
La ecología crece en el olivar español. En las estribaciones de Sierra Morena, en el corazón de Andalucía. Y lo hace de la mano de Blanca Sánchez Ramade y Gutierrez de Ravé, una joven empresaria, decidida a elevar el producto a la máxima categoría para su comercialización no sólo en los mejores restaurantes españoles y tiendas gourmet, sino también para su exportación a Europa, Estados Unidos e incluso mercados emergentes de Latinoamérica. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Alimentación
Es lo que ella misma define como "puro zumo de aceituna de nuestro olivar ecológico", al que ha puesto la marca 2B. Para ello, cuenta con una finca de 40 hectáreas, comprada hace cuatro años, entre las localidades de Almodóvar del Río y Posadas, en la provincia de Córdoba. Una finca que es el resultado de una adecuada integración de varias actividades -agricultura y ganadería ecológicas, y explotación cinegética- y que cuenta con una almazora en propiedad, equipada con la más alta tecnología, y donde se lleva a cabo la molturación de la aceituna.
"En Aceites 2B los protagonitas son nuestros olivos ecológicos, con la única finalidad de producir aceite de oliva virgen extra ecológico de calidad excepcional, sin el uso de productos químicos de síntesis, para garantizar la ausencia de contaminantes en el aceite, la protección de los recursos naturales, y un máximo cuidado de la salud", explica Blanca Sánchez Ramade. La empresaria y fundadora del proyecto asegura que "amparados por nuestra política de calidad y excelencia, llevamos a cabo una recolección temprana, estableciendo unos parámetros para la misma de lotes homogéneos de fruto". Con el objetivo de obtener además la máxima complejidad sensorial y nutricional se realiza, asimismo, una extracción en frío "que permite obtener la mayor expresión de nuestros zumos de aceituna".
Diseño en los envases
Aceites 2B presenta sus coupages en envases oscuros de cristal y opacos de lata, para conservar de la forma más eficiente la calidad y composición de su aceite virgen extra ecológico. Todo, según cuenta Sánchez Ramade, "con un diseño armonioso e inspirado en las nuevas corrientes vanguardistas de un sector tan apasionante como es el del aceite de oliva virgen extra". La empresa ha apostado para la venta de sus aceites por dos gamas distintas. Por un lado esta 2B Blanquita, un aceite elaborado especialmente para el consumo infantil y completo de antioxidantes, de toque más suave y muy útil también, según la fundadora de la empresa, para su uso en repostería.
Por el otro, está también 2B Premium, un aceite con más cuerpo, más potente. "Es puro zumo de aceituna ecológica que nace del cuidado y del cariño que sentimos por nuestros olivos de la variedad arbequina, picual y lechín; es un aceite que conquista el paladar", explica de forma apasionada Blanca Sánchez Ramade.
La elaboración de este aceite de altísima calidad es posible, entre otras razones, por la idoneidad del clima y las peculiaridades del ecosistema de la zona. "Aceites 2B resume a la perfección la armonía entre lo ancestral del campo andaluz y la incorporación de las más modernas técnicas de producción. La excelencia es nuestra premisa", sentencia Blanca Sánchez Ramade, que ha conseguido ya varios premios y reconocimientos.
Reconocimiento internacional
En la última campaña su aceite fue calificado como el mejor ecológico del mundo en un concurso en Nueva York y recibió también la medalla de oro en otra competición en Japón. Todo ello además de ser seleccionada para la guía 2016 del Flos Olei, guía internacional de los mejores aceites del mundo.
"Son galardones que pese al poco tiempo que llevo con este proyecto, muestra la calidad del aceite, y cómo estoy haciéndome un hueco dentro de los mejores del mundo bajo la marca 2B". Un proyecto nuevo y arriesgado, pero con gran futuro en un sector predominantemente masculino, con pocas mujeres y sin apenas jóvenes. "Creo que por eso mi marca tiene ese valor añadido: mujer, madre de familia, joven y emprendedora, y una enamorada del aceite y de los olivos", dice Sánchez Ramade.