Las próximas dos semanas serán decisivas para conocer la evolución de los precios del cereal. Todo dependerá de la cosecha de maíz en Francia, que tiene un efecto arrastre sobre el resto.
La cosecha en España, según se van conociendo los datos, es, como se preveía, regular tirando a mala, tanto en calidad como en cantidad. El Ministerio de Agricultura publicó el 15 de julio su primer avance de producción a fecha de 1 de junio: un total de 14.269.000 toneladas, un 3,4 por ciento y 501.200 toneladas menos que en la campaña anterior.
Los precios de los cereales siguen subiendo en los mercados mayoristas. Durante la semana comprendida entre el 6 y el 10 de julio, hubo, como la semana anterior, una subida generalizada, especialmente en los precios del trigo duro y del maíz, según los datos de la Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas de España (ACCOE).
El trigo duro cotizó a 342,7 euros/tonelada (+8,17 por ciento); el trigo blando se vendió a 195,76 euros/tonelada (+1,22 por ciento); el maíz a 195,06 euros/tonelada (+4,00 por ciento); la cebada a 184,52 euros/tonelada (+1,23 por ciento); y la cebada de malta a 194,5 euros/tonelada (+1,57 por ciento).
España es un país deficitario en cereales. Nos abastecemos de países como Reino Unido, Francia, Alemania y principalmente los países del entorno del Mar Negro. Las producciones y mercados en esta zona están estables y sólo las tensiones políticas entre Rusia y Ucrania producirían un efecto dominó que afectaría a los precios del maíz, un cereal cuyo comportamiento siempre arrastra al resto. Una suspensión de pagos en Ucrania y el cierre de sus exportaciones sacudiría los mercados y podría venir algo de tensión.
Los próximos días serán decisivos y todas las miradas están puestas en Francia. Si no llueve habrá poca cosecha de maíz y el precio se disparará, lo que arrastrará al resto de cereales por su efecto llamada, explica José Manuel Álvarez, secretario general de ACCOE. Por el contrario, si llueve, habrá una cosecha normal y producciones y precios se mantendrían estables.
El COPA-Cogeca ha mostrado su preocupación por la bajada de producciones de cereales como consecuencia del calor y la sequía. Según el comité que agrupa a las organizaciones agrarias y cooperativas comunitarias, la cosecha de grano de la UE disminuirá un 7,5 por ciento anual, hasta los 296 millones de toneladas -frente a 320,5 millones en 2014-. Los cultivos de invierno, trigo y cebada, están en buen estado. Sin embargo, hay gran incertidumbre sobre la cosecha de maíz debido a las altas temperaturas y a la incidencia de plagas o enfermedades.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) ya ha adelantado que no va a haber problema con la producción de trigo y cebada, sobre todo la más temprana. Otro punto caliente para los mercados es Canadá, el mayor exportador del mundo de trigo duro. Gran parte de su producción tiene como destino el mercado europeo y ya se conoce que tienen problemas de sequía. Por eso, será fundamental estar atentos las próximas semanas a los partes meteorológicos en este país para ver la evolución del precio de este cereal.