
Hace ya un tiempo que el Gobierno se congratula por la reactivación económica. Pero entre los que buscan trabajo, los empleos tardan en concretarse.
La sensación de parálisis es una cuestión de magnitudes. El nivel de desempleo es tal que cualquier cifra de creación de empleo estimada para 2015 -ya sean los 348.200 puestos previstos por Guindos o los 130.000 que estima el FMI- suenan a cantos de sirena y esperanza.
Pero, teniendo en cuenta que en el tercer trimestre de 2014 se registraron 5.428.000 parados, estos datos esperanzadores significan que uno tiene entre un 2 y un 6 por ciento de posibilidades de conseguir empleo. Y probablemente se trate de uno precario y mal pagado. Chimpún.
Así que no es de extrañar que el Gobierno busque incentivar el emprendimiento y la contratación de la pyme. Y que se hagan esfuerzos ingentes por mantener el ánimo optimista entre los desempleados que ya desesperan con fundamento.
"Marketing facilón"
Pero con tanto marketing facilón no se consigue retener el talento y los cerebros que emigran llevándose con ellos la inversión pública en su educación y su capacidad de generar empleo de calidad remunerado.
En cualquier caso, el contexto tiene contenta a la Sra. Merkel. Nuestro sobre-endeudamiento no nos impide seguir siendo un destino turístico de interés europeo. Un país agradable y seguro en el que el volumen de potenciales compradores de productos alemanes es significativo. Y que le puede dar unos cuantos votos de respaldo a sus decisiones pan-europeas. Un país tan ocupado con su corrupción interna y sus infantilismos políticos que pone menos esfuerzo del que le compensaría en acuerdos internacionales. Estas estadísticas y datos positivos de Merkel con relación a España sí que se transforman en beneficios tangibles para Alemania.
Así que, obviamente, será un honor para ella venir a inaugurar la campaña electoral del Sr. Rajoy. Un Ja Sager (individuo propenso a decirle que sí), que entiende que la Sra. Merkel sí que se ha mostrado capaz de ofrecer empleo cualificado para los cerebros españoles, aunque sea a beneficio de su propio país.
María Millán, consultora en estrategia