con más edad, por lo general, no quieren saber nada pero los jóvenes es distinto, están más abiertos a introducirse en ella", explica Gil Ribes. El último inconveniente es el precio de las máquinas sembradoras que son mucho más caras que las de siembra convencional. "Los convencidos al final compran la máquina porque es una inversión pero si no, hay otras opciones como llamar a una empresa de servicios o hacer una compra conjunta por parte de varios agricultores o una cooperativa", detalla el también profesor de la Universidad de Córdoba.
Ventajas de la técnica
A pesar de estos inconvenientes, la siembra directa gana terreno por sus ventajas. Bien realizada frente a la convencional es más rentable porque "las producciones son parecidas pero se reducen los costes", comenta el presidente de esta asociación. Con la agricultura de conservación, el suelo aumenta en materia orgánica, gana en estructura y es más fértil.
Otro factor determinante a su favor es que es más respetuosa con el medio ambiente. "Emite un 19% menos de CO2 frente a la convencional y fija carbono atmosférico en el suelo". Uno de sus grandes beneficios tiene que ver con el agua. Con esta técnica, conseguimos una mayor capacidad de retención de este elemento y una menor escorrentía.