
Era finales del siglo pasado cuando las altas esferas empresariales comenzaron a oír hablar del techo de cristal y la brecha salarial. Dos nuevos conceptos que revelaban una de las realidades más crueles de los últimos tiempos: las desigualdades laborales entre hombre y mujeres. Apenas las féminas se estaban entonces asentando como fuerza en el mundo laboral, tras su tardía incorporación al trabajo después años dedicadas en exclusiva al hogar y al cuidado de la familia.
Así, desde 1999, la brecha salarial en España, en tanto a la diferencia bruta de nómina entre hombres y mujeres, tan solo se redujo en una 50,5%. A este ritmo, necesitaríamos otros 23 años más para equilibrar la balanza, según IX Informe 'Brecha salarial, Suelo pegajoso y Techo de cristal' elaborado por el Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda, Gestha.
Sin embargo, en los últimos años la diferencia se ha reducido de manera más significativa, en concreto un 3,7% en 2023, aunque el mayor avance al respeto se produjo con las medidas de protección salarial durante el confinamiento en 2020 (con una reducción del 7,8%).
A pesar de todo, Gestha advierte de que en términos absolutos la brecha ha aumentado en 93 euros anuales: las mujeres cobran casi 5.100 euros anuales menos que los hombres, un 23,9%.
4 millones de españolas no llegan al SMI
Con motivo del Día de la Igualdad Salarial, que se celebra este 22 de febrero, los técnicos de Hacienda señalan en su informe que el salario medio anual es de 21.298 euros para las mujeres y de 26.390 euros para los hombres. Lo más llamativo es que más de 4 millones de mujeres españolas no llegan a cobrar en el conjunto del año el importe del SMI y que su presencia disminuye conforme aumenta el nivel de retribuciones de los puestos de trabajo.
En este sentido, se extrae del informe que son unos complementos salariales "masculinizados" y una segregación por sexos lo que implica menos salarios y prestigio social para las mujeres. Unos extras que retribuyen características "típicamente masculinizadas" como la productividad, la nocturnidad o la disponibilidad.
Desigualdades por complementos
La socióloga de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) Sara Colom llama la atención sobre que la mayoría de las reducciones de jornada las soliciten mujeres, dedicando más horas a un cuidado de los hijos sin remuneración, lo que implica que ellas pierdan salario y ellos puedan seguir cobrando complementos por esa disponibilidad que les facilita el otro cónyuge, en el caso de parejas heterosexuales.
En ese sentido, la abogada laboralista Montse Arcos subraya la paradoja de que las empresas "penalicen" en su progresión en la empresa a las mujeres que buscan medidas de conciliación cuando "acaban haciendo el mismo trabajo que antes, solo que tienen que organizarse para hacerlo en menos tiempo y poder salir una hora antes".
"Una hora que quizá otra persona gaste tomando café o volviendo más tarde de una comida, pero que se considera trabajo porque al final se trata de estar muchas horas y muy disponible", reflexiona.
Por todo ello, las expertas llaman a "repensar el paradigma" y hacer un "cambio de mentalidad" sobre el diseño de los complementos ligados a la presencialidad y la disponibilidad. Así, proponen que en las negociaciones colectivas se plantee la necesidad de premiar otros elementos como la formación continua, la eficiencia o la capacidad organizativa.
Diferencias de hasta un 19% por sectores
De otro lado, la brecha salarial varía de forma muy significativa entre sectores de actividad, con diferencias que van desde un 5% hasta un 19% entre hombres y mujeres que sólo se diferencian en el sector en el que trabajan. De manera general, las mayores brechas se encuentran en aquellos sectores con mayor proporción de hombres.
Así donde mayor desigualdad existe es en el de las Entidades Financieras y las Aseguradoras, con una brecha de 16.537 euros anuales. Le sigue el sector de Información y Comunicaciones (8.294 euros) y el de Servicios a las Empresas (7.169). Según el informe, la actividad con menor brecha salarial es el de Construcción y Actividades Inmobiliarias, con 1.118 euros de diferencia. Muy lejos se encuentran Agricultura, Ganadería, Silvicultura y Pesca (3.918 euros) y Otros Servicios Personales y de Ocio (3.928 euros).
"La igualdad no es solo que las mujeres ocupemos puestos de trabajo que se reservan a los hombres, que desde luego que sí, sino también que veamos a los hombres ocupando trabajos feminizados. Igual así, y es triste, empezarían a tener más prestigio social y mejor sueldo", apunta la secretaria de Mujeres y Políticas LGTBI de CCOO, Mentxu Gutiérrez, a la agencia EFE.
Según el cálculo de UGT, y a pesar de que la brecha salarial de género ha descendido en España casi un 30 % en la última década -en gran medida impulsada por las subidas del SMI-, si no se toman medidas la igualdad retributiva no se alcanzará hasta 2057, dentro de 32 años.
Por su parte, el secretario general de Gestha, José María Mollinedo, ha abogado por promover "una mayor participación de la mujer en el trabajo y un cambio cultural". El objetivo es que ambos progenitores se impliquen en la conciliación "para romper con la parcialidad y el techo de cristal de la mujer a través de una promoción profesional más igualitaria, cuestiones que deberían formar parte de un Pacto de Estado".