
Adelantarse al futuro en la gestión del agua y el medio ambiente con la aplicación continua de nuevos desarrollos, avances tecnológicos y conocimientos han sido un gran logro de Aigües de Barcelona. Desde sus inicios, la compañía ha impulsado obras de mejora de las instalaciones para proveer agua corriente a los barceloneses.
Además, en la actualidad desarrolla una política de gestión orientada a la proximidad al cliente; la excelencia en la prestación de servicios; la apuesta por la innovación y el talento de sus profesionales; la colaboración con otras empresas, entidades y administración pública para generar valor; y el desarrollo de un modelo de negocio sostenible como eje estratégico.
Los orígenes de la compañía se remontan a junio de 1867, cuando se constituyó en Lieja (Bélgica) la Compagnie des Eaux de Barcelone, antecedente directo de Aigües de Barcelona. La empresa supuso un soplo de aire fresco para la ciudad, ya que desde el primer momento comenzó a realizar obras de mejora del sistema, que incluyeron tanto la potenciación de las captaciones como la construcción de acueductos, con el fin de mejorar los suministros llevando agua a la ciudad.
Sin duda, los primeros pasos y la trayectoria inicial de Aigües de Barcelona tienen mucho que ver con el Plan de Reforma y Ensanche de Barcelona, diseñado en 1859 por Ildefons Cerdà. Y, años después, con el Pla Garcia Fària de 1891, en el que se establecía en 250 litros de agua la dotación mínima por habitante y día.
Una de las fechas emblemáticas tanto para la capital catalana como para la compañía fue 1888, con la Exposición Universal de Barcelona, que se desarrolló entre abril y diciembre, a la que concurrieron 22 países de todo el mundo y recibió más de 2,2 millones de visitantes. En ese momento, la compañía disponía ya de una red de 115 kilómetros que podía ofrecer 17.000 metros cúbicos diarios de agua.
Estación de Cornellà
Con el cambio de siglo, en 1905 comenzó la construcción de la estación de bombeo de Cornellà, que impulsó el agua de los acuíferos del Llobregat a la ciudad de Barcelona. Así, 1909 finalizó la construcción de la primera instalación en Cornellà de Llobregat, uno de los centros históricos de Aigües de Barcelona, que es en la actualidad sede del Museu Agbar de les Aigües.
Tras la Primera Guerra Mundial, un grupo de empresarios y banqueros catalanes se planteó la posibilidad de recuperar el control de la empresa, una operación que se materializó finalmente en junio de 1920. Ese mismo año, el Palacete del Paseo de Sant Joan pasó a ser la sede de Aigües de Barcelona.
Pocos años después se celebraría otro de los acontecimientos internacionales de la época, la Exposición Internacional de 1929. La compañía contribuyó a ella cediéndole un millón de metros cúbicos de agua. La Exposición, que se llevó a cabo entre mayo de 1929 y enero de 1930 en Barcelona, contó con una veintena de países, además de expositores privados. El acontecimiento había generado grandes expectativas, auspiciadas por el éxito anterior de la Exposición Universal de 1888, que había impulsado con fuerza la economía de la ciudad y había puesto de manifiesto nuevos e interesantes adelantos tecnológicos. La exposición generó también, en este caso, una remodelación de parte de la ciudad y un gran desarrollo urbanístico para Barcelona.
Otro episodio destacable sucedió durante la Guerra Civil española, cuando el Comité Obrero de Incautación se apropió de la compañía, cuya propiedad fue recuperada posteriormente por los accionistas.
Nuevo impulso
Años después, la compañía inició la búsqueda de nuevas captaciones y en 1951 anunció la que se convertiría en origen de la Estación de Tratamiento de Agua Potable (Etap) de Sant Joan Despí, que inició su servicio en el año 1955. Coincidiendo con el año de la celebración de los Juegos Olímpicos de Barcelona, en 1992, se aprobó la ampliación de capital para fusionar la Corporación Agbar y el holding Aplicaciones del Agua con Aigües de Barcelona. Este sería un momento crucial, ya que a partir de entonces Agbar ampliaría las actividades y potenciaría su presencia y actuación en los sectores del agua, la salud y la inspección y certificación.
También fue en ese momento cuando se inicia una importante expansión internacional, con la apuesta por América Latina y la entrada de la compañía en Reino Unido.
Entre las actuaciones de la compañía destaca también, entre otras, la puesta en marcha del Museo Agbar de las Aguas en 2004 y la construcción de la Torre Agbar, todo un icono de Barcelona, que en 2005 se convirtió en sede corporativa del grupo hasta el 2015.
La Torre Agbar, diseñada por el arquitecto Jean Nouvel y el estudio b720, destaca en el skyline de la Ciudad Condal con una altura de 145 metros.
En 2013 la compañía puso en marcha un modelo de colaboración público-privada, que integra todos los servicios asociados al ciclo integral del agua, y en los que destacan el servicio de saneamiento y la depuración de aguas residuales. Y desde hace escasamente dos años, 2015, la sede de Grupo Agbar es la Ciutat de l?Aigua, situada en el paseo de la Zona Franca de Barcelona en una ubicación que se caracteriza por espacios abiertos que propician la cooperación y el trabajo en equipo.