Empleo

Cómo cambiar con buen pie de trabajo o proyecto gracias a la técnica 30-60-90

  • Lo que evita, principalmente, es ese sentimiento de estar abrumado al comienzo.

Empezar en un trabajo nuevo o arrancar un proyecto es siempre un momento desafiante. ¿Cómo podemos empezar con el mejor pie posible?

Al empezar un nuevo trabajo, es buena idea pensar a tres meses vista, pero sin perder de vista los objetivos y tareas a más corto plazo. Eso es justo lo que propone la técnica de los 30-60-90 días, un método que te permite establecer y compaginar diversos objetivos futuros.

¿Cómo funciona el plan de 30-60-90 días?

Un plan de 30-60-90 días es un documento que se elabora al empezar un nuevo trabajo (o cualquier proyecto a largo plazo, en realidad). Sirve como hoja de ruta para las cosas que quieres haber logrado en un mes, dos meses y tres meses, para que no estés preocupado todos los días y sintiéndote confundido o abrumado, especialmente durante los primeros días, antes de que te hayas integrado plenamente en el flujo de trabajo de la empresa.

Puedes desarrollar estos puntos de referencia por tu cuenta o, como aconsejan algunos expertos, pedir ayuda a tu jefe de contratación, que puede ayudarte a determinar qué objetivos deben tener prioridad.

Así puedes ponerlo en marcha tú mismo

Es fundamental que conviertas tu plan en un documento real, no solo en un vago plan en tu cabeza. Hacerlo es bastante fácil: Crea una tabla con tres columnas, tituladas 30, 60 y 90, y enumera tus objetivos para cada periodo de tiempo bajo la etiqueta correspondiente. Por ejemplo, dentro de cada periodo de 30 días, puedes establecer dos objetivos de aprendizaje y dos de productividad.

Puedes dejar campos adicionales debajo o al lado de cada entrada para registrar tus progresos o anotar notas. Es una buena idea mantenerlo abierto en una pestaña del navegador y consultarlo con regularidad para ver cómo progresas o si necesitas hacer algún ajuste para alinear lo que hay allí con tus expectativas revisadas.

Para hacerlo, a nivel de herramientas, te sirve cualquier hoja de excel, o programas más específicos como Notion.

Mejor empieza de más lejano a más cercano

Empieza por identificar tus objetivos más importantes -aquellos a los que aspirarás en la marca de los 90 días-, luego desglosa los pasos que tendrás que dar para conseguirlos y clasifica esos hitos y puntos de referencia incrementales en las columnas de 30 y 60 días.

Para no agobiarte, limita los objetivos de cada periodo a entre tres y cinco. De nuevo, deje espacio debajo de cada uno para anotar las acciones asociadas que puede llevar a cabo para cumplir cada objetivo, o para proporcionar una medida con la que se pueda juzgar su éxito o progreso. Por ejemplo, si uno de tus objetivos de 60 días es trabajar en colaboración con tu nuevo equipo, una medida podría ser: "Presentar una propuesta para realizar un proyecto en equipo".

Los objetivos a 30 días deben estar relacionados con el aprendizaje, la familiarización con el terreno y la comprensión de cómo encaja tu papel en la empresa, aconsejan desde Indeed.

En los objetivos a 60 días, es mejor identifciar cómo puedes contribuir personalmente y cómo puedes poner en práctica los conocimientos adquiridos durante el primer mes. En tus objetivos a más largo plazo, céntrate en mejorar tus contribuciones y consolidar tu lugar dentro de la estructura de la empresa.

Una vez completado el documento, puedes acudir a él cada cierto tiempo o haciendo revisiones cada 15 días, sin tener miedo a cambiar la hoja de ruta si así lo crees necesario. Lo que evita, principalmente, es ese sentimiento de estar abrumado al comienzo.

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