Ni las consecuencias de la crisis económica, ni la inestabilidad política, han mermado las ganas de los emprendedores españoles de poner en marcha nuevos proyectos. El ecosistema startup español vive ahora un momento dulce: las grandes compañías están convencidas de la necesidad de apoyar las nuevas iniciativas empresariales, las Administraciones están cada vez más comprometidas con el sector y los propios emprendedores trabajan conjuntamente en la consolidación de este caldo de cultivo. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Gestión y Desarrollo Exterior
Sin embargo, posicionar a España en el mapa startup mundial requiere de apoyos financiaros y, por lo tanto, de la confianza de los inversores. En este sentido, la Asociación Española de Capital, Crecimiento e Inversión (Ascri) publicaba recientemente su informe anual, el cual arroja unas cifras muy positivas en cuanto a inversión en empresas españolas que se encuentran en sus primeras fases de desarrollo -semilla, arranque, expansión en startups y late stage-. En concreto, esta cantidad superó los 659,4 millones de euros, lo que representa un crecimiento del 83% con respecto a 2014.
En este contexto, quienes toman el papel protagonista son los fondos de venture capital -de ahora en adelante, capital semilla-, que durante 2015 batieron récord de inversión en compañías españolas. En total, alcanzaron un volumen de 534 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 86% sobre 2014, lo que se explica por el impulso de los fondos internacionales. Concretamente, estas entidades extranjeras aumentaron su inversión en compañías españolas un 152,6% -especialmente gracias a su participación en rondas b y de fases posteriores-, llegando a los 388 millones de euros -cifra que supone la mejor de la serie histórica, así como un 73% de la inversión total del capital semilla-.
"Esto es una demostración de que las startups en las que los fondos nacionales invertimos primero, ahora son de interés internacional", cuenta Javier Ulecia, presidente de Ascri. Además, explica que "hace tres años era mucho más raro ver a estos inversores apostando por España. Hacían falta casos de éxito para que perdieran el miedo".
Precisamente, de estos triunfos habla Liz Fleming, vicepresidenta internacional de South Summit, en su estudio The EUnicorn economy: opportunities for Spain, en el que destaca casos como los de Idealista, Trovit, La Nevera Roja, Wallapop o Cabify. En este sentido, Ulecia explica que "lo importante no es tanto fijarse en las compañías que reciben inversión, sino en las que se venden, como Privalia o Ticketbis, que han sido adquiridas por grandes cantidades y que han permitido a los inversores hacer patrimonio".
Además, entre las razones por las que nuestras startups son atractivas para el capital extranjero, Fleming explica que estas "son buenas y baratas, a lo que se suma que el coste de operar con una empresa tecnológica en España es bastante menor que, por ejemplo, en Reino Unido". A esto añade que "tenemos muy buenos ingenieros a unos costes más accesibles que en otros países de su entorno, contamos con facilidades para llegar a mercados latinoamericanos, y, por último, nos faltan fondos que inviertan en series b, por lo que muchos inversores internacionales han apostado por cubrir este vacío, ante la falta de competencia".
Si tenemos en cuenta la gran evolución que ha experimentado la inversión de los fondos de capital semilla -nacionales e internacionales- en las compañías de nuestro país, Fleming explica que aunque "ha crecido mucho, lo cierto es que partía de una base muy baja. Así, dado el PIB de España, y en comparación con otros países europeos como Francia, Alemania o Reino Unido, deberíamos estar invirtiendo alrededor de los 500 millones de euros al año para tener un sector tecnológico consolidado". Algo con lo que está de acuerdo Ulecia, que opina que "estamos lejos de lo que ocurre en estos países, por lo que hay mucho margen de mejora".
Consolidación del ecosistema
Independientemente de la evolución que siga este tipo de inversión, lo que ya se puede afirmar es la consolidación del ecosistema startup en nuestro país. De este modo, si se consideran los datos arrojados por Ascri, durante 2015, hubo 38 empresas más que recibieron financiación de capital semilla por primera vez y su volumen de inversión creció hasta los 206 millones, frente a los 73 de 2014. En este sentido, Ulecia cuenta que "somos una industria muy joven y el mundo de la startup y de la inversión está en fases iniciales". Sin embargo, el presidente de Ascri destaca que "los emprendedores, los inversores y la Administración nos estamos empezando a creer que podemos lanzar grandes compañías. Aunque somos jóvenes, gracias a casos de éxito y referencias, estamos demostrando que proyectos que triunfan llaman a otros".
A esto, Fleming añade que "España está muy bien posicionada, porque cuenta con un sector tecnológico de alto nivel que compite internacionalmente. En Europa están emergiendo varios hubs de emprendimiento como Londres, París, Berlín, Helsinki y, por qué no, Barcelona y Madrid podrían estar entre ellos". Además, añade que su deseo es que, en España, "las grandes empresas del Ibex lleguen a ser mayoritariamente compañías jóvenes del sector digital y de menos de 15 años".
Economía sólida y ágil
Para ello, tal y como apunta la vicepresidenta de South Summit, se requiere "una economía sólida, ágil, innovadora y competitiva a nivel internacional". Una realidad hacia la que hay que ir avanzando sin prisa pero sin pausa y afianzando las mejoras que el ecosistema empresarial y económico de nuestro país da en ese sentido.