Empleo

Seis meses acampados a la puerta de la fábrica de Zumosol en Palma del Río

  • Se busca comprador para zanjar una crisis industrial
  • Empresas interesadas visitan las instalaciones, pero sin que se formalice una operación
  • Los trabajadores están en un limbo legal mientras el juez resuelve
Trabajadores en la puerta de la empresa. Fotos: Fernando Ruso

Seis meses ya acampados en la puerta de la fábrica de zumos de Palma del Río (Córdoba). En el limbo. Ni dentro ni fuera, ni trabajando ni despedidos. Los 38 trabajadores de la factoría de Zumosol mantienen la acampada estos días a 40 grados como señal de protesta, para pedir una solución y también para vigilar que la maquinaria no salga de las instalaciones bajo ningún concepto. Un conflicto laboral que se eterniza, y con un enredo legal importante. A la dura situación de estos trabajadores se suman otros 60 de la planta envasadora de LCG Fruit, en el mismo complejo, en huelga indefinida desde el 16 de mayo. Se busca comprador para esta empresa que pueda mantener la actividad industrial. Y hay interesados: el viernes hubo visita.

La planta de zumos creció a principios de la década pasada vinculada al grupo Pascual. Unas instalaciones modernas con más de 200 trabajadores, reflejo de la pujanza de La Palma en el mundo de los cítricos. Zumos Palma SL producía para la marca Zumosol. En 2013 fue adquirida por el grupo turco Toksöz, creado en 2000 por un farmacéutico. De hecho sus principales activos estaban en ese sector aunque había diversificado con marcas de chocolates y helados, y abría mercados en Asia. En aquella época se habló de 40 millones como importe aproximado de la venta.

Los números dejaron de cuadrar a la propiedad turca, que en 2017 intentó un cambio de explotación alquilando la fábrica a la brasileña Citrosuco. "Era una buena empresa, que siempre pagó bien y que sabían del negocio de los zumos, pero tuvo problemas con Zumosol y se acabó marchando" en 2020, dice Agustín Jiménez, secretario de Industria de CCOO en Córdoba.

En 2019 se segregaron parte de las instalaciones, las de embotellado, que desde entonces fueron explotadas por LCG Fruit hasta hace poco, cuando se detuvo la actividad.

El declive

En 2020, tras la marcha de Citrosuco, el declive de la empresa se aceleró con dos ERTE (el segundo rechazado por la Junta que está en los tribunales) y luego un primer intento de venta a una pequeña empresa cordobesa, que no cuajó.

Y después otra venta frustrada a otra sociedad, que ocupó las instalaciones un tiempo en principio como alquiler con derecho a compra, a prueba, pero que no formalizó la compra, con cantidades que se barajaron entonces de en torno a 16 millones de euros. Según la propiedad, tampoco pagó el alquiler.

Manejos con los trabajadores

Entre octubre y diciembre de ese año los trabajadores fueron primero subrogados a otra sociedad, devueltos a la matriz, dados de alta por el nuevo comprador y luego dados de baja con efectos retroactivos, pero sin que nadie se haga cargo de su situación. Un trajín que los ha dejado en un limbo legal porque en principio ni estaban trabajando ni estaban despedidos, ni tienen empresa ni están en el paro, hasta que intervino la Inspección de Trabajo para que al menos pudieran cobrar la prestación. Y desde diciembre, acampados.

La consejera de Empleo, Rocío Blanco, indicó durante una visita a la acampada que entre las distintas gestiones que la Consejería ha llevado a cabo están el haber mantenido distintas reuniones con la representación sindical y con las empresas implicadas, y explicó que, "si Zumos Palma no quiere seguir manteniendo la empresa puede presentar un ERE, hacer las indemnizaciones correspondientes y liberar a los trabajadores, lo que no pueden es mantener en esta situación" a los empleados. En realidad, nadie se hace cargo de ellos.

Los primeros juicios en los juzgados de lo Social tras las demandas de los trabajadores estaban señalados para abril, luego para junio y ahora para septiembre. Hay problemas para notificar a la empresa. A la propiedad turca, indican los sindicatos.

A 40 grados

Las condiciones de la acampada se están haciendo particularmente duras por las temperaturas extremas que están soportando. Pero mantienen las tiendas ante el temor de que la fábrica sea vaciada.

"Ha venido mucha gente a ver la fábrica, interesados en posibles adquisiciones", indica Agustín Jiménez. Cita a grupos nacionales del sector de bebidas, otras empresas agroalimentarias ... En los últimos días se han vuelto a abrir las instalaciones para otra visita, en este caso, supuestamente, a representantes de un grupo empresarial andaluz con intereses diversificados en la comunidad, y con conexiones internacionales en negocios como la minería, y que recientemente ha hecho adquisiciones en el mundo rural.

En los últimos meses los trabajadores han recibido el apoyo de políticos, desde la ministra Belarra hasta la consejera Blanco, y de diversos sectores de la sociedad civil cordobesa. Pero siguen esperando una solución que pasa por encontrar un comprador para la fábrica.

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