Empleo

Una experta laboral explica por qué podrían no contratarte tras una entrevista de trabajo

  • El tono de voz y el lenguaje corporal son cruciales para Fisher
  • Recomienda hablar de lo que se puede ofrecer y de logros pasados
  • Incluso estando bien preparado, no siempre se obtiene lo que se desea
Entrevista de trabajo (iStock).
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Natalie Fisher, que es instructora laboral y de negocios, explica en base a su experiencia los motivos por los que muchas personas, a pesar de estar preparadas para desempeñar el puesto al que optan, no superan la fase de la entrevista de trabajo. Para ella, el lenguaje corporal y las palabras y expresiones que utilizan son erróneas, lo que lleva finalmente al entrevistador a no decantarse por estos individuos.

Fisher añade que identificar los obstáculos personales pueden ayudar a la persona a realizar una mejor entrevista con un empleador. Así, estos son los motivos por los que las ofertas de trabajo pueden no estar llegando a pesar de tener muchas entrevistas, y cómo superarlo.

Causar buena impresión

Quizás la persona necesite encontrar trabajo pronto, pues podría estar en problemas con respecto a su economía. A pesar de esto, Fisher dice que si la persona no actúa con prudencia y con calma, entonces el entrevistador podría notar desesperación, algo que no es positivo.

Una vez dicho esto, pide comenzar teniendo muy claro que no obtener una oferta no significa fracasar, ni mucho menos. En vez de centrarse en aquello que se puede obtener del nuevo puesto, aconseja más bien comentar qué ventajas se pueden ofrecer a la compañía.

-No decir: "Me despidieron hace poco, y este empleo me viene bien".

-Sí decir: "Ser despedido me permitió pararme a pensar y buscar oportunidades como esta, donde realmente puedo provocar un cambio haciendo X. Es precisamente aquello a lo que me he dedicado en los últimos años".

Las dudas afectan a los actos

La experta asegura que una persona que duda de sus propias capacidades reflejará dicha incertidumbre en su tono y en su lenguaje corporal. Un ejemplo sería hablar entrecortado, o tener los hombros encorvados y los brazos cruzados.

Fisher habla de prepararse para detallar tres cualidades y tres logros. Y es que ser capaz de hablar con elocuencia y convicción sobre la propia experiencia, así como por qué eso hace que uno esté cualificado para dicho empleo, puede marcar la diferencia.

-No decir: "En 2021 me ascendieron al puesto de director, algo que me sorprendió pero también me hizo ser más humilde".

-Sí decir: "En 2021 me ascendieron a director gracias a que mi equipo aumentó los ingresos en un 100% interanual. Estaba listo para asumir el entrenamiento y el liderazgo de incluso más líderes en ventas".

Centrarse en lo que importa

A la hora de enfrentarse a una pregunta inesperada o engañosa, quizás el candidato se quede en blanco, lo que aumenta las posibilidades de que muestre nerviosismo o duda. Esto invita además a simplemente disponerse a recitar el Currículum Vítae.

La misma comenta que aquellos que cuentan su experiencia como si fuera una historia, basándose en ejemplos concretos de sus mayores logros, ofrece al entrevistador una imagen mental de qué tipo de tareas se realizaron anteriormente.

-No decir: "Lideré con éxito un cambio de oficina que afectó a 100 empleados".

-Sí decir: "Nunca había liderado un cambio de oficina, así que consulté a expertos y elaboré una lista con los pasos a seguir. Entonces delegué tareas y reuní contribuciones, manteniendo comprobaciones semanales para monitorizar el progreso. Las cosas marcharon como es debido porque contaba con un plan estratégico".

No esconder las debilidades

Quizás se llegue a la conclusión de que tratar de esconder los puntos flacos es una buena idea. Pero Fisher comenta que ser transparente con respecto a la expectativas que se tienen de un empleo muestra que se tiene una mentalidad predispuesta al crecimiento.

Esto pasa también por preguntar al entrevistador por una descripción de su candidato ideal, para acto seguido explicar, en aquellos atributos en los que se difiera, cómo se solucionarían las carencias.

-No decir: "Este puesto requiere supervisar a 20 personas, y nunca he liderado a más de 10, pero se que podré hacerlo porque siempre obtengo críticas positivas de la genta con la que trabajo".

-Sí decir: "Me he tenido que esforzar en el pasado para gestionar un equipo de 20, pero desde entonces he trabajado en mis habilidades de liderazgo, y ahora solo participo en reuniones en las que soy totalmente necesario. De esta forma tengo más tiempo para conversar con cada uno de los miembros del equipo, y asegurarme de que reciben comentarios apropiados".

No siempre se gana

Natalie Fisher añade que, en ciertas ocasiones, simplemente no se podía hacer nada más para cambiar el resultado final, debido a que tuvo lugar algo que se desconocía o de lo que se era ajeno. Quizás uno reúna todos los requisitos, pero finalmente se decantasen por otro perfil, o puede que tuviesen problemas de presupuesto.

Pero Fisher dice que, sin importar los motivos ofrecidos, no es un problema del que el candidato deba ocuparse. Y en caso de que el empleador diga que volverá a contactar con uno, y tras un tiempo no haya sucedido, entonces no hay nada de malo con escribirle de nuevo. Esto no quita que la persona deba saber en qué momento uno debe pasar página y buscar otras oportunidades.

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