
"Lo peor es creerse el tópico de que la franquicia es una salida al desempleo". Eduardo Tormo emplea esta premisa para lanzar una advertencia: "Puede parecer una salida fácil, pero no es para todos". Este empresario de consultoría de franquicia tiene claro que ésta es una forma como otra de hacerse empresario, pero hay que tener en cuenta los riesgos que eso supone.
Tormo hace estas declaraciones después de conocer dos casos en los que las divergencias entre franquiciador y franquiciado han dejado un sabor, digamos que agridulce, entre ambas partes.
Un sector, el de la franquicia, con peso en el mapa empresarial español. Tormo Franchise Consulting señala que hay 852 redes de franquicia que contaban con 51.911 establecimientos a finales de 2012, que mueven una facturación de unos 18.000 millones de euros y que suponen 325.017 puestos de trabajo.
Tino González
Tino González. Cadena de zapaterías española con sede en Madrid. Uno de sus franquiciadas se pone en contacto con elEconomista y cuenta que la empresa ha decidido "romper de forma unilateral el contrato con todos los franquiciados". Explica que la compañía, inmersa en un plan de expansión por Portugal y Sudamérica, le ha comunicado que "han presentado preconcurso de acreedores y han decidido cerrar la mitad de sus tiendas propias y todas las franquicias".
"Nos han cortado suministro, justo ahora que empieza la nueva temporada. Y la explicación que nos dan es que han crecido mucho, pero que les han cortado las líneas de crédito y que se han quedado sin dinero para comprar calzado a China", nos dice con tono de indignación. El caso es que los 120.000 euros invertidos hace apenas diez meses -cuando el contrato tenía una vigencia de cinco años- parece haberlos dado por perdidos.
La indignación se torna en absoluta tranquilidad cuando el interlocutor es Óscar Alcázar, director general de Tino González, que desmiente casi todo lo dicho con anterioridad. "La ventas nos han bajado, sí, pero el peso de los franquiciados apenas supone un 3% de la facturación. De las 110 tiendas que tenemos, apenas seis son franquicias ", dice. A cierre del ejercicio finalizado el 31 de enero de 2012, la sociedad tenía 60 tiendas propias y 14 franquicias . La empresa dejó entrar en su capital a Atlas Capital, "lo cual ha supuesto un hito fundamental a partir del cual la Sociedad ha acelerado su proceso de crecimiento, como lo demuestra el hecho de abrir 13 nuevas tiendas en el ejercicio, fundamentalmente en centros comerciales de primera categoría en España". La decisión de esta ubicación no parece casual si tenemos en cuenta que la sociedad recibió en el ejercicio finalizado el 31 de enero del año pasado dos subvenciones de esos centros comerciales por un importe de 482.400 euros "destinados a la remodelación y obras de adecuación en los locales arrendados".
Crisis e impagos
Según explica Alcázar, los problemas entre las partes se resumen en una frase: "Cuando un franquiciado deja de vender lo que hace de inmediato es dejar de pagar al franquiciador. Y eso hace que se ensucie la relación entre ambas partes. Así que hay dos o tres franquiciados a los que tenemos en el juzgado por impago, pero con uno la seguimos manteniendo".
Eduardo Tormo aclara que toda central tiene la obligatoriedad de mantener el suministro a sus franquiciados. "Ahí no hay lugar a excusa", dice. Pero matiza que si el franquiciado está incumpliendo pagos, entonces puede hacerlo, "aunque tiene que estar todo muy bien documentado".
Óscar Alcázar defiende a la empresa para la que trabaja. "En cuanto dejan de pagar, les dejamos de servir, es lo normal. Lo que no pueden hacer es incumplir y encima reclamar". Habla de asumir responsabilidades y señala que si han invertido, es "cosa suya, ya que nadie les obligó a firmar nada".
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