Empleo

La tasa de paro de los sénior alcanza su mínimo histórico desde 2008, situándose en un 9,97%

  • Solo el 20% de las compañías tiene puesto en marcha alguna iniciativa dirigida a la contratación de séniors
  • Aunque actualmente hay cinco millones de personas mayores de 55 años activas en términos del mercado laboral, muchas empresas son reticentes a contratarlas
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Según la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre, la tasa de paro de los trabajadores mayores de 55 años en España se ha reducido hasta un 9,97%, marcando su nivel más bajo desde 2008. Este dato subraya la creciente participación de los sénior en el mercado laboral español, quienes se están consolidando como un colectivo relevante y cada vez más activo en el ámbito profesional. La contribución de los sénior al mercado laboral ha aumentado sustancialmente, reflejando un cambio en las políticas y en el envejecimiento de la población, que promueve una permanencia más prolongada en el empleo.

El envejecimiento demográfico y las recientes reformas de las pensiones han endurecido las condiciones para prejubilaciones y jubilaciones anticipadas, impulsando a los trabajadores a postergar su retiro hasta la edad de jubilación oficial. Esta tendencia se refuerza por la creciente demanda de trabajadores sénior en sectores como la banca, los seguros, la asistencia sanitaria, la industria farmacéutica y el comercio, que han comenzado a diseñar productos y servicios específicos para este segmento de la población.

El último 'III Monitor de Empresas de la Economía Sénior' elaborado por el Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE revela que los trabajadores mayores de 55 años representan ya el 26% de la fuerza laboral en España, una cifra que refleja un aumento de casi 10 puntos porcentuales en comparación con el 16,8% registrado en 2023. El censo anual del INE contabilizó 48.085.361 habitantes en España a finales de 2023, de los cuales 7.324.613 tenían entre 55 y 64 años, un grupo de población que se unirá al colectivo de mayores de 65 años en la próxima década.

Este panorama demográfico ilustra cómo el envejecimiento de la población española impacta en el mercado laboral. Con un 20,1% de la población española superando los 64 años, cada vez más empresas adaptan sus servicios y estrategias para satisfacer las necesidades de este sector creciente, particularmente en la banca, los seguros, la asistencia sanitaria, el ámbito farmacéutico y el comercio. Ante la dificultad de cubrir vacantes y un mercado laboral que se enfrenta a una población cada vez más envejecida, el peso de los sénior se hace cada vez más evidente.

Este cambio responde en parte a las recientes reformas de pensiones que han dificultado la prejubilación y el retiro anticipado, empujando a los trabajadores a permanecer activos hasta los 65 años. Además, el envejecimiento de la población hace que el colectivo de trabajadores mayores de 45 años cobre un papel decisivo en la sostenibilidad del mercado laboral, una tendencia que España espera mitigar, al menos en parte, mediante la contribución de la inmigración.

La captación y retención de talento se ha convertido, por tanto, en un desafío crucial para las pequeñas y medianas empresas (pymes) en España, según un informe reciente del Consejo General de Economistas (CGE) y la Fundación para el Análisis Estratégico y Desarrollo de la Pequeña y Mediana Empresa (Faedpyme). Actualmente, el 62% de las pymes manifiestan preocupación por encontrar los perfiles profesionales que necesitan, una cifra que contrasta drásticamente con el escaso 3% de hace una década. Este creciente reto se suma al envejecimiento demográfico, que también impacta de manera significativa en la estructura del mercado laboral.

El informe revela también que un 19% de las empresas en España ya han adoptado iniciativas específicas para la contratación de trabajadores sénior, mientras que un 40% ha implementado estrategias para retener y gestionar el talento de este grupo. Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre de 2023 refuerzan esta tendencia, con la tasa de paro para los mayores de 55 años reduciéndose al 9,97%, frente al 11,05% del trimestre anterior. Esta cifra marca un mínimo histórico desde 2008 y subraya la creciente presencia de los trabajadores sénior en el mercado laboral.

El edadismo: una barrera persistente para el talento sénior

Pese a estos avances, los prejuicios hacia los trabajadores de mayor edad —conocidos como edadismo— continúan siendo un obstáculo importante. A menudo, se les percibe como menos hábiles tecnológicamente o menos flexibles que sus colegas más jóvenes, limitando sus oportunidades laborales. Sin embargo, este colectivo ofrece una mezcla de experiencia y estabilidad que resulta de gran valor para las empresas. Las políticas públicas de empleo tampoco ofrecen incentivos significativos para la contratación de personas mayores, a diferencia de los programas que benefician a los jóvenes.

El informe "El Edadismo y su impacto en el mercado laboral" de Gi Group Holding destaca que casi el 90% de los españoles reconocen la existencia de discriminación por edad en el ámbito laboral. Además, aunque el 80% de los trabajadores cree que la edad no es un impedimento para ser productivo, un 33% de los jóvenes entre 18 y 34 años piensa que los trabajadores jóvenes son más productivos que los sénior.

Prejuicios y percepción: una brecha generacional

Las actitudes hacia el edadismo también varían por grupos de edad. Según el estudio, más del 70% de los jóvenes entre 18 y 24 años afirman haber sufrido discriminación por su edad en algún momento de su carrera. En contraste, menos de la mitad de los trabajadores de entre 55 y 65 años reportan experiencias similares. Un 6% de los jóvenes asegura haber sentido discriminación directa por parte de las empresas, una situación que resalta la complejidad del fenómeno del edadismo, que afecta a ambos extremos del espectro generacional.

Los trabajadores sénior: una ventaja estratégica para el crecimiento

El Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE destaca las cualidades distintivas de los empleados sénior y su papel clave en el impulso de las empresas. Estos trabajadores se caracterizan por su fuerte compromiso con la organización, lo que favorece una menor rotación laboral y una mayor estabilidad en los equipos. El fenómeno de la jubilación demorada, que ha aumentado significativamente en los últimos años, refleja la vocación de quienes eligen prolongar su vida laboral más allá de la edad legal.

Además, la vasta experiencia acumulada a lo largo de sus carreras los convierte en activos valiosos para la toma de decisiones estratégicas y la resolución de problemas complejos. Su capacidad de adaptación y resiliencia también es notable, como se evidenció durante la pandemia, cuando fueron el grupo que mejor se ajustó al teletrabajo, según el 'III Mapa del Talento Sénior'.

Otra de sus contribuciones relevantes es su papel como mentores para las generaciones más jóvenes, facilitando el intercambio de conocimientos y fomentando la sinergia entre diferentes segmentos de edad. Esta combinación de talentos contribuye no solo a la formación de los más jóvenes, sino también al fortalecimiento del negocio, al aprovechar la experiencia y la innovación.

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