
Euskadi cerró el primer trimestre del año con 991.500 personas ocupadas y 74.300 desempleadas, lo que supone 8.500 más y 10.600 menos respectivamente en comparación con los tres primeros meses de 2024. Así, el índice de desempleo ha descendido 9 décimas hasta el 7%, según los datos del Eustat.
No obstante, a pesar de esta mejora, un estudio elaborado por Laboral Kutxa advierte de la "alta probabilidad de falta de mano de obra para 2036 en la Comunidad Autónoma del País Vasco". De acuerdo al análisis 'Empleo y Transición Demográfica en la CAPV y Navarra: Horizonte 2036', en la próxima década, el País Vasco no podrá cubrir 171.000 puestos de trabajo, lo que supone prácticamente un déficit del 17% sobre los datos de ocupación actuales.
Y es que en siete de los nueve escenarios proyectados, incluso en aquellos en los que una proporción significativa de las personas de entre 65 y 69 años continúan activas en el mercado laboral, queda patente que el territorio vasco no dispondrá del número suficiente de empleados, tal y como explicó el director del Departamento de Estudios de Laboral Kutxa, Joseba Madariaga, durante la presentación del informe.
Los desajustes entre la población potencialmente incorporable al empleo y el crecimiento de la demanda oscilan entre las cerca de 20.000 y las más de 170.000 personas. Ni siquiera en el supuesto más optimista, con una tasa de empleo del 78% y una creación de puestos similar a la de la última década, se lograrían cubrir todas las potenciales vacantes. Únicamente se alcanzaría "un equilibrio positivo claro" en el supuesto de que la creación de empleo siguiese la senda más contenida y se incluyese en el cálculo una proporción de trabajadores de entre 65 y 69 años, acompañada de una mayor participación laboral femenina y un saldo migratorio positivo, detalló.
El reto demográfico
El análisis llevado a cabo por el departamento de Estudios de la cooperativa de crédito vasca, evidencia "una significativa incorporación de las mujeres" al mercado laboral, pues ya representan prácticamente la mitad del total de las personas ocupadas en la CAPV, pero señala el impacto demográfico que tendrá el envejecimiento de la mano de obra actual y el descenso poblacional, que harán que merme el colectivo de trabajadores en los próximos años.
"Aunque las migraciones netas actuales contribuyen parcialmente a sostener la población, la combinación de baja fecundidad –con un índice de natalidad de 1,3 hijos por mujer– y la alta longevidad– con una esperanza de vida media en la CAPV que ronda los 84 años– está impulsando un acusado envejecimiento demográfico", corroboró Madariaga.
Palancas de ajuste
Mientras que para recuperar el nivel de empleo perdido a raíz de la crisis de 2008 han sido necesarios hasta 15 años, no se sabe cuánto tiempo hará falta para subsanar la brecha que ya está comenzando a generarse entre las necesidades productivas de las empresas y el número de personas demandantes de empleo.
Eso sí, desde la entidad alertan de que para paliar esta pérdida, mantener la base industrial, avanzar en servicios de alto valor y responder a los retos de una economía envejecida, es preciso actuar en tres direcciones: fomentar la continuidad laboral de los trabajadores sénior, atraer y retener la migración y acelerar los programas de recualificación profesional.
La primera palanca de ajuste, según indican desde Laboral Kutxa, sería la prolongación de la vida laboral. Extender la edad activa hasta los 69 años supondría cubrir 70.000 puestos más en la hipótesis más optimista con una tasa de empleo del 78%. La segunda palanca se activaría mediante el saldo migratorio, ya que "una diferencia de 5.000 entradas o salidas netas anuales puede modificar de forma notable el resultado final". Y, el tercer factor radicaría en la productividad. Aunque este supuesto no se incluye entre las nueve combinaciones analizadas, el informe señala que, "si la productividad por hora trabajada creciera más de lo registrado en la última década, parte de la demanda adicional de empleo podría absorberse".
En definitiva, el estudio llevado a cabo por el departamento de estudios de la entidad crediticia confirma que "la ecuación entre número de empleos y número de trabajadores ya no se resuelve únicamente mediante el ciclo económico". Según Madariaga, "a partir de ahora, cualquier estrategia de empleo en la CAPV tendrá que integrar de forma estructural variables demográficas, educativas y migratorias si se quiere llegar a 2036 sin que la escasez de mano de obra frene el desarrollo".
Adopción de políticas proactivas
El informe de Laboral Kutxa señala que la estructura del empleo es claramente terciaria. Destaca el peso creciente del empleo asalariado y una importante contribución del empleo público, pero además un descenso de las horas trabajadas y una pérdida de impulso de la productividad.
"La adopción de políticas proactivas y la colaboración entre el sector público y privado serán fundamentales para garantizar la sostenibilidad del mercado laboral y la competitividad de la economía territorial", sostiene, y concluye que el País Vasco puede "liderar la nueva ola europea de prosperidad" si articula "un pacto social que transforme la longevidad en ventaja competitiva" y ponga en valor que "el tejido cooperativo, la cultura industrial y la solvencia tecnológica".