
Cuando aún media Europa digiere los efectos de la resaca electoral francesa -en la que la ultraderechista Marine Le Pen ha contado con bastantes opciones de vencer-, muchos expertos se preguntan cómo de diferente sería el futuro del país galo y del Continente si las medidas anunciadas por la líder del Frente Nacional -convocar un referéndum para decidir la continuidad de Francia en la Unión Europa o permitir únicamente 10.000 extranjeros legales por año, entre otras-, hubiesen llegado a buen puerto. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Pymes, Autónomos y Emprendedores
Y es que el conocido como proteccionismo comercial constituye una realidad en el mundo actual y el caso anterior supone sólo un ejemplo hoy en día. Una coyuntura que colisiona con el rasgo más diferenciador de las startups y los emprendedores tecnológicos, su movilidad y afán internacional.
Aunque en la reciente reunión del Fondo Monetario Internacional (FMI) -celebrada a finales del mes de abril-, los principales líderes de las finanzas mundiales transmitieron pleno consenso sobre los efectos positivos de la globalización, como afirma Javier Megías, consejero delegado de la comunidad de inversión en startups Startupxplore, "hay una cierta tendencia antiglobalización. El escenario en el que vivimos ha cambiado y en los próximos años vamos a ver gigantes como China que van a ser muy agresivos en este sentido".
El caso estadounidense es quizás el causante de este fenómeno. Aunque muchas eran las voces que desconfiaban del poder del presidente norteamericano para implementar sus anunciadas medidas, lo cierto es que su Administración ya da pruebas del rumbo por el que ha optado. Recientemente, Donald Trump firmó una orden siguiendo su lema Compre americano, contrate americano por la que endurecía la concesión de visados H-1B, una modalidad para la que hay que demostrar que la persona a la que se va a contratar tiene unos estudios relacionados con el puesto de trabajo -es el visado más empleado por empresas tecnológicas para captar talento internacional-. "En lo relativo a EEUU, nos encontramos ante una situación de incertidumbre porque, por un lado, están todas las reformas fiscales, y por otro, la restricción de la entrada de personas altamente cualificadas, de la que Trump ha decretado y manifestado por distintas vías. Esto se ha originado porque se ha abusado de técnicos de la India o de países similares, cuyos bajos ingresos han afectado al coste de la mano de obra local", señala Ana Gazarian, consejera delegada de la empresa especializada en movilización internacional de personal, Employee Mobility Solutions.
Todo ello ha abierto un debate acerca de la movilidad del talento, lo que afecta de lleno a startups y emprendedores. ¿Lograrán las medidas proteccionistas de Trump en materia de política migratoria y comercial lastrar el desarrollo de las startups? En primer lugar, conviene hacer hincapié en que el nacimiento de estas iniciativas está intrínsecamente relacionado con su vocación internacional. De hecho, así lo explica Alfredo Bonet, director de Internacional de la Cámara de Comercio de España: "Las startups de carácter tecnológico son empresas que, por su propias características, pueden operar en todo el mundo desde su creación".
En esta misma línea incide Megías: "La opción de establecer barreras y proteger mi mercado, aunque puede ser acertada en el corto plazo, en términos generales es érronea, porque el talento se encuentra en todos los lados y si no puede acceder a Estados Unidos, se va a ir a otros destinos". De hecho, si existe un factor intangible de gran peso para las empresas, ese es, sin duda, el talento. Por ello Gazarian reconoce que "esta tendencia de la captación de perfiles tecnológicos y de investigación no se debe restringir, porque eso supone paralizar el desarrollo de un país". En relación con lo anterior, muchos expertos anuncian impactos negativos en la cultura emprendedora de EEUU, así como en el progreso de sus hubs tecnológicos, quizás los más punteros a nivel mundial.
¿'Brexit', oportunidad para España?
Según el estudio Ranking Global del Ecosistema Startup 2017, Reino Unido es el tercer mejor ecosistema del mundo para el desarrollo de startups y, de hecho, Londres es la ciudad europea que aglutina un mayor número de estas iniciativas. No obstante, tras el Brexit, las dudas sobre si mantendrá esta hegemonía resurgen más que nunca. Como reconoce Camilla Hillier-Fry, socia de PeopleMatters, "ya se están notando las repercusiones del Brexit, con profesionales saliendo del país para irse a otros de la Unión Europea que les ofrezcan garantías de libertad de movimiento". En relación con lo anterior, desde la Confederación Española de Asociaciones de Jóvenes Empresarios, recalcan que este proceso puede traducirse en una fuga de startups hacia otras capitales del Continente, como Ámsterdam o Berlín. Por su parte, otros organismos ponen también el foco en el país vecino Irlanda como un excelente mercado alternativo.
Por otra parte, y aunque en los últimos años han sido muchas las voces que apuntaban a Alemania como nuevo eje neurálgico del emprendimiento europeo, derrotando así a Reino Unido, lo cierto es que el país germano tendrá que lidiar ahora con España, según apuntan los principales agentes del ecosistema nacional. Así, Gazarian cuenta que "el Brexit abre posibilidades a otros países. A algunos, de hecho, les está beneficiando, España entre ellos. Debido a la incertidumbre, muchas empresas han optado por mover parte de sus sedes y empleados fuera del Reino Unido y eso fortalece la posición de Estados como España o Portugal". Asimismo recalca Megías: "Nuestro país tiene una ocasión brillante para captar talento internacional: Trump, por un lado, endureciendo fronteras y estableciendo un mercado regulado; y por otro, el Brexit, que va a suponer también nuevas fronteras. Hay una cierta pugna por establecerse como nicho de talento y capital financiera del momento, y Madrid está peleando por ello".
Sea como fuere, lo cierto es que las medidas proteccionistas -según la Organización Mundial del Comercio, desde el inicio de la crisis económica los Gobiernos del G20 han impuesto 3.581 normativas de esta índole- impactan en decisiones de inversión y crean incertidumbre entre las empresas, sobre todo entre las startups, por su flujo internacional.
En definitiva, como indica Javier Serra, director general de Internacionalización de la Empresa en Icex España Exportación e Inversiones, "en el comercio internacional, que no es un juego de suma cero, sino un ejercicio de competencia y especialización en el que todos salimos ganando, si las tentaciones proteccionistas se generalizan, todos perderemos".
¿Cómo afectarán estas medidas al movimiento de los trabajadores?
Otro de los ámbitos en los que una posible era proteccionista afectaría de lleno es en el de la movilidad laboral. En las empresas con sede en más de una región o que están inmersas en procesos de expansión o instalación en determinados Estados, surge la duda ahora de si van a poder seguir promoviendo el movimiento de sus trabajadores. "La tendencia de la época es la restricción de la movilidad. En algunos países se percibe que los extranjeros han entorpecido el crecimiento. Lo que queda ahora es ver si todo esto afecta a las empresas y a las personas con poca cualificación", explica Gazarian.
De lo que no cabe duda es de que estas decisiones van a tener un impacto en aquellos países que limiten esta práctica empresarial tan extendida. En este sentido, como señala Hillier-Fry, "una compañía tendrá menos interés en operar en un país donde no puede destinar a los directivos para dirigir o establecer el negocio, a los técnicos expertos para formar al personal local, o a los ingenieros para obras que requieran expertise profesional, que de hecho es parte de la ventaja competitiva de la empresa".
Ello puede ocasionar cambios en los flujos de trabajadores cualificados que se han establecido a nivel internacional, ya que aunque el Continente europeo y Estados Unidos se mantienen como destinos principales en este sentido, lo cierto es que, según indica Hillier-Fry, "esta tendencia puede empezar a cambiar con el auge económico de algunos países asiáticos".
Otra de las posibles consecuencias que más preocupa a los expertos en movilidad laboral hace referencia a la poca confluencia que habrá entre los países: "Si los mercados se cierran a las personas acabaremos hiperespecializando cada zona del planeta. Ahora, tenemos capacidad y permeabilidad para iniciativas empresariales. Si cerramos más las fronteras, los proyectos innovadores ya no inspirarán a otros en otras zonas?, concluye Juan Millán, socio de Gedeth Network.