El modisto Lorenzo Caprile habla de sus inicios, de su trayectoria profesional, de las dificultades a las que se enfrentan quienes quieren levantar un negocio propio y de la situación actual.
Conocido como uno de los más prestigiosos diseñadores de vestidos de boda de alta costura, Lorenzo Caprile es también un empresario que levantó su propia empresa. En esta faceta de emprendedor, considera que las mayores dificultades están en la rigidez del mercado laboral. "Hoy, el defender un trabajo para toda la vida, está pasado de moda", afirma.
¿Quién es Lorenzo Caprile?
Nací el 2 de agosto de 1967 en Madrid. Vengo de una familia empresarial. Mi abuelo Emilio fue el fundador de FEMSA, que fue una de las grandes empresas del franquismo. Y yo estoy muy orgulloso de decirlo. Tenía franquicias por toda España. Luego en la crisis de los años 60, mi familia fue pionera de vender esa empresa familiar a una multinacional alemana Bosch.
Nacido en Madrid, pero su apellido es italiano...
Sí, porque mi abuelo Caprile llegó a España a finales de la Guerra Civil con unas ideas muy innovadoras y empezó a fabricar material de coche en España antes de que se fabricasen coches en España. Si mi apellido hubiera sido otro, tampoco me lo hubiera cambiado. Aunque de las pocas cosas que me arrepiento es de haber puesto a mi firma Lorenzo Caprile.
¿Por qué?
Te ata mucho y levanta muchos prejuicios. Te quita, además, mucha libertad de acción. Y luego en un momento dado si tengo que traspasar mi marca, tu nombre y el de tu familia va a seguir ahí.
Estudia Lengua y Literatura en Florencia. ¿Y cuándo surgió su interés por la moda?
Pero lo estudié después. Mientras ya estaba trabajando en Italia como tenía la espinita de seguir estudiando, y es un poco una vocación frustrada... pues me he ido sacando la carrera como he podido. He tardado muchísimo, como 20 años.
¿Por qué da el salto como emprendedor?
Fue muy casual todo. Estamos hablando del curso 93-94. En ese momento yo acaba de debutar con el vestido de Carla Royo Villanova. Este vestido fue un bombazo y novedoso. Cambió muchos conceptos que se tenía del vestido de novia en aquel momento. Y entonces, empezaron a surgir muchos encargos. Mis primeros encargos los hice apoyado en un taller y cuando vi que me empezaron a llover encargos, ya me plantee montar mi pequeño taller. No fue un plan de negocio. Solo fue intención.
¿Qué les recomienda a los jóvenes emprendedores en el sector de la moda?
Mucha paciencia, mucho tesón y muchísimo trabajo, pero sobre todo que no se dejen impresionar por los cantos de sirena de esta profesión porque hay muchos. Es decir, la fama fácil, el colorinchi, las revistas, la fiesta, la famosa que te dice que te va a promocionar y no es así... todo eso son cantos de sirena. Y al final el que te levanta tu negocio, es el cliente anónimo.
¿Pero sí que es cierto que el salto a la fama lo tuviste con el vestido de Carla?
Si lo que pasa que eran otros tiempos, en ese sentido, esos años fueron de inocencia para este sector. Todo ese tipo de madrinas en estos momentos está más que tasados y tienen un precio. Nadie te regala nada en estos momentos.
¿Se aprovechan las famosas de los diseñadores a la hora de organizar sus fiestas diciendo que van a vestir de una firma?
No es que se aprovechen, es que hemos entrado en una dinámica en la que, en teoría, todos nos beneficiamos de ese impacto mediático. Viene bien a las firmas, sí, pero no es imprescindible. Por mucho que tengas unos rostros conocidos luciendo tu ropa, sí en el día a día no cumples con tu clientela de verdad, eso no sirve para nada.
¿Con qué problemas se encuentra un emprendedor que quiere poner en marcha un estudio de alta costura?
Con todos. La contratación está muy en bragas, porque este sector y, en especial todo el sector de la moda, es un sector muy de temporadas por lo cual hablar aquí de contratos indefinidos para toda la vida pues es muy complicado. Hay meses en los que te faltan manos y otros meses te sobran porque no hay trabajo.
Y esa es la gran asignatura pendiente de este país. Tenemos un mercado laboral muy rígido. Hoy en día puedes hasta cambiar de sexo, porque ahora nada es eterno. Tenemos libertad de cambiar nuestra vida. Sin embargo, cuando llegamos al mundo laboral, todavía siguen defendiendo un trabajo para toda la vida.
Y es ridículo, eso está pasado de moda. La libertad tiene que ser en todo y no sólo en lo que a mí me interesa. Cuando hablamos de dinero, ahí somos más proteccionistas que Franco.
Yo estoy harto de que en España los que creamos riqueza, seamos los malos de la película siempre. Nos tratan peor que a criminales. Y los buenos, la víctima, es el pobre trabajador, que es eso otra cosa que no entiendo de estos nuevos jóvenes de la izquierda.
Clase de trabajadoras dicen... ¿a qué te refieres con eso? Porque yo no conozco a nadie de mi círculo que no se levante a las 6 de la mañana y se acueste a las 10 de la noche. Porque ese mundo de rentistas, es de museo de arqueología. Aquí todo el mundo trabaja como el que más, con la lengua fuera.
¿Cuántos trabajadores fijos tiene?
Una decena. Y en temporada alta, tenemos una agenda de oficialas muy cualificadas que en función del trabajo las vamos llamando. Y es lo que pasa en la mayoría de empresas, porque somos un país de temporadas.
Y de repente, se asoció con Rosa Clará y Pronovias. ¿Qué aporta a un empresario una alianza como estas?
Si tuve mi nombre bajo licencia con los dos grandes grupos. Mi experiencia con los dos empresarios fue maravillosa. Son dos grandes empresarios. Cada uno a su estilo, pero dos tiburones empresariales en el buen sentido de la palabra.
Fueron dos etapas preciosas y me sirvieron para aprender. Me confirmó la idea de que pret-a-porter no era lo mío. En Rosa Clará fue en los años 2000, trabajamos con un año de antelación... y estuve tres temporadas. Con Pronovias fue 2007-2009.
¿En qué se inspira?
Mi fuente de inspiración es la persona que tengo delante. Mi objetivo es que esa persona esté espectacular y se sienta favorecida. Para eso hay muchos trucos profesionales. Es poner todo lo que yo sé al servicio de la persona. Lo que queréis todas son 10 kilos menos, 10 cm más y 10 años menos.
¿Dónde estudiaste?
Mi experiencia fue gracias a mis trabajos, primero como becario, y después con mis experiencias profesionales. Pero mi aprendizaje comenzó primero en Fashion Intitute of Technology de Nueva York y después en el Politécnico Internacional de la Moda de Florencia. Pero esta profesión se aprende trabajando. Guardo un bonito recuerdo de mi paso por Cadena y de su fundador que ya ha fallecido.
En un mundo cada vez más competitivo como el la moda y diseño, ¿qué hace Lorenzo Caprile para diferenciarse del resto? ¿Qué diferencia a Caprile de otros diseñadores Marca España?
Yo no me considero marca España, porque soy un producto muy local. Me atrevería a decir madrileño. No soy tan presuntuoso para considerarme Marca España. Además, ahora mismo la Marca España la hace Zara, Mango, Desigual, Rosa Clará y Pronovias. La moda de autor, no es marca España para nada. Pasa Guadarrama y nadie sabe quiénes somos. Estar en primera división es muy complicado.
¿Cómo quiere que se le conozca o que se le recuerde?
Como alguien fue coherente a su manera de pensar. Ahora mismo es lo que más admiro de las personas. En estos días vemos que es algo escaso. Un día decimos una cosa, y esa misma tarde otra según nos convenga. Y yo en ese sentido, he intentado mantenerme muy coherente con mis principios. Por eso no estoy en asociaciones ni en Cibeles, porque siempre he estado en contra de que la moda este subvencionada. Me da igual si por el Ministerio, Feria de Madrid, Comunidad o Ayuntamiento.
¿Cuánto factura al año?
Eso no te lo voy a decir.
¿Nota Caprile la crisis?
Nosotros no la hemos notado, porque somos muy pequeños. Estamos hablando de 70 bodas al año. Eso en el porcentaje nacional es menos que nada, con lo cual, no la hemos notado. Sí que estamos notando este año esa incertidumbre en el panorama político porque el dinero es muy cobarde. Está siendo una temporada dura y complicada, porque es lógico. Hablas con cualquier negocio de lujo, y te dirá lo mismo. Nadie sabe que va a pasar.
¿Y qué quiere que pase?
Soy muy contradictorio. Por un lado, como empresario, lógicamente me gustaría ese coalición nacional de la que se habla tantos, pero por otro lado sé que estos jóvenes de Podemos hasta que no lleguen al poder no van a parar,; a lo mejor está bien que estén cuatro años y nos demos cuenta de cómo es un gobierno de este tipo.
Si a mí todo lo que dicen, me encanta. Si tienes un hijo, 7 meses de baja y te pago el sueldo. Guardería gratis para todos. Cualquiera pasa por la frontera de España y le cuidas y le das de comer. Todo gratis. ¿Quién va a estar en contra de eso cuando todos somos seres humanos? Mi duda es ¿quién paga todo eso? Va a llegar un momento en que 2 millones de personas trabajaremos para 22 millones. Y claro, no salen las cuentas.
¿Diseña para crisis?
No, porque la crisis, la gorda de estos años, no la hemos notado casi. Poníamos atención en los presupuestos. No hemos bajado los precios, porque soy de los que piensa pan para hoy, hambre para mañana. Y además, me parece de sinvergüenzas porque aquí vienen muchas personas de la misma familia. A mi prima le cobraste hace cinco años 5. Y a mí ahora 2,5. No es justo cuando el vestido y el servicio sigue siendo el mismo. ¿Entonces qué vale su trabajo 5 o 2,5? No creo en las bajadas de precios. Solo hemos hecho pequeñas subidas.
¿Viste más la derecha o la izquierda española?
Más a la derecha, aunque por aquí han pasado también grandes iconos de la izquierda. Además es que para mi pandilla de la derecha, soy el rojo, y para la de izquierda, soy el facha. O sea que si pasa algo grave en este país, me pillan por todas partes.
Su nombre ha aparecido vinculado al de la corrupción por casos como el de la trama Gürtel. ¿Es esto bueno o malo para usted que se dedica a su trabajo y que nada sabe de si se paga con dinero público o privado?
Para nada, porque lo has puesto de una manera súper dramática. La mujer de Correa nos encargó un vestido pues vale, y ese ha sido el caso más mediático, pero te podría dar muchos más nombres que no han salido a los medios. Si en todos los negocios de este país, tuviéramos que preguntar la procedencia del dinero con el que nos pagan pues cerraríamos la mayoría. Y sino, que se lo pregunten a los chicos de Podemos con que están pagando todo, cuando han salido de estar acampados en Sol.
