Tomar decisiones de finanzas personales o en el hogar puede ser a veces muy complicado. Más aún, en contextos como el actual, con una inflación disparada que penaliza el ahorro.
¿Qué hacer entonces? Existe un axioma económico simple pero efectivo que puede ayudarnos. Es el denominado 'coste de oportunidad'.
El coste de oportunidad son las oportunidades positivas que se pierden al elegir una alternativa concreta (la siguiente mejor opción). En otras palabras, es lo que dejas de hacer cuando eliges una opción.
Por ejemplo, para aplicar este concepto a la vida cotidiana: supongamos que una noche tienes que decidir entre ir a una fiesta o a un concierto. El coste de oportunidad de esa decisión incluye el dinero que te has gastado en las entradas del concierto y lo que te has perdido (es decir, el placer de socializar) por no ir a la fiesta.
Otro ejemplo: comprar un coche nuevo o uno de segunda mano e invertir la diferencia del dinero.
Es importante tener en cuenta los costes de oportunidad a la hora de decidir entre las opciones financieras. A veces se ignoran, pero en última instancia son cruciales para tomar las decisiones más lucrativas posibles.
Cómo calcular el coste de oportunidad
No hay una fórmula única que todo el mundo utilice para calcular el coste de oportunidad, pero hay un par de formas comunes de conceptualizarlo en términos matemáticos.
La primera es estimando la diferencia de resultados: Esta sencilla fórmula calcula la diferencia entre los rendimientos económicos de la opción que has elegido y los rendimientos de la siguiente mejor opción que no has elegido.
La segunda consiste en calcular el ratio: Esta fórmula permite comparar las dos opciones y ver a qué estamos renunciando proporcionalmente. En otras palabras, intentar entender la relación entre lo que estamos sacrificando y lo que estamos ganando.
También puedes utilizar el coste de oportunidad para ayudarte a decidir entre dos trabajos. Digamos que esos dos trabajos son un puesto de camarero o de cajero. El trabajo de camarero paga 10 euros por hora, mientras que el de cajero paga 15 euros. Tú decides elegir el trabajo de cajero. Para calcular lo que estás sacrificando con respecto a lo que estás ganando, utilizarías el siguiente cálculo: 15 (cajero) - 10 (camarero) = 5. Esto significa que estás ganando 5 euros por cada hora de trabajo como cajero en lugar de como camarero.
Por supuesto, esta fórmula no puede tener en cuenta los aspectos menos tangibles y cuantitativos de una elección como esta. Aunque ganes más dinero como cajero, es posible que prefieras ser camarero.