El Gobierno incluirá en el paquete de medidas para paliar los efectos de la guerra de Ucrania que aprobará el martes la autorización para que los agricultores puedan aprovechar el 10% de barbecho y de superficies de interés ecológico para el cultivo del girasol y maíz, materias primas que se importaban del país báltico.
"La orientación de la siembra se va a dirigir básicamente a girasol y probablemente a maíz, en función de las circunstancias agronómicas de las distintas superficies", ha anunciado este jueves el ministro de Agricultura, Luis Planas, que ha aclarado que la medida, autorizada esta semana por la Comisión Europea para paliar los problemas de abastecimiento generados por la invasión rusa, afectará al 10 % del total de las 21,5 millones de hectáreas de la superficie agraria útil del país.
Así, en el aprovechamiento para el girasol, que se importa en un 60% de Ucrania, se tienen en cuenta sus cotizaciones, ayer a 499 euros, y "también por unas necesidades inferiores de agua y de fertilizantes que son en este momento caros".
En el caso del maíz, ha añadido Planas, la autorización deviene de las necesidades de la industria de piensos "aunque la mayor parte las vamos a cubrir mediante importaciones de origen alternativo, básicamente de Argentina y Estados Unidos, y de hecho están en curso las operaciones".
Planas ha participado en la presentación de la monografía 'La España rural: retos y oportunidades de futuro', editada por Cajamar y coordinada por Eduardo Moyano, profesor de Investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Planas también ha avanzado que, durante la presidencia española de la UE durante el segundo semestre de 2023, está previsto analizar y debatir sobre "el futuro de la edición genética y de las nuevas técnicas de edición genética en relación con la producción" para avanzar en el objetivo de producir más con menos recursos y hacerlo "con todas las garantías de seguridad alimentaria".
En relación a la necesidad de revisión de los objetivos de la Estrategia De la Granja y la Mesa para garantizar la seguridad alimentaria, Planas ha dicho que hay que ser muy cuidadoso. "Yo fui uno de los ministros, probablemente, según dice Timmermans, el que lideró la rebelión de los ministros de Agricultura para que los objetivos de la Granja a la Mesa, que eran cuantitaivos, no se transformaran automáticamente por una comunicación de la CE en obligatorios con carácter jurídico inmediato en su aplicación. Esa posición que era de España ahora lo es del Consejo, del Parlamento y de la Comisión, es decir cualquier objetivo de los señalados tiene que ser aceptado voluntariamente por los Estados miembros en los Planes Estratégico bien mediante una medida de apoyo financiero, o una actuación regulatoria. Solo podemos aceptar aquellos objetivos que nos hemos fijado nosotros mismos".
Dicho esto, ha continuado,"lo que tenemos que tener en cuenta es que no podemos cambiar de la A a la Z todo lo que hemos hecho sino simplemenente, modalizar y, sobre todo, tener en cuenta los calendarios en relación con la aplicación de determinadas medidas".
Aunque, ha añadido, es un debate "muy atractivo" desde el punto de vista político y hay quienes, "negando la orientación medioambiental de esta PAC" encuentran una gran fuente para la discusión. "En el centro está la virtud y lo tendremos que hacer sin duda con el cronograma de la implantación de determinadas medidas pero esto no pone en modo alguno en cuestión la orientación de lucha contra el cambio climático y de preservación ambiental, que es absolutamente necesario".