España tiene la mayor tasa de sobrecualificación de la Unión Europea (UE). Lo revela un informe de CaixaBank Research que dice que este hecho es un "reflejo del fuerte desajuste entre los perfiles demandados por las empresas y los ofrecidos por los trabajadores". En concreto, el estudio, elaborado por el analista Sergio Díaz Valverde, revela que el 35,9% de los ocupados con formación superior no trabajan en ocupaciones asociadas a priori con las titulaciones universitarias frente al 23,5% de la eurozona.
El estudio -que abarca el periodo comprendido entre el cuarto trimestre de 2019 y el tercer trimestre de 2023- constata también que la sobrecualificación no solo afecta a los trabajadores de mayor formación, ya que una cuarta parte de los que cuentan con enseñanza secundaria superior trabajan en ocupaciones que requieren una menor cualificación, lo que puede estar relacionado con un efecto crowding out, que es cuando los titulados superiores desplazan a los trabajadores con educación secundaria hacia ocupaciones más básicas.
El problema de la sobrecualificación, señala CaixaBank Research, afecta más aún con mayor intensidad a la población inmigrante, un fenómeno generalizado en la UE y más marcado en España en tanto que el 52,2% de los trabajadores extranjeros en nuestro país están sobrecualificados, siguiendo la definición de Eurostat, frente al 34,5% en el caso de los trabajadores españoles (los porcentajes para la eurozona son del 36,6% para los foráneos y del 22,4% para los nacionales).
El estudio relata que, atendiendo a la categoría ocupacional de los trabajadores, los empleos que en principio requieren más cualificación (directores, gerentes, técnicos y profesionales) han anotado tasas de crecimiento de doble dígito y aumentado su peso sobre el total casi dos puntos, hasta el 35,2%; y los operadores de instalaciones y maquinaria también crecen por encima de la media (6,6%) y mantienen su peso en el 7,8% del total.
Por el contrario, las ocupaciones en las que menos ha crecido el empleo son de cualificación media-baja, ya que los empleados terciarios (servicios personales, de restauración o venta) crecen un 5,6%, hasta el 21,9% del total, tres décimas menos que antes de la pandemia. Asimismo, los empleados administrativos crecen un 3,1% y suponen un 10,1% del total frente al 10,4% de antes del covid); los trabajadores de la industria manufacturera y la construcción lo hacen un 2,4%, hasta el 10,6% versus 11% precovid.
Finalmente, las ocupaciones elementales apenas crecen un 2,1%, hasta el 12% en contraposición al 15,5% previo a la pandemia.
De lo anteriormente comentado, se desprende, según el estudio, que tanto en términos relativos como absolutos, la brecha entre trabajadores más cualificados (que han aumentado en casi 1,1 millones y 2,3 puntos) y trabajadores en aquellas ocupaciones en teoría más cualificadas, con independencia de su nivel de estudios (780.000 personas y 1,7 puntos más), se ha ampliado, "lo que muestra o bien un exceso de oferta de trabajadores cualificados en determinados perfiles o una falta de adecuación de la oferta a las cualificaciones demandadas por las empresas en dichas ocupaciones.
El informe explica también que el número de trabajadores con mayor nivel educativo ha crecido muy por encima del resto. En concreto, los ocupados con educación superior (formación profesional de grado superior y títulos universitarios) se incrementaron casi el doble que la media, un 12%. De este modo, el 46,4% de los ocupados españoles tiene estudios superiores, 2,3 puntos más que antes de la pandemia y significativamente por encima de la media de la eurozona (39%).
Del aumento del empleo en el periodo (1,3 millones), el 81,4% (casi 1,1 millones) son trabajadores con educación superior, mientras que los trabajadores con secundaria han crecido en 340.000, y aquellos con educación primaria o inferior se han reducido en 98.000 personas durante el periodo analizado.
Más empleo en ciencia y comunicaciones
Dentro del buen comportamiento del empleo, precisa el estudio de CaixaBank Research, tras la pandemia destacan las actividades profesionales, científicas y técnicas y de información y comunicaciones; son actividades, en general, con mayor contenido tecnológico y una mano de obra más cualificada, que han aportado cerca del 26% del empleo creado (unos 334.000 trabajadores), cuando su peso sobre el volumen total es del 9,3% (8,2% antes de la pandemia).
También destacan las actividades sanitarias y de servicios sociales, que, por efecto de la pandemia (y también del envejecimiento), han aumentado su empleo respecto al cierre de 2019 en casi 295.000 personas, hasta representar el 9,6% del total de ocupados (8,7% en 2019).
Por el contrario, se ha destruido empleo, sobre todo en distribución y depuración de agua, con 13.000 ocupados menos; artes gráficas, con una caída de 32.000, y, en especial, el sector agropecuario, cuyo descenso fue de 92.000 personas.
Por su parte, según los resultados del Estudio de Remuneración Global, realizado por la consultora Robert Walters, especializada en la selección de mandos intermedios, directivos y executive, el 57% de las empresas en España declara que uno de los mayores obstáculos que se encuentra a la hora de buscar talento es que los profesionales tienen unas expectativas de salario y beneficios más altas de lo que puede ofrecer.
Por otra parte, el 51% afirma que sus ofertas de empleo no reciben suficientes candidaturas, el 44% que se encuentra ante escasez de experiencia sectorial entre el talento que busca empleo, y el 43% que entre este existe un bajo nivel en sus habilidades técnicas o hard skills. "Muchas empresas, cuando buscan perfiles en ingeniería y tecnología, se encuentran que no tienen candidatos para cubrir la vacante. Aquí es donde entra el grado de implicación de las empresas en cuanto a sus programas de formación, y también teniendo en cuenta la apertura de miras a la hora de buscar talento, que puede provenir de otros sectores y adaptarse fácilmente al mercado", dijo Raúl Herrero, Senior Director en Robert Walters.