Aumentar la competitividad de la economía española y madrileña mediante la creación de un marco favorable para el desarrollo de la actividad empresarial, es el objetivo del Plan 400 K. Un programa de 215 medidas, con especial incidencia en la rebaja de impuestos y de los costes laborales, que ha sido elaborado por la patronal madrileña CEIM para crear 400.000 empleos en los próximos cuatro años: 50.000 en el primer año de implantación y 75.000, 125.000 y 150.000, respectivamente, en los tres posteriores.
El presidente de CEIM, Juan Pablo Lázaro, acompañado por los responsables económicos de la organización empresarial presentaron ayer el Plan, que ha sido remitido a la patronal CEOE y que constituye la "hoja de ruta" que los empresarios de Madrid han presentado a todas la fuerzas políticas e instituciones de la Comunidad.
Batería de propuestas
La batería de propuestas que conforma el 'Plan 400 K', está dividido en una docena de grandes áreas de actuación que abarcan los ámbitos laboral, fiscal, de competitividad, I+D+i, internacionalización, formación, educación, energía, industria, comercio, turismo, transportes, urbanismo y sanidad.
En materia laboral el Plan plantea, la reducción de un punto en la cotización a la Seguridad Social para las empresas que en un año creen empleo neto superior o igual al 1% de su plantilla; además de facilitar la sustitución del personal de mayor edad, evitando la penalización de la salida de quienes tienen ya cubierta su carrera de cotización, aunque no tengan la edad legal de jubilación, siempre que se sustituyan por la contratación de un desempleado.
Novedosa es la propuesta de aprobación urgente de una ley de protección a la maternidad que establezca un año de excedencia para el cuidado de los hijos con prestación a cargo de la Seguridad Social eliminando la actual reducción de jornada obligatoria. Como también lo es la limitación de los plazos de la incapacidad temporal, de modo que en seis meses se determine si procede el alta o el paso a la invalidez provisional o definitiva.
Estas propuestas se acompañan de otras más generales como la reducción de las modalidades de contratación, la creación de una tarifa plana en contratación para las pymes, la flexibilización de jornada y funcional o la reducción de la representación sindical en las empresas.
Reforma fiscal ambiciosa
En materia fiscal las propuestas del Plan 400 K van encaminadas a desarrollar una política fiscal "incentivadora y no penalizadora" de la actividad empresarial.
Para ello se demanda a los responsables políticos acometer una más ambiciosa reforma fiscal con "una reducción más decidida de impuestos" especialmente en el IVA, IRPF y Sociedades.
Se pide también eliminar el Impuesto sobre Actividades Económicas; contemplar un tratamiento fiscal especial para las pymes en el Impuesto sobre Sociedades y para los autónomos en el IRPF, con tipos reducidos, más deducciones y bonificaciones; establecer deducciones en el IRPF y Sociedades a los empresarios que reinviertan el beneficio en el negocio; recuperar las deducciones fiscales por inversiones medioambientales; suprimir definitivamente el Impuesto sobre Patrimonio y eliminar el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones a nivel del Estado.
Al margen de los ámbitos fiscal y laboral el Plan demanda también la defensa de la unidad de mercado y el cumplimiento efectivo de los plazos de la Ley de Morosidad.